E-CASH DE LECTORES
Leyendo la interpretación del Mayo del profesor (Norberto) Galasso, se sacan rápidamente dos conclusiones: 1) que siempre hubo, hay y habrá en disputa diferentes proyectos de país y que son patrañas eso de dejar tranquilo a nadie, y 2) que todos terminamos tomando algún partido por las opciones que se presentan en cada coyuntura histórica.
“Desde el principio no hay un solo ‘Mayo’ con perfil indiscutido e inequívoco, sino diversos ‘Mayos’ que muy pronto entrarán en colisión. El Mayo revolucionario de los ‘chisperos’ y de Moreno, expresión de la pequeña burguesía jacobina que arrastra a diversos sectores sociales desheredados (peones, jornaleros, artesanos pobres) y que bregará con Castelli en el Norte, tiempo después, por la liberación del indio. El Mayo timorato y conservador de Saavedra dispuesto a calmar las aguas y frenar todo intento de cambios económicos y sociales importantes, expresión de un importante sector de la fuerza armada y que, más allá de la mayor o menor conciencia de don Cornelio, expresa el temor de los propietarios ante la turbulencia popular. Y, finalmente, el Mayo librecambista, antiespañol y probritánico, el que exalta Mitre y ha intentado expresarse en Saturnino Rodríguez Peña, como lo hará luego en Rivadavia, el del ‘Partido de los tenderos’, de esa burguesía comercial portuaria, criolla e inglesa que jugará por un tiempo apoyando al saavedrismo, hasta alcanzar el poder a través de sus propios hombres.
Por esta razón, acentuando la óptica sobre uno de los sectores intervinientes, Mitre pudo fabricar su Mayo liberal, elitista, proinglés, realizado por la gente decente con paraguas, cuyo programa era la Representación de los hacendados y su objetivo incorporarse a Europa. Así también el revisionismo nacionalista de derecha aceptó, sin mucho entusiasmo, el Mayo rupturista de España pero lo signó con un perfil conservador al colocar a Saavedra como principal figura opuesta al presunto iluminismo exótico de Moreno. Nosotros, que consideramos que el pueblo es el protagonista de la historia, nos quedamos con el Mayo de Moreno y los ‘chisperos’, con la revolución auténtica y profundamente democrática, reivindicadora del esclavo y del indio, defensora por sobre todo de los derechos del pueblo y forjadora de una sociedad nueva donde imperen la libertad, la justicia y la igualdad reales en una Patria Grande, libre de toda intromisión extranjera”.
Galasso, Norberto – La Revolución de Mayo – Ediciones del Pensamiento Nacional – págs.86/87
Atentamente
Cecilia L. Schiavi
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