Desde mediados de año, los bancos aplicaron subas en las tasas de interés de sus créditos. El argumento fue que las turbulencias en los mercados internacionales encarecieron los costos de fondeo y deterioraron sus balances por la caída de los títulos públicos. Los aumentos se aplicaron sobre todas las líneas. Pero ahora que los mercados bursátiles se calmaron, los bancos no dieron marcha atrás con los incrementos.

El Banco Central acaba de difundir dos trabajos que reflejan ese comportamiento: el Informe Monetario y el Informe sobre Bancos. Más allá de las líneas acordadas con el Gobierno a costos más bajos, limitadas a 5 mil pesos para las personas y a 75 mil para las compañías, las tasas de interés siguieron en ascenso.

Según el BCRA, la tasa promedio de préstamos personales fue de 28,2 por ciento, 0,8 punto más respecto de septiembre.

De acuerdo con el relevamiento oficial, la tasa de interés promedio de los préstamos personales fue de 28,2 por ciento, con un alza de 0,8 punto respecto de septiembre. Paradójicamente, los créditos que se encarecieron fueron los que formaron parte del acuerdo entre los financistas y la Casa Rosada. Las líneas inferiores a los 5 mil pesos se acercaron al 40 por ciento nominal anual, entre 2 y 3 puntos más altos que el mes anterior. En cambio, prácticamente no se registraron variaciones en las líneas por montos superiores, que a la vez son más baratos. El costo de un crédito de entre 5 mil y 10 mil pesos ronda el 30 por ciento nominal anual mientras que los de montos superiores cuestan alrededor de 10 puntos menos. En el documento del Central se infiere que los que aumentaron las tasas fueron algunas entidades financieras que no firmaron ningún compromiso y que se especializan en prestar por montos bajos pero muy caros.

Las tasas de las financiaciones de más largo plazo también se movieron el mes pasado, siempre de acuerdo con la encuesta oficial. La tasa de interés de los préstamos hipotecarios subió levemente, un 0,4 punto porcentual, respecto del mes anterior, alcanzando un promedio mensual del 12 por ciento nominal anual. Los tramos que más se corrigieron fueron aquellos préstamos que no se destinan a las compras de viviendas sino a la garantía hipotecaria tomada por empresas.

Las únicas líneas que mostraron cierta reducción el mes pasado fueron las denominadas “comerciales”, pero con una salvedad: el abaratamiento favoreció casi en forma exclusiva a las grandes empresas, ya que la baja se dio en las líneas superiores al millón de pesos. En promedio, la tasa de interés de adelantos disminuyó en el mes 1,2 punto, a un nivel promedio mensual de 17,9 por ciento anual.

El encarecimiento de los créditos siguió mejorando los balances de los bancos: los ingresos por intereses fueron, en el tercer trimestre del año, los más elevados de la última década. Esa situación no detuvo el crecimiento de otorgamientos. La mejora interanual se mantiene en torno del 40 por ciento en las principales líneas. Una lectura podría ser que, en vistas de la fuerte expansión del crédito, las entidades aprovechan la coyuntura para sacar un mejor rédito de su negocio. En ese sentido, los bancos no se comportan de una manera distinta al resto de los sectores de la economía. Con una economía que vuela al 9 por ciento anual, los empresarios y banqueros buscan maximizar sus ganancias.

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