LAS POLITICAS NEOLIBERALES Y EL CAMBIO DE GOBIERNO EN ALEMANIA
El elevado desempleo de Alemania es amortiguado por el mecanismo de reducción del seguro social y la rebaja en la retribución al trabajo. La complejidad del Este.
Por Veronica Gago
Mientras en América latina se habla de una era posneoliberal en buena parte de los gobiernos de la región, Europa ratifica el rumbo de las décadas pasadas. Así lo analiza el politólogo alemán Ulrich Brandt, profesor de economía internacional de la Universidad de Kassel, que estuvo en Buenos Aires para un seminario organizado por Clacso. “En Alemania, por ejemplo, la política consiste en enfrentar el problema del desempleo por medio de la reducción del seguro social e imponiendo lo que se conoce como trabajos de 1 euro la hora: actualmente hay 200 mil trabajos que se pagan un euro la hora con el argumento oficial de que son los empleos que deben amortiguar la desocupación y, sobre todo, porque aseguran que no se pierda la disciplina laboral.”
¿El triunfo del no a la Constitución europea en el referéndum francés no estaría marcando un rechazo político en Europa al neoliberalismo?
–Cuando se habla del triunfo del no en Francia, creo que hay una sobreestimación política de lo que eso significó.
¿Por qué?
–Se sobreestimó el valor del triunfo del no, porque lo que se rechazó en términos de flexibilización de hecho ya existe, incluso con carácter constitucional: me refiero al Tratado de Maastricht de 1992 y al Tratado de Amsterdam de 1998; además de que la Comisión Europea en Bruselas, en cooperación con los estados nacionales, está sancionando leyes que van en ese mismo sentido y que son integradas a los países permanentemente.
¿Pero el resultado de ese referéndum tuvo su impacto
–Creo que era claro que la Constitución europea en Francia, de aprobarse, no sería como una constitución luego de la Revolución Francesa. Es decir, que diera fundamento a un proceso constitutivo, sino que sólo sería un paso más en un proceso ya avanzado. Con esto no quiero dejar de lado el impacto del no en términos simbólicos y de movilización política, porque logró ser una protesta coordinada a nivel europeo, la única después de las marchas contra la invasión a Irak.
¿Cree que este resultado repercutió de algún modo en las elecciones alemanas?
–Algunos vieron este escenario como la expresión de una crisis del neoliberalismo y la oportunidad de plantear ciertos temas, como la reducción de la jornada laboral a 30 horas semanales como modo alternativo de enfrentar el desempleo. Otra corriente de opinión sostuvo que el neoliberalismo no está en crisis porque funciona con un desarrollo dinámico, pero atraviesa un momento de deslegitimación. En esta misma línea, ambas posiciones leyeron el hecho de que Merkel no ganó con el 45 por ciento de los votos como la supervivencia de una solidaridad social aún fuerte en Alemania. No estoy de acuerdo, porque para sustentar esto habría que olvidar que fue la socialdemocracia y los verdes los que llevaron adelante en los últimos años las reformas neoliberales.
¿Qué significará, en este contexto, el gobierno de Merkel?
–Aún está en duda cómo los grupos de grandes capitales se acercarán al gobierno de Merkel, una mujer que viene de Alemania del este, aun cuando no representa ni expresa nada de allí.
¿Entonces por qué lo menciona como dato?
–Porque hay un tabú en el país que es la unificación alemana, en buena medida la causa del desempleo actual, que alcanza hasta un 30 por ciento en algunas zonas del Este y ronda un 18 por ciento de promedio, contra un 7 en el Oeste. Las políticas neoliberales insisten con la flexibilización y la regulación de la migración del Este al mismo tiempo que la enorme transferencia anual de recursos del Estado hacia el Este es un tema tabú.
¿Cuál será el desafío de Merkel?
–Merkel deberá lidiar con esta situación de desempleo que se profundiza en el Este mientras Alemania continúa siendo el campeón mundial de exportaciones: aun cuando su economía es un tercio que la de los Estados Unidos, exporta más que ese país en cifras reales debido a los cuatro grandes pilares de su industria: maquinaria, químicos, automóvil y farmacéuticos. De hecho, Alemania es un país hiperproductivo, pero el discurso es que aún faltan condiciones para un mayor crecimiento y eso se debe al peso de la Alemania del Este. Insisto con que la cuestión del Este es compleja.
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