Martín Redrado se lo dijo directamente a los banqueros: no debían hacerse ilusiones con la suspensión de la suba de los encajes. Esa postergación, sugerida por Néstor Kirchner luego de una reunión con Jorge Brito, no será indefinida, asegura el presidente del Banco Central. El torniquete monetario les hubiese significado a los bancos la inmovilización de unos 3300 millones de pesos. Según los financistas, la mayor liquidez les permitirá incrementar los créditos y evitar una suba en las tasas de interés. El otorgamiento de préstamos viene creciendo a toda marcha y los banqueros no quieren perderse negocios.

Los créditos están expandiéndose a un ritmo record. Nada menos que una velocidad de 43,3 por ciento anual, empujados por el fuerte crecimiento económico y del consumo. Semejante impulso no viene dado por una baja de las tasas de interés. Como ocurre en otros mercados, como el de la indumentaria, a mayor demanda, mayores costos para el público.

Los créditos orientados al consumo son los que mejores resultados les están dando a las entidades. Los préstamos personales están creciendo a un ritmo del 78 por ciento anual y su stock, de 11.490 millones de pesos, ya dejó atrás al de las líneas hipotecarias (9740 millones). Hace un año y medio, la relación era inversa. Por cada dos pesos que los bancos tenían colocados en préstamos para la vivienda, tenían uno en los personales. Esta explosión del financiamiento al consumo –que no toma en cuenta aquel que la gente toma en forma directa en las cadenas de electrodomésticos, que a su vez se fondean con la emisión de fideicomisos– no implica una reducción de las tasas de interés. El promedio del costo financiero total, de acuerdo a datos del BC, promedia el exorbitante 40 por ciento anual.

La fuerte suba de los créditos bancarios sorprende a los propios financistas. En el último año, el stock creció en 16.000 millones de pesos y ya se encuentra en 69.600 millones. La cantidad record de tarjetas de crédito en circulación es un dato que complementa el escenario. En la actualidad existen nueve millones de titulares de plásticos, y el financiamiento con tarjetas creció 53 por ciento en los últimos 12 meses. Y aunque la expansión interanual de los créditos prendarios supera ese rubro –con el 64 por ciento–, lo cierto es que el stock de préstamos con tarjetas casi duplica al de prendarios (6800 millones de pesos contra 3400 millones de este último).

Las empresas también forman parte del boom financiero. Las líneas de corto plazo, las primeras en recuperarse no bien la economía dio señales de vida hacia el tercer trimestre de 2002, siguen creciendo con fuerza. Los stocks de adelantos en cuentas corrientes y los documentos a sola firma se duplicaron en el último año y medio, y crecen a un ritmo anual del 50 por ciento ya que las compañías utilizan esos fondos para cubrir su capital de trabajo.

Aunque en público manifiesten su voluntad de prestar a largo plazo, los banqueros se sienten cómodos con el actual esquema de dar créditos caros de corto plazo con comisiones cada vez más altas. Esa ecuación les asegura buenos balances. A Redrado le va a costar cumplir con su objetivo de subir los encajes.