Por
Fernando Krakowiak
A un mes de las elecciones, Cash entrevistó a los economistas de los principales candidatos a presidente para conocer las medidas que impulsará cada uno en caso de llegar al gobierno. Se los consultó sobre empleo, salarios, producción, política fiscal, precio del dólar, renegociación de la deuda y tarifas de servicios públicos para saber los planes concretos, más allá de los discursos de campaña. En algunos temas se anunciaron medidas relevantes y en otros las explicaciones sirvieron para visualizar las imprecisiones que se esconden detrás de grandes objetivos. El rol del oficialismo fue ocupado por Oscar Tangelson, quien, además de ser economista de Néstor Kirchner, se desempeña actualmente como viceministro de Economía. Tangelson afirmó que en un gobierno de Kirchner la generación del empleo se conseguirá apuntalando la recuperación de los sectores productivos que resurgieron con la devaluación. Remarcó que no se evalúa un aumento de salarios y que se seguirá aplicando el impuesto a las retenciones en un contexto de dólar alto. Además adelantó que se solicitará una quita de la deuda cercana al 60 por ciento. Por el lado de Adolfo Rodríguez Saá, su economista Jorge Benalcazar anunció un programa que incluye actividades de forestación, construcción de viviendas y obras de saneamiento para eliminar la desocupación en seis meses. Prometió la fijación de un salario mínimo de 500 pesos y la eliminación progresiva de las retenciones al campo. Entre las fuentes de financiamiento del programa se destacó la obtención de 6 mil millones de pesos eliminando la corrupción estructural del Presupuesto, aunque sin precisar el método para lograrlo. El economista Rubén Lo Vuolo, candidato a ocupar el Ministerio de Economía en un gobierno de Elisa Carrió, anunció la implementación de un ingreso universal a la niñez y una reforma tributaria progresiva que amplíe la base imponible del impuesto a las Ganancias. Además anunció que se revisarán los contratos de las privatizadas y se negociará una quita de capital de la deuda con los tenedores de bonos y los organismos internacionales. Pablo Rojo, economista de Carlos Menem, afirmó también que se implementará una asignación universal para los niños. Señaló que se disminuirán los impuestos al trabajo para recuperar el poder adquisitivo del salario y se generalizará el IVA para luego bajarlo al 15 por ciento. Además aseguró que se abrirá la banca pública al capital privado. Por último, Julio Pieckarz, economista de Ricardo López Murphy, también prometió una reducción de los impuestos al trabajo que se complementará con una mayor flexibilidad laboral para favorecer la creación de empleo. Afirmó que se concederán aumentos en las tarifas de servicios públicos y anunció la creación de una banca offshore para preservar los ahorros. |
OSCAR
TANGELSON
economista de Néstor Kirchner y actual viceministro de
Economía.
Bajaremos el IVA
Salario. Impulsaremos
una política de redistribución de ingresos antes que un aumento
del salario nominal, pues no debemos reducir el problema laboral a la función
efectista del salariazo. La redistribución del ingreso se impulsará
a partir de la disminución de la tasa de desocupación.
Empleo. La generación de empleo se basará en la recuperación
de los sectores productivos que resurgieron con la devaluación, como
las industrias metalmecánica, textil y alimentaria. Pero no tenemos una
estimación sobre cuánto puede llegar a bajar la desocupación.
Los planes Jefes de Hogar se van a mantener, pero se intentará convertirlos
progresivamente en empleos.
Política fiscal. Nos comprometemos a disminuir el IVA para generar un
incremento efectivo del salario real, pero no estamos en condiciones de afirmar
cuánto porque dependerá de las posibilidades de la economía.
Los principales impuestos serán el IVA, Ganancias y las retenciones,
que en el corto plazo se mantendrán como están.
Obra pública. La tasa de inversión de obra pública es baja.
Actualmente estamos alrededor del 0,8 por ciento del producto. Tenemos que plantear
una forma de canalizar nuestros recursos hacia la inversión pública,
pero no podemos pronosticar el porcentaje de aumento.
