LAS TERMINALES TRABAJAN AL 15 POR CIENTO DE SU CAPACIDAD INSTALADA
“La gente no compra por miedo”
La crisis en la industria automotriz es la más profunda de la historia del sector en el país. Pese a ello, las terminales aseguran que no se irán y que ya ajustaron sus estructuras al nivel actual del mercado.
› Por Cledis Candelaresi
Durante el año pasado se fabricaron y vendieron 163 mil autos, volumen equivalente al de 1962. A pesar de ese retroceso, en la Asociación de Fabricantes de Automotores aseguran que ninguna terminal planea irse del país, aunque admite que sólo habrá inversiones “esporádicas”. El titular de Adefa y director general de Renault, Juan Manuel Lardizábal, señaló en diálogo con Cash las claves para superar la crisis: despejar el panorama político y un nuevo Plan Canje.
Resulta impactante que el nivel de producción y ventas del automóviles esté en el mismo nivel de 1960.
–El 2002 lo cerramos con una producción de 159 mil unidades: 123 mil para exportación y 84 mil para el mercado interno. La diferencia entre éstas y la capacidad de producción (40 mil) se explica porque cuando arrancamos en el 2002 muchas terminales tenían stock acumulado. El año resultó comparable a 1962 y la rentabilidad del sector fue negativa.
¿Eso significa que hay una capacidad ociosa muy grande?
–El 85 por ciento.
¿Quiere decir que es inevitable un proceso de desinversión?
–No creo que ninguna terminal decida irse de la Argentina. Lo que no va a haber es un proceso de inversión. Y cuando esta industria no invierte en forma continua puede quedar descolocada. Lo único que hacemos son inversiones esporádicas. Toyota está reforzando su instalación en el país con un desembolso de 200 millones de dólares y Peugeot acaba de anunciar una inversión para fabricar el 307, para exportar a Sudamérica.
¿El rédito de exportar explica que las fábricas no se retiren del país?
–No. En la década del 90 el sector invirtió 6500 millones de dólares y desde 1998 desembolsó otros 4500 millones, para capitalizar a las compañías. Las exportaciones son un complemento de nuestra actividad: lo fundamental es el mercado interno.
¿Inversiones esporádicas no entraña el riesgo de que la industria termine fabricando coches caros y tecnológicamente rezagados?
–Podría ocurrir de aquí a cinco años, pero no en lo inmediato. Es cierto que hasta los ‘80 hubo un atraso tecnológico. Pero después se invirtió para adecuar las plantas. Ahora, siete de los diez modelos que se fabrican en el mundo también están en Argentina.
¿Cuál es la condición para recuperar el nivel de producción y ventas?
–Necesitamos clientes. No hay crédito. Y hasta que no se supere la incertidumbre política, el mercado va a seguir deprimido.
¿Entonces la caída de las ventas no es un problema de poder adquisitivo?
–Cuando hay incertidumbre y alto desempleo, la gente tiene miedo y no gasta aunque pueda.
El precio de los autos en pesos subió mucho mientras que los salarios están congelados.
–Los autos están muy baratos en dólares, en parte porque no trasladamos todo el impacto de la devaluación. El 60 por ciento de nuestros coches tiene componentes importados: estamos trabajando a pérdida.
¿Significa que apenas se reactive se ajustarán los precios?
–Depende. Si mejora la escala, tal vez no porque el propio volumen permite cubrir con más facilidad los costos fijos. Hoy debiéramos aumentar pero no lo podemos hacer.
¿La incertidumbre política se resuelve con el solo hecho de las elecciones o depende del resultado de esos comicios?
–El país eclosionó, tras cincuenta años de vivir equivocadamente. La devaluación fue muy desordenada...
¿La devaluación fue “buena” pero “desordenada”?
–Fue desordenada y no fue buena. No era necesario llegar a una depreciación de esta magnitud. Tal vez con corregir algo el tipo de cambio hubiese sido suficiente.
¿Menem garantiza el retorno a la racionalidad?
–Como presidente de Adefa no puedo emitir opinión política. Vi dos que tienen racionalidad y otro populista, que espero no sea el que triunfe.
¿Cuáles son los que tienen racionalidad?
–(Ricardo) López Murphy y (Carlos) Menem tienen proyectos. Pero aún los candidatos no han dicho la última palabra.
¿Cuál será el tema prioritario a resolver de la industria automotriz?
–Mientras algunos sectores pidieron seguro de cambio para sus deudas, las automotrices capitalizaron las empresas. El tema prioritario es la deuda que el Estado tiene con el sector originada en el Plan Canje. Son 345 millones de dólares. Hay que emitir señales claras a las casas matrices de que se quiere honrar esa deuda.
¿Adefa propondrá al próximo gobierno otro Plan Canje?
–Creo que el próximo gobierno tendrá que tener un plan keynesiano para poner en marcha la economía real. De lo contrario, no salimos.
¿Hay otras suspensiones que vayan a devenir en despidos, como en Renault?
–No hay nada previsto. Pero le aclaro que en Renault mantuvimos por tres años un excedente laboral. En capacitación hemos invertido fortunas. No es bueno para nosotros perder mano de obra calificada. Lo que sí hemos suspendido por los próximos tres años son las horas extra.
¿Si no se reactiva el sector, se pude mantener la dotación actual?
–Sí. Las terminales ahora están dimensionadas para esta situación de mercado.