Dom 02.11.2008
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FINANZAS > EL BANCO CENTRAL DOMINO LA CORRIDA AL DOLAR PROVOCANDO PERDIDAS A ESPECULADORES

La carta de mil millones

Los bancos aumentaron la dolarización de sus posiciones, generando inestabilidad en la plaza. Además de mostrar reservas para desactivar maniobras, el BC estudia limitar la tenencia de divisas en las entidades.

› Por Pablo Simián

“No toquen nada. Vamos a ver qué pasa.” Con esa frase, el presidente del Banco Central, Martín Redrado, contuvo a sus operadores cuando comenzó la jornada cambiaria del miércoles. Casi una hora después, con el dólar a 3,42 pesos en el segmento mayorista, la autoridad monetaria mostró mil millones de reservas y barrió todas las posiciones que se mantenían en bid –demanda– de las pantallas de la city. Así, en tan sólo un par de minutos bajó el precio a 3,39 pesos por unidad, nivel que se mantuvo hasta el final de la semana. Y ganó otra pulseada cambiaria.

La jugada apuntó, sobre todo, a dejar una marca en la dinámica del mercado: se absorbió un tercio de los mil millones de dólares ofertados, suficiente para provocar el repliegue de las maniobras especulativas, al menos por unos días. El retroceso de la cotización, luego de varias ruedas de ajuste al alza, fue una bofetada en la cara para aquellos que apostaban a lograr un diferencial de tasa a partir de la suba continua del tipo de cambio, bajo el esquema de “flotación administrada” adoptada por el Central. La estrategia de la entidad monetaria de subir el dólar mayorista hasta 3,42 pesos para bajarlo abruptamente a 3,37 dejó un tendal que se cuenta en cientos de miles de pesos en varios bancos.

Un shock de ese tipo era reclamado desde algunos sectores que criticaban la política cambiaria del BC porque, entre otros motivos, se oponían a la sangría incesante de reservas internacionales que supone la suba escalonada del billete verde. La nueva estrategia permitió estabilizar el tipo de cambio en un nivel más alto y, lo más importante, instalar la idea de que el dólar no siempre será un negocio seguro para los especuladores.

Sin embargo, un experimentado cambista de la city sostuvo que “hubo pérdidas, pero no afectaron a los peces gordos, que son los bancos. Una buena parte de los dólares que compran las entidades financieras son para incrementar su propio stock de moneda extranjera y no se aplican en las operaciones con clientes”. Y remató: “Son reservas que pasan del Central a los colchones de los bancos”.

Frente a ese escenario, la suba y posterior descenso en el valor del dólar pierde efecto. La declaración en tono de queja del operador apuntó, por elevación, a la demora del Central en restringir la posición de moneda extranjera de los bancos. En ese sentido, otro analista consultado por Cash recordó que entre abril de 2002 y enero de 2003 la compraventa de dólares entre entidades y con el Banco Central debían limitarse exclusivamente a cubrir las necesidades por operaciones de clientes, una medida que si se reimplementara podría amortiguar la exigencia que la coyuntura nacional e internacional impone a la institución oficial.

De todos modos, el BCRA volvió a demostrar que el precio del dólar se define según su voluntad. La señal de autoridad que envió al mercado no sólo sirvió para disuadir a los especuladores. También reactivó las liquidaciones de divisas de los exportadores que entendieron que el precio podía empezar a caer. Por otro lado apuntaló el acople del Mercado de Valores local a la buena reacción que las principales bolsas del mundo tuvieron frente a la baja de tasas decidida por la Reserva Federal (banca central estadounidense).

Con el mercado cambiario más calmo, las autoridades del Banco Central planean orientar sus esfuerzos a destrabar el estrangulamiento de crédito que se produjo en los últimos días. Con el aumento de las tasas de interés, los bancos cortaron prácticamente todas las líneas, incluso las de plazos más cortos. Por ese motivo, el jueves pasado se emitieron nuevas normas de asistencia financiera por iliquidez que permitirán ampliar la oferta de préstamos al consumo y a las empresas. Por otro lado, tal como anticipara Cash, también se implementó un plazo de 10 días hábiles para que los fondos percibidos en cuentas del exterior que correspondan a cobros de exportaciones de bienes alcanzados por la obligación de ingreso en el mercado de cambios se transfieran a cuentas de corresponsalía de entidades financieras locales, si bien el plazo adicional a los establecidos por la Secretaría de Industria, Comercio y Pyme para su efectiva liquidación continúa siendo de 120 días hábiles.

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