Dom 04.12.2011
cash

“La mayor burbuja...”

› Por Javier Lewkowicz

La entrada masiva de los fondos de pensión estadounidenses es el factor central que impulsa los precios de los commodities al alza. Esa es la explicación que el economista heterodoxo Randall Wray ofrece para analizar lo que llama “la mayor burbuja en la historia”. Wray es profesor de la Universidad de Missouri-Kansas City, en los Estados Unidos, e investigador del prestigioso Levy Institute. Discípulo de Hyman Minsky, se enrola en la corriente poskeynesiana que recupera buena parte de la tradición de Keynes y la articula con conceptos marxistas y sraffianos. Wray se especializó en teoría monetaria, mercados financieros y macroeconomía. Dialogó con Cash acerca de la magnitud de la actual tendencia a la suba de los commodities y sus causas, entre las cuales sobresale la entrada de los fondos de pensión. Analizó el impacto de China y pidió aplicar una “reforma estructural que elimine a la clase rentista”.

¿Cómo describe el fenómeno de la suba generalizada en el precio de los commodities?

–Para resumirlo, desde 2004 a 2008 experimentamos la mayor burbuja de commodities de la historia. Si se observan los 25 commodities más comercializados, los precios se han duplicado en el curso de ese período. Para los ocho productos más intercambiados, la suba fue mucho más espectacular. De acuerdo a un análisis del estratega de mercado Frank Veneroso, durante el siglo XX sólo hubo 13 episodios en los cuales el precio de un commodity en particular creció un 500 por ciento o más. Pero en 2004-2008, hubo ocho commodities cuyos precios mostraron ese desempeño: fuel-oil (suba de 1313 por ciento), níquel (1273 por ciento), petróleo crudo (1205), plomo (870), cobre (606), zinc (616), estaño (510) y trigo (500 por ciento).

También subieron mucho otros commodities.

–Sí. Muchos otros commodities agrícolas, vinculados a la energía y metalíferos también tuvieron muy importantes aumentos de precios, aunque por debajo de los ratios anteriores. Para los 25 commodities que usualmente se incluyen en los índices, la suba de precio promedio desde 2003 ha sido 203 por ciento. El Congreso de los Estados Unidos comenzó a investigar esa burbuja y los inversionistas, preocupados, retiraron una porción significativa de sus fondos especulativos, lo que produjo que la burbuja en 2008 colapsara. Sin embargo, cuando el Congreso pasó a ocuparse de la crisis, el techo de deuda de los Estados Unidos y otras cuestiones, los especuladores volvieron.

¿En qué medida la suba actual contrasta con la tendencia histórica a la baja de precios en términos relativos de los bienes primarios?

–En un paper de abril de 2011, el experto Jeremy Grantham analizó la burbuja de los commodities durante última década, trabajo que Veneroso amplió en un trabajo reciente. Toman los 33 commodities más comercializados, desde oro y petróleo hasta caucho, semillas de lino, yute, madera contrachapada y fosfato diamónico. Durante los últimos 110 años, el índice de precios compuesto por esos 33 bienes ha declinado a una tasa anual de 1,2 por ciento. A pesar de que la demanda de esos 33 commodities ha crecido mucho a lo largo del siglo, nuevas técnicas de producción, sumadas a una exploración satisfactoria, derivaron en una tendencia de precios declinante. El movimiento actual de precios es una desviación asombrosa de la tendencia general. Es un boom sin precedentes. Nada ni siquiera cercano a esto ha sucedido antes, en ningún mercado, incluyendo la burbuja tecnológica y la de las hipotecas.

¿Por qué sostiene que la operatoria de los fondos de pensión explica el movimiento de los precios?

–Los especuladores han estado siempre presentes en los mercados de futuros de los commodities. Usualmente los vendedores de commodities quieren asegurarse un precio alto, y los compradores quieren protegerse de las fluctuaciones de mercado asegurándose un precio bajo. Entonces los mercados de futuros se desarrollan para juntar a ambas partes, permitiendo que cada lado se cubra. Los especuladores llenan el espacio entre la parte vendedora y la compradora. Pero el tema es que los especuladores normales nunca son apostadores hacia un solo lado, algunos piensan que el precio va a subir y otros que va a bajar. El fenómeno inusual que se verificó en el curso de este boom de precios ha sido la entrada de fondos de un monto descomunal que tomaron una apuesta única: que los precios subieran.

“Hay que borrar a la clase rentista y reducir el dinero en los fondos de inversión.”

¿Cómo?