Crédito. En el sistema tradicional de crédito hay una serie de
normativas, como las de Basilea, que van a seguir vigentes. Por lo tanto, cuando
venga un productor con su proyecto se le brindará un abanico de financiamiento
alternativo a la vía restringida del crédito.
Banca pública. Es importante resaltar la función que cumplen los
bancos públicos más allá de su composición del capital,
aunque en algunos casos la apertura al capital privado podría contribuir
a darles mayor viabilidad.
Dólar. Las condiciones actuales del mercado están determinando
un valor de equilibrio del dólar. No debe haber una modificación
brusca de ese valor de la divisa para poder mantener los actuales niveles de
competitividad.
Deuda. Se van a negociar plazos más largos y una baja en la tasa de interés
para no presionar la capacidad de repago de la Argentina. Es bastante razonable
plantear una quita del 60 por ciento de la deuda.
Servicios públicos. Se continuará con el proceso de renegociación
de los contratos. El ajuste de tarifas se evaluará en cada uno de los
casos, haciendo prevalecer un equilibrio entre lo que implica una necesaria
rentabilidad de la empresa y el impacto sobre la población.
JORGE
BENALCAZAR
economista de Adolfo Rodríguez Saá
Habrá una
petrolera estatal
Empleo e ingresos.
Se lanzará un plan para construir 150 mil viviendas que dará empleo
a 900 mil personas. Impulsaremos actividades de forestación que crearán
un millón de empleos y obras públicas para terminar con las inundaciones
de los campos y darles trabajo a otras 300 mil personas. Con estas medidas terminaremos
con la desocupación en seis meses. Además convocaremos al Consejo
del Empleo para fijar un salario mínimo de 500 pesos.
Política fiscal. Reformularemos el gasto público para financiar
los 13.900 millones de pesos que requiere nuestro programa: 6 mil millones de
pesos se obtendrán eliminando la corrupción estructural que encubre
el Presupuesto. Otros mil millones de pesos a través de revisión
de contratos y eliminación de gastos superfluos como automóviles
oficiales, celulares y exceso de viáticos. La reasignación de
partidas del Plan Jefes y de los programas de alimentación nos permitirá
conseguir otros 3 mil millones de pesos. Los 3900 millones faltantes se obtendrán
de la partida destinada al pago de intereses de la deuda externa.
Política monetaria y finanzas. El Banco Central impulsará una
política monetaria activa, orientada a favorecer el otorgamiento de créditos
al sector productivo. Impulsaremos una reforma a la ley de entidades financieras
para favorecer el resurgimiento de las cooperativas de crédito. Consideramos
que el dólar está sobrevaluado, pero no vamos a forzar una baja
de su valor nominal. Deuda. Se creará una Comisión de Investigación
de la Deuda Externa para conocer el monto exacto que se debe y las condiciones
en que fue contraída. Luego vamos a negociar con los acreedores. Creemos
indispensable obtener un período de gracia de dos años, una baja
en las tasas de interés y una quita razonable. Si se cumplen estas condiciones,
será posible pagar la deuda externa con los tenedores de bonos en 12
años.
Servicios públicos. Se van a revisar los contratos para ver si las privatizadas
cumplieron los requisitos de inversión y calidad del servicio. En casos
de incumplimientos severos se les quitará la concesión. Las tarifas
serán revisadas cuando la economía se reactive y aumenten los
salarios.
Petróleo. Vamos a crear una empresa petrolera estatal que fije precios
testigo y pueda competir con las compañías que operan en el mercado
de modo cartelizado. Comenzaremos con una compañía que comercialice
petróleo con el mercado externo para luego financiar tareas de exploración.
Para obtener el petróleo no le vamos a quitar la concesión a Repsol.
Las regalías que hoy se pagan en pesos se podrían pagar en petróleo,
y ahí ya tendríamos el crudo necesario para comenzar a operar.
