Diversas empresas tuvieron problemas en la producción y han decidido suspender o despedir a sus trabajadores. El Gobierno ha buscado diferentes tipos de solución ante diferentes problemas. En junio, Fiat detuvo su producción durante tres días, y esta semana Iveco anunció la suspensión de su personal por acumulación de stocks. Renault también suspendió trabajadores en junio de su fábrica de la capital cordobesa en el barrio de Santa Isabel. El parate se explicaba por la merma de ventas a Brasil, pero también porque el modelo Clio será reemplazado por una nueva línea de vehículos. Ahora mejoraron el ritmo de producción ante la reactivación del mercado brasileño.

También se registraron suspensiones en empresas exportadoras de aceitunas, siendo la más emblemática Nucete. La producción es destinada principalmente al mercado brasileño, aproximadamente el 80 por ciento, y estaba teniendo problemas para el ingreso de los productos al vecino país debido a que éste impuso licencias no automáticas para el ingreso de ciertos productos. A este problema hay que sumarle que países como España venden a precios menores que Argentina en el mercado olivícola, lo cual le cerraba algunos otros mercados posibles donde colocar su producción. Este problema fue resuelto. Luego de la Cumbre del Mercosur se destrabaron los impedimentos que Brasil estaba poniendo para la exportación. Se definió un acuerdo entre los países para no restringir el ingreso que incluyó que Argentina permita el ingreso de maquinaria agrícola, autopartes y carne de cerdo, mientras que Brasil se comprometió a flexibilizar el ingreso de autos, papas prefritas congeladas y productos de economías regionales, entre los que se encuentran las aceitunas.

Ese acuerdo permitió solucionar los problemas que estaban teniendo dos empresas productoras de papas congeladas, Mc Cain y Farm Frites. El frigorífico Carnes Pampeanas, situado en La Pampa, había anunciado su cierre por problemas en la producción. Despidió a los 300 trabajadores y acordó sus respectivas indemnizaciones. El frigorífico, propiedad de la firma Cresud, se sostenía principalmente por la venta de carnes para abastecer la cuota Hilton a Europa. Se anunció la reapertura del frigorífico en la inauguración de Tecnópolis el mes pasado. El gobierno nacional otorgó facilidades con el plan Repro (Programa de Recuperación Productiva), y a la vez facilitó un préstamo a Cresud por 20 millones de pesos a pagar en cinco años.

El programa Repro permite a los trabajadores de una industria el cobro de una suma fija no remunerativa que complete el sueldo que no están cobrando. Las empresas, para poder acceder al programa, deben acreditar su estado de crisis y presentar un plan para salir de la situación, comprometiéndose a no despedir personal.

El Gobierno se dio una política frente a todo tipo de problemas en empresas que surgieron en estos meses. En el caso de las industrias exportadoras, cuando las dificultades son con Brasil –como en el caso de las aceitunas– se trata de negociar para eliminar barreras aduaneras de ambos lados. Las restricciones que se imponen con las licencias no automáticas permiten demorar el ingreso de productos. Aunque no se resuelve de manera inmediata se termina negociando, como pasó en la última Cumbre del Mercosur.

Los problemas que tienen una mayor complicación en su resolución obedecen a que la caída de la producción no se debe simplemente a las restricciones en el ingreso de los productos. Es el caso de la industria automotriz o de Alpargatas, que encuentra límites en la venta de su producción por debilidad de la demanda. Frente a esta situación, los países quieren abastecer su mercado con producción local y establecen limitaciones a la entrada de productos extranjeros. En el caso del cierre de los frigoríficos, el Gobierno busca reactivar la producción mediante préstamos y subsidios estatales y redireccionamiento de su producción.

A través de esas medidas, el Gobierno busca mantener el empleo y tasas positivas de crecimiento.