› Por Federico Bernal
El mismo día en que la Reserva Federal de Estados Unidos anunció el salvataje del banco de inversiones Bear Stearns (17 de marzo de 2008), la cotización internacional de la onza de oro alcanzó su máximo histórico de 1030,25 dólares. ¿El fin de la unilateralidad del dólar como reserva internacional implica el comienzo del retorno al patrón oro o a una nueva moneda internacional anclada al oro? Estos son apenas algunos de los interrogantes planteados por el histórico quiebre del sistema financiero mundial. Si bien resulta improbable que el régimen monetario internacional regrese al patrón oro, el principio del fin de la hegemonía del dólar como reserva internacional, y con él, el resurgimiento del oro como principal activo de reserva confiable son tal vez dos hechos concretos en un panorama complejo. Para comprender el rol que está jugando y jugará el oro en el cambiante escenario mundial, Cash entrevistó a George Milling-Stanley, que estaba acompañado de Rozanna Wozniak y Mattt Graydon, directores del World Gold Council (WGC).
Fundada en 1987 por las compañías mineras líderes del mundo (AngloGoldAshanti, Barrick Gold, Yamana Gold, China National Gold Corporation, Goldcorp, entre muchas otras), el WGC es una organización destinada a estimular y maximizar la demanda y la tenencia de oro en consumidores, inversores, la industria en general y la banca oficial.
–Efectivamente, la tenencia de este metálico hace a la seguridad y a la confianza de un país. A modo de ejemplo, el directorio ejecutivo del FMI reconoció que tener oro propio otorga una fuerza esencial a sus balances.
–Un sistema diversificado de activos normalmente provee retornos menos volátiles que uno basado en un único activo. Como la cotización del oro es determinada por la oferta y la demanda en el mercado mundial, su utilización como elemento diversificador de reservas resulta muy superior a cualquier moneda o política de salvaguarda gubernamental, ambas dependientes de la orientación político–económica de la administración de turno y las variaciones en las directrices monetarias de los bancos centrales.
–Sí. Dado que las reservas existen para disponer de ellas cada vez que así se requiera, su liquidez total e incontrovertible es esencial. El oro provee esta virtud pues es líquido y universalmente aceptable como medio de pago. Además, por ser justamente un activo indestructible, no proclive a los vaivenes inflacionarios típicos del papel moneda, cuando un gobierno detenta oro la confianza que en él deposita el público en general es mayor que si no lo tuviera.
–Es improbable que el mundo vaya a regresar al patrón oro, o al menos, la realidad prueba que tal regreso no ocurrirá vertiginosamente. Pero la historia demuestra que una nueva moneda internacional vendrá tarde o temprano, aunque su total implementación pueda llevar décadas. En esta etapa resulta inútil especular a qué activo convendría anclarla. No obstante, la historia económica mundial sugiere que la inclusión de oro en un futuro nuevo patrón monetario resultará una medida prudente.
–Tiene mucho más sentido una acumulación creciente de oro en las reservas durante largos períodos que de manera abrupta en pleno descalabro financiero internacional. Por tal motivo, sostenemos que resulta más apropiado para todos los países mantener una porción de sus reservas en oro. La crisis vigente refuerza esta aseveración.
–Herencia de una época en la que el mundo funcionaba bajo el patrón oro, existen en la actualidad bancos centrales en Europa que poseen más del 50 por ciento de sus reservas en oro. Existen otros en Asia cuyas reservas totales están creciendo rápidamente como consecuencia de una performance económica mayor, pero que cuentan con apenas pequeñas cantidades de oro en sus reservas aunque volcándose a favor de incrementarlas.
–Las versiones que indicaban una supuesta decisión del Banco Central de China de aumentar sus niveles de reservas de metálico por encima de las actuales 600 toneladas, publicadas originalmente por el diario Guangzhou Daily, no han sido aún oficialmente ratificadas por el gobierno. Por otro lado, Rusia, que recientemente se pronunció por la inclusión de oro en los Derechos Especiales de Giro del FMI, reconoció oficialmente su decisión de incrementar gradualmente la composición de oro de sus reservas, pasando del 4 al 10 por ciento.
–Según nuestro último informe (World Gold Holdings-2008) las bancas centrales de Estados Unidos, Alemania, Portugal, Francia, Reino Unido, Rusia, España, Grecia y Australia, entre otros, registraron un aumento en la proporción de oro sobre sus reservas totales, mientras que países como Suecia, Japón, Italia y Suiza, entre otros, la disminuyeron. En enero de 2009, los cambios netos registrados que dan cuenta de las mayores diversificaciones con oro obedecieron a Rusia y Venezuela, con 4,1 y 7,5 nuevas toneladas sobre los volúmenes de 2002, respectivamente.
–Con los actuales precios de mercado, el promedio mundial ronda un 8,5 por ciento. La Argentina cuenta con un 3,3 por ciento de oro sobre sus reservas totales y es el décimo cuarto productor de oro, equivalente a unas 42 toneladas anuales, a diciembre de 2007.
–Si bien el WGC mantiene un profuso diálogo con todos los bancos centrales del mundo, no publica recomendaciones generales, puesto que cada organismo tiene sus propias necesidades. Sobre la Argentina, entendemos que ha sido una decisión acertada el haber comenzado unos pocos años atrás a recomponer sus reservas de oro. Esperamos también que el país se encuentre pronto en una posición que le permita reanudar ese proceso. Tal vez un nivel del 10 por ciento o incluso mayor resulte más apropiado que el vigente. La fuente o el origen de los nuevos volúmenes de oro es irrelevante desde el punto de vista del mercado, de todas maneras adquirir oro de la producción doméstica puede colaborar con el sostenimiento de la industria local.
–A pesar de que el WGC no pronostica los precios futuros del oro, las contundentes señales del mercado sugieren que su cotización seguirá una tendencia al alza. Las continuas preocupaciones sobre la economía global mantendrán fortalecida la demanda, más aún cuando diariamente vemos reafirmarse sus bondades como protector de la salud económica y financiera de los inversores y de los bancos contra la inflacionaria y las fluctuaciones monetarias de cada país. Por el lado de la oferta, la producción minera mundial continúa restringiéndose.
–La experiencia sugiere que una tenencia sustancial de oro como porcentaje de sus reservas totales redundará en una excelente vía para la edificación de la confianza local e internacional en una nueva institución de este tipo. Por ejemplo, el más nuevo de los bancos centrales de alcance regional, el Banco Central Europeo (BCE), decidió como nivel apropiado tener un 15 por ciento de sus reservas totales en oro. Una vez introducido el euro en 1999, el BCE pasó de 0 a 12,5 toneladas ese mismo año. Cualquier nuevo “Banco Central Sudamericano”, cuyas autoridades se decidan por igual proceder, habrán tomado una decisión más que inteligente.
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