BALANZA COMERCIAL Y DIVERSIFICACIóN DE MERCADOS
› Por Diego Rubinzal
La insuficiencia de divisas fue uno de los históricos condicionantes de la economía argentina. El intenso ritmo de crecimiento de las exportaciones, tanto en precio como en cantidades, permitió sortear esa restricción durante los últimos años. El mantenimiento del superávit comercial y su coexistencia con un vigoroso proceso de crecimiento económico se convirtió en una base sólida de ese proceso. En ese marco, la progresiva erosión del tipo de cambio competitivo obligó al Gobierno a realizar algunas readecuaciones. Por ejemplo, el incremento de la cantidad de productos sujetos a licencias no automáticas de importación. En ese contexto, ¿la restricción externa puede volver a ser una amenaza?
El historiador económico inglés Colin Lewis, profesor de la London School of Economics, se enrola entre los que responden afirmativamente a ese interrogante. Sostiene que el crecimiento argentino no resulta sustentable en el largo plazo, debido a que la economía doméstica sufrirá severas consecuencias cuando se revierta el ciclo alcista de precios de las materias primas. En Economía, en cambio, resaltan un conjunto de factores que garantizarían la solidez de las cuentas externas.
En el documento Nuevos destinos de las exportaciones argentinas: teoría y evidencia, Josefina Grosso, Pablo Moldovan y Nicolás Todesca, funcionarios de la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía, mencionan que la diversificación geográfica de las exportaciones, operada en estos últimos años, es un elemento adicional que merece ser observado. Argentina logró recuperar el terreno perdido en algunos mercados latinoamericanos (Chile, México, Perú, Colombia) y avanzar en la conquista de nuevos destinos comerciales (Rusia, Venezuela, Canadá, Sudáfrica). Afirman que “la maduración de los acuerdos de complementariedad económica firmados en el marco del Mercosur junto con las políticas de promoción de exportaciones, han tenido cierta incidencia en el aumento de las exportaciones hacia estos destinos... si bien las ventas de productos industriales se encuentran bastantes diversificadas, se destacan las exportaciones de automóviles y autopartes, insecticidas, medicamentos y materias primas plásticas, entre otros”.
La Argentina comercializó un amplio conjunto de productos en el mercado ruso (carne bovina, queso, azúcar, vehículos, tubos de acero, maquinarias, medicamentos) y venezolano (leche, extracto de malta, carne bovina, vehículos y tubos de acero). Esa diversificación de las exportaciones permite, en principio, una reducción de la volatilidad de la demanda y genera las condiciones necesarias para que las firmas exportadoras amplíen sus capacidades y conocimientos. “Puede concluirse que a lo largo de los últimos años, Argentina ha encarado un proceso incipiente de diversificación de los destinos de exportación del que cabe esperar no sólo interesantes resultados futuros en lo concerniente a la evolución y desempeño microeconómico de algunas actividades, sino también un cierta reducción de la vulnerabilidad macro que históricamente ha presentada la oferta exportable argentina”, concluyen Grosso, Moldovan y Todesca
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