RUBEN
LO VUOLO
economista de Elisa Carrió
Rentas financieras
pagará Ganancias
Ingresos y salarios.
Se pagará un ingreso ciudadano a la niñez para los chicos de hasta
18 años, estableciendo como contraprestación la escolarización.
También se pagará un ingreso ciudadano a todos los adultos en
edad de jubilarse. Ambas medidas apuntan a recuperar el ingreso familiar. También
apostamos a una recomposición del salario real.
Empleo y producción. Se alentará la conformación de sistemas
productivos locales para generar empleo privado en pymes. Se implementarán
programas regionales de construcción de viviendas sociales y obras de
infraestructura. También se sancionará una ley para promocionar
empresas sociales y cooperativas. El Plan Jefes se mantendrá vigente.
Política fiscal. Implementaremos una reforma tributaria progresiva a
partir de darle mayor importancia a los impuestos directos como Ganancias y
Bienes Personales. En el caso de Ganancias, se incorporarán a la base
tributaria las rentas financieras, los dividendos y todos los ingresos que hoy
están exentos. Al interior de las empresas haremos una diferenciación
entre las ganancias reinvertidas y redistribuidas. Se impulsará una disminución
gradual del IVA hasta llegar al 10 por ciento. Las retenciones a las exportaciones
serán móviles, atendiendo a la rentabilidad del productor y a
la variación de los precios internacionales.
Política monetaria. Se implementará un régimen intermedio
entre el tipo de cambio fijo y la flotación libre, estableciendo bandas
de referencia.
Deuda. Exigiremos un mínimo de 3 años de gracia, una reprogramación
de los pagos a 30 años y una quita del capital cercana al 50 por ciento
que no sólo incluya a los tenedores privados de bonos sino también
a los organismos de crédito internacionales. Si no se llega a un acuerdo
con los acreedores, recurriremos al arbitraje internacional.
Servicios públicos. Revisaremos los contratos tomando en cuenta el proceso
desde el inicio de la privatización. En las concesiones de correos, aguas
y aeropuertos están los mayores problemas. Sin embargo, sólo rescindiremos
la concesión cuando sea legal, porque no vamos a tomar ninguna medida
que perjudique al Estado.
Petróleo. Fijaremos los precios del petróleo en función
de los costos internos y no del precio internacional. Exigiremos también
el mantenimiento de reservas mínimas y actividades de explotación.
Se apunta a la creación de una empresa petrolera estatal que impulse
actividades de exploración. Algunas renegociaciones de contratos para
la explotación de pozos petroleros se van a revisar con la expectativa
de recuperar esos pozos.
PABLO ROJO
economista de Carlos Menem
No tendremos un
tipo de cambio fijo
Ingresos y salario.
Disminuiremos la presión impositiva sobre el trabajo para recuperar el
poder adquisitivo del salario. Quedarán sólo dos contribuciones
al régimen de seguridad social, que van a ser el 9 por ciento para el
sistema jubilatorio y 6 por ciento para el sistema de salud. Simultáneamente,
se otorgará una asignación universal de entre 30 y 50 pesos a
5,8 millones de chicos de 5 a 16 años, sea cual fuere la condición
laboral de sus padres. Quienes lo reciben estarán obligados a escolarizarse.
Empleo. Se profundizará la iniciativa tendiente a favorecer la incorporación
de los receptores del Plan Jefes en empresas privadas. Se impulsarán
planes de obra pública para la construcción de viviendas, mejoramiento
del sistema vial y saneamiento de cuencas hídricas. Con nuestro programa
la desocupación puede bajar a un dígito al cuarto año de
gobierno.
Política fiscal. Derogaremos exenciones impositivas, fundamentalmente
las exenciones que tiene el impuesto a las Ganancias sobre las rentas de capital.