–Prefiero no entrar en tecnicismos, pero estos fondos no compran directamente commodities ni tampoco contratos futuros. En lugar de ello, compran índices de contratos futuros. Es una apuesta pura que indexa los precios. El experto en esta materia, Mike Masters, los llama “especuladores de índices” y alrededor del 85 por ciento del dinero de ese negocio viene del sistema estadounidense de fondos de pensión. Estos fondos han acumulado una riqueza financiera que equivale al 75 por ciento del PIB de los Estados Unidos, así que son enormes. Si dirigen, digamos, sólo el 5 por ciento de la inversión hacia los índices de commodities, hacen subir los precios. Y por complejas razones, es el índice de precios el que determina los precios spot, el valor al que el commodity se vende en este momento. De manera que son estos especuladores los que empujan hacia arriba los precios de los commodities del mundo real.

Usted afirma que los fondos de pensión recurrieron a los commodities porque esos bienes no estaban correlacionados con otros productos financieros, lo que permite reducir el riesgo. Sin embargo, después de este proceso que describe, la vinculación entre los distintos mercados se ha vuelto más estrecha

–Distintos estudios han demostrado que los commodities y otros activos financieros no estaban correlacionados antes de 1999, por eso los fondos de pensión fueron advertidos que ante un crac de mercado podrían diversificar el riesgo si invertían en commodities. El problema es que la falta de correlación existió sólo porque a los fondos de pensión no les era permitido entrar en los mercados de commodities. Eso cambió cuando Estados Unidos aplicó la desregulación en 1999. Una vez que los fondos de pensión comenzaron a entrar en esos mercados, a través de contratos de futuro e índices, la correlación aumentó y llegó al 100 por ciento. Esta es la explicación: a medida que el mercado de activos financieros (los stocks) crece, los fondos de pensión tienen mayor riqueza financiera para invertir y entonces se mueven hacia commodities, lo que empuja sus precios. Entonces, más fondos invierten en stocks y commodities. Pero digamos que los precios de los stocks caen, los especuladores deben vender otros activos, incluyendo commodities, para cubrir desfasajes financieros en sus balances, lo que lleva a que caigan los precios de los commodities. En la crisis financiera global desatada en 2008 observamos que todos los activos tienen una correlación que se acerca a la unidad.

Si los fondos de pensión están detrás de la suba de precios, ¿un cambio en la regulación financiera podría hacer que los precios caigan?

–Absolutamente. Los fondos de pensión representan el 85 por ciento de la especulación con índices. Si se los forzara a salir de esas inversiones, el principal impulso para la suba se iría. En el otoño de 2008, cuando los fondos de pensión sacaron un tercio de su dinero de los índices, el precio del petróleo cayó desde 150 dólares hasta 50 dólares el barril. Estoy seguro de que la especulación con los índices no es el único factor detrás del alza de los precios de los commodities, ya que una parte se explica por cuellos de botella del mundo real. De forma que no digo que todos los precios de los commodities caerían en una proporción de dos tercios. Pero el boom se terminaría.

Una explicación común es que la demanda de commodities creció fuertemente impulsada por China e India. Al menos en el caso de los alimentos, con una oferta relativamente fija y Estados Unidos que demanda biodiésel, los precios suben.

–Hay algo de eso, pero son los precios de 33 commodities los que gozan del boom, no sólo alimentos. Además, la noción de que la oferta de alimentos está fija es errónea. La mayor causa de hambre en el mundo es el acceso injusto a la comida; no la falta de capacidad para producirlo. Buena parte del mundo sólo necesita una redistribución de la tierra para incrementar la oferta de alimentos. Además, Canadá y Estados Unidos podrían incrementar enormemente su producción si la demanda efectiva fuera suficiente. Sin embargo, no defiendo la política de los Estados Unidos de subsidio a la producción de maíz y soja para producir biodiésel o carne barata. Son prácticas altamente ineficientes.

Algunos economistas explican el boom de commodities a partir de la muy baja tasa de interés de la Reserva Federal. ¿Esa hipótesis es contradictoria con la suya?

–Yo sigo a Keynes en el pedido de la eutanasia del rentista a través de una política de baja tasa de interés. El problema es que hay muchísimo dinero buscando altas tasas de retorno, en relación con las oportunidades de inversión del mundo real. La solución no es aumentar la tasa de interés de referencia, hay que borrar a la clase rentista y reducir el monto del dinero en los fondos de inversión. Este es un gran desafío, pero Hyman Minsky dijo que nos habíamos movido hacia la fase del capitalismo dominada por el dinero, una forma altamente inestable que deriva en una inequidad excesiva que es inconsistente con la democracia. La solución no es tratar de salvar a los inversores sino deshacerse de ellos a través de reformas fundamentales

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