Estado

Muy interesante el artículo de A. Zaiat del día 22/06/2008, titulado “Convicciones”. Creo que lo que está en discusión, detrás de este salvaje lockout patronal, con gran poder económico y extorsivo, es la capacidad del Estado de cobrar rentas extraordinarias y de disciplinar intereses corporativos. Se debe discutir la distribución del ingreso en la Argentina. Nuestro país se encuentra ubicado dentro del grupo de naciones de “Alto Desarrollo Humano”, de acuerdo a las estadísticas publicadas por el PNUD (2007), y en el puesto Nº 38 de las 70 que componen ese grupo. Sin embargo, dentro del subconjunto de esas naciones se encuentra dentro de las últimas en cuanto a la distribución del ingreso. El 10 por ciento más rico tiene ingresos 40,9 veces mayores al 10 por ciento más pobre. Chile y Uruguay nos superan en ese indicador, lo que evidencia sociedades menos desiguales. Argentina ha sido considerada como una sociedad con movilidad ascendente. Eso ocurrió hasta 1974/1975 aproximadamente. ¿Qué queda de ello? Desintegración social, desigualdad. Los países que tienen más alto desarrollo humano son los que tienen mejor distribución del ingreso. El Estado tiene la obligación ética de cobrar impuestos progresivos y distribuirlos adecuadamente. El Parlamento será observado en estos días por este motivo, y esperemos que esté a la altura de las circunstancias, porque ya sabemos cómo votaron en la Cámara de Diputados el 27/3 pasado. Pero no se debe quedar sólo en eso. Se debe discutir la cadena de comercialización del agro, la de los insumos, la renta financiera, la evasión en todas las cadenas productivas y los subsidios que se otorgan a sectores que no los necesitan.

Daniel Geler
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Conflicto

¿Hasta cuándo soportaremos los argentinos esta vergonzosa situación?

No soy un enamorado de este gobierno ni nada parecido. Tampoco voy a opinar sobre la justicia o no de los reclamos de los ruralistas. Pero la actitud de los productores rurales para con el resto de los argentinos es de un salvajismo, una prepotencia y una crueldad que no pueden ser justificados bajo ninguna circunstancia. Dijeron que levantaban los cortes y se quedarían a la vera de la ruta. Pero siguieron cortándola. Dicen que no quieren desabastecer, pero siguieron impidiendo que lleguen los alimentos a las ciudades. Dicen que “la leche de los chicos es sagrada”, pero obligaron a derramarla porque no dejaban transportarla. A causa de los cortes de ruta que llevaron adelante estos señores, escasearon los alimentos más esenciales y subieron los precios castigando a todos los argentinos. Y, por supuesto, ellos no tienen la culpa de nada. Como si hubieran sido obligados a punta de pistola a cortar las rutas. No es el Gobierno el que está parando el país. Son estos señores, que con una prepotencia sin igual se creen los dueños del país y se autodesignan “el pueblo”. Hay canales perfectamente establecidos para reclamar, protestar y accionar contra aquello con lo que uno no está de acuerdo. Hay toda una variedad de vías judiciales, legislativas, políticas y de acción para transitar defendiendo lo que uno quiere. Todas ellas sin perjudicar a los restantes compatriotas. Es hora de que esta gente reflexione y termine de una vez con el enorme daño que le están haciendo al país todo. Y también es hora de que el Gobierno ejerza su autoridad para hacer cumplir la ley en defensa de todos los argentinos. Esta extorsión (porque no es otra cosa) al pueblo argentino debe terminar.

Juan Pablo Fernández
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