En un nuevo régimen de Coparticipación Federal se suprimirá
en las provincias el pago de Ingresos Brutos y Sellos. El impuesto a las Ganancias
de las personas físicas y el impuesto a los patrimonios irán en
su totalidad a las provincias. La Nación cobrará todos los impuestos
a las transacciones y los coparticipará. El IVA se va a generalizar y
se bajará al 15 por ciento. Las retenciones a las exportaciones bajarán
cinco puntos por año hasta desaparecer.
Política monetaria. Vamos a tener un régimen con un peso fuerte
y estable, pero no fijo. En términos reales, el dólar está
muy alto y los salarios muy bajos.
Banca pública. Concretaremos una recapitalización de la banca
pública sobre la base de la apertura al capital privado, pero manteniendo,
en el caso del Banco Nación, un fuerte sesgo hacia la financiación
del agro y las pymes. La participación del capital privado será
minoritaria y se colocará entre pequeños ahorristas a través
de la Bolsa de Buenos Aires.
Deuda. Impulsaremos una rápida oferta de canje de los papeles defaulteados,
o de todos los papeles, fijando como restricción que la Argentina no
pague más de 3,5 del PBI en concepto de servicios de su deuda. Eso implicaría
una quita en valor neto presente del 40 o 50 por ciento.
Servicios públicos. Los contratos con las empresas de servicios públicos
serán modificados lo menos posible por razones de seguridad jurídica.
Las tarifas deben ajustarse, pero no se autorizará hasta que se recuperen
los salarios.
JULIO
PIECKARZ
economista
de Ricardo López Murphy
Queremos una banca
offshore
Empleo. Se reducirán
drásticamente las alícuotas de los impuestos al trabajo y se va
a garantizar la flexibilidad laboral para generar empleo. Es necesario reconstituir
la inversión y el crecimiento en la industria y en el sector servicios,
pero no estamos pensando en promover algunos sectores por sobre otros, pues
creemos que la demanda del mercado decidirá qué actividades crecerán
en el futuro. Se van a mantener mecanismos asistenciales para los desocupados,
pero se exigirán contraprestaciones laborales. Las empresas que necesiten
personal, pueden disponer de quienes cobran el subsidio. Por lo tanto, se conformará
un registro único de receptores del plan auditado por el sector privado
para evitar usos clientelares.
Política fiscal. Se va a bajar significativamente el impuesto al cheque
y el remanente se va a tomar como pago a cuenta de otros impuestos. Las retenciones
a las exportaciones se van a eliminar gradualmente. La tasa del IVA se va a
mantener porque la política económica tiene que ser valiente,
pero no temeraria, porque la Argentina tiene que lograr un superávit
de entre 4 y 5 puntos del PBI.
Deuda. Vamos a pedir plazos de gracia de 3 a 5 años para los pagos de
capital y renegociar las tasas de interés. No vamos a reclamar quitas
de capital, pero al extender los plazos y bajar la tasa de interés, el
valor presente de la deuda baja. El plan está diseñado para que
al cabo de 30 años la relación deuda- producto caiga al 20 por
ciento.
Política monetaria y finanzas. Proponemos mantener la flotación
cambiaria, pero con la institucionalidad monetaria y fiscal de la convertibilidad.
Eliminaremos la facultad de financiar al Tesoro desde el Banco Central. No va
a haber redescuentos para el sistema financiero, salvo en situaciones de iliquidez
y de riesgo sistémico. El Banco Central deberá tener reservas
internacionales que respalden la base monetaria, valuando esas reservas a un
tipo de cambio histórico. Al mismo tiempo, se van a eliminar todos los
controles de cambios. En cuanto a los bancos, se deberá preservar la
banca universal tal como ha existido hasta ahora, pero se deberá complementar
con una banca universal offshore con contratos bajo ley extranjera.
Servicios públicos. Es necesario volver a un sistema de libertad de fijación
de precios por parte de las empresas, pero luego de un período de convergencia
donde de manera creciente las compañías puedan reflejar sus costos
y las tendencias de la demanda hasta que puedan hacerlo de manera plena.
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