FINANZAS > LEVANTAN TRABAS AL INGRESO DE DIVISAS
El Gobierno busca revertir la fuga de dólares que se produjo por el conflicto con el campo. El Central analiza llevar más allá de los 30 días originales la facilidad para traer capitales.
El Ministerio de Economía suspendió el encaje exigido a las operaciones de ingreso de divisas por parte de residentes del sector privado, que desde mediados de 2005 debían inmovilizar por un año y sin remuneración el 30 por ciento del excedente que superara los 2 millones de dólares en un mes calendario. La medida rige por treinta días desde el 30 de julio y busca paliar la demora en la liquidación de dólares de las empresas cerealeras, que se retiraron del mercado luego de que el Gobierno les reclamara más de 1700 millones de dólares de retenciones mal liquidadas. Según estimaciones del sector, las exportadoras acopian 25 millones de toneladas de soja que, a valores actuales, representan más de 13 mil millones de dólares.
La flexibilización de los controles llega después de que el Banco Central difundiera el balance cambiario del segundo trimestre del año, en el que se registró una fuga de capitales de más de 8400 millones de dólares, un rojo que implica un salto de 15 veces el déficit de la cuenta capital y financiera del sector privado en el trimestre anterior (551 millones de dólares) y casi lo mismo que en todo 2007, cuando unos 8800 millones salieron del país o fueron a parar a cajas de seguridad.
La fuga del segundo trimestre incluye una demanda neta de mil millones de dólares aplicados a la compraventa de títulos valores. Una porción sustancial de esa suma respondió a una práctica informal que la city bautizó “contado con liquidación”. Esa operatoria combina una transacción bursátil con una cambiaria y consiste en pagar con una transferencia internacional las compras de bonos o acciones locales, que luego son liquidados en la Argentina y contra pesos. El spread surge de cruzar esas transferencias con el mercado “blue” (casi negro, en la jerga financiera), en el que algunos agentes económicos llegaron a pagar, a mediados de mayo, hasta 3,34 pesos por cada dólar transferido.
La formación neta de activos externos fue compensada por otros rubros del balance que implicaron ingresos netos, como los préstamos financieros y las inversiones directas de no residentes en el país, que sumaron más de mil millones.
El balance cambiario del BC arrojó un déficit de alrededor de 3600 millones de dólares. El agujero no fue más grande gracias a los ingresos netos derivados del comercio de mercancías (5826 millones). En este sentido, los cobros de exportaciones de bienes alcanzaron un record de casi 18 mil millones de dólares (29 por ciento más que un año antes) y los pagos de importaciones también registraron una suma inédita de más de 12 mil millones en el trimestre (un 38 por ciento más que en junio de 2007).
La decisión de atraer capitales mediante la eliminación de controles apunta a restablecer el equilibrio en el mercado cambiario local, donde la demanda minorista continúa siendo sostenida. Además, en las últimas semanas se han sumado algunos importadores que, frente a lo que consideran un dólar barato, decidieron formar un colchón de billetes para afrontar sus futuros pagos al exterior. En Economía esperan que la libre repatriación de fondos de residentes aumente la oferta de dólares y devuelva al país una parte de las divisas fugadas en los últimos meses. Pero los analistas alineados con el establishment financiero se mostraron escépticos: entre sus argumentos suele escucharse que la plata no volverá mientras no haya señales de que hay oportunidades de negocios y que no habrá trabas para la posterior salida de los fondos, que siguen vigentes.
Desde la mesa de operaciones de una casa de cambio aseguraron que “casi no hubo consultas de clientes interesados en aprovechar el beneficio, aunque tal vez en los próximos días esa tendencia cambie, porque las decisiones de inversión llevan un tiempo y no pueden tomarse en un plazo tan corto”. Precisamente, una de las posibilidades que se manejan en los pasillos del Central es extender la medida más allá de los treinta días originales, siempre que la iniciativa arroje buenos resultados.
Entre tanta especulación, y mientras se espera que la demorada lluvia de dólares que auguraba el final del conflicto con el campo por fin se desplome sobre el mercado, el Central intervino nuevamente en las últimas ruedas cambiarias, mediante una moderada oferta de billetes que logró descomprimir la tendencia compradora. La actuación de la autoridad monetaria podría revelar su estrategia para lo que queda del año: mantener el tipo de cambio en los niveles actuales y evitar la devaluación del peso. En opinión de los expertos, si la decisión fuera la contraria, los operadores de Martín Redrado hubieran dejado subir el precio del dólar en la última semana, al mismo tiempo que retomaban la política de acumulación de reservas de la entidad.
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