FINANZAS > LA ESTRATEGIA OFICIAL DE RESCATE DE TITULOS PUBLICOS
El fuerte castigo a los papeles de deuda aplicado por los grandes inversores fue frenado por el plan oficial de recompra, que se extenderá hasta fin de año. Recuperación de las cotizaciones.
› Por Pablo Simián
El jefe de Gabinete, Sergio Massa; el presidente del Banco Central, Martín Redrado; y el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, definieron la estrategia financiera del Gobierno hasta fin de año: prolongar la recompra de bonos para corregir las distorsiones en la curva de rendimientos de los títulos públicos nacionales y, al mismo tiempo, reforzar las señales de fortaleza económica para amortiguar la insistente desconfianza inducida en los mercados. Además, el plan permitirá disminuir el impacto de los vencimientos de deuda hasta fines de 2009, un flujo que prevé desembolsos por más de 20 mil millones de dólares, con una necesidad de refinanciamiento de algo más de la mitad de ese monto.
La categorización como “programa financiero” de una práctica que el Banco Central ejecuta desde fines de mayo pasado responde a que las próximas adquisiciones de títulos se ampliarán mediante licitaciones semanales del Ministerio de Economía. Este método posibilitará conocer con exactitud los precios pagados por el Estado para reincorporar en su cartera la deuda emitida y le dará mayor previsibilidad y transparencia al mercado de renta fija. Hasta ahora, las intervenciones del Central se realizaron en el mercado secundario, donde canalizó unos 470 millones de dólares en las últimas semanas para comprar, entre otros, bonos Par y Discount (en pesos) que vencían en 2009. Según estimaciones de consultoras privadas, esas operaciones arrojaron un ahorro fiscal de más de 100 millones de dólares, que surge de comparar los precios efectivamente pagados por los títulos contra lo que debería desembolsarse a su vencimiento.
La estrategia adoptada es un golpe al rumor disparatado de default. Si un deudor es capaz de recomprar su propia deuda (lo que en otros términos podría enunciarse como “pago anticipado”), poco margen queda para las teorías que siembran dudas sobre la solvencia fiscal. Por otra parte, el plan diseñado maximizará los beneficios que el Gobierno puede obtener con su holgada posición de liquidez en un escenario de creciente incertidumbre.
Las ventas masivas de títulos que efectuaron los inversores en los últimos días arrastraron a la baja las cotizaciones. Así, los bonos con vencimiento en 2009 ofrecían un rendimiento mucho mayor que otros papeles que, por ejemplo, vencen en 2030. Ello podría estar adelantando el riesgo de una eventual cesación de pagos si los fundamentos de la economía fueran débiles, pero el escenario es el opuesto.
La actuación del BC logró corregir el tramo corto de la curva de tasas en pesos de los títulos y actualmente un bono que vence en 2030 tiene un retorno mayor que uno que vence el año próximo. Sin embargo, la distorsión de mercado se mantiene en la deuda denominada en dólares. Según datos del Instituto Argentino de Mercado de Capitales, el Boden 2013, por ejemplo, ofrece un retorno de 15 por ciento mientras que el Par en dólares que vence en 2038 rinde una tasa del 11 por ciento. Por eso la plaza bursátil pronostica que las próximas intervenciones oficiales buscarán poner orden en las cotizaciones de los bonos cortos en dólares, como los Boden 2012 y 2013 y el Bonar V.
Otra parte del programa financiero prevé revertir la política de desendeudamiento con el Banco Mundial y el BID, por la cual en los últimos dos años el país pagó más de lo que recibió de esos organismos.
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