MEDIDA DEL BANCO CENTRAL PARA QUE LAS CEREALERAS VENDAN DóLARES
Las grandes cerealeras estaban prefinanciando exportaciones en el sistema financiero local y de ese modo no sumaban dólares a las reservas del Banco Central. Las entidades locales tienen ahora límites a esos créditos.
› Por Cristian Carrillo
Las principales diez cerealeras facturan el equivalente a más de 10 mil millones de dólares anuales, ubicándose dentro de las mil empresas que más venden en el país. El costo laboral en la actividad promedia entre el 1,5 y el 0,25 por ciento de sus ingresos, según datos de la Facultad de Económicas de la Universidad de Rosario. Los márgenes se abultan en algunos casos por maniobras de elusión y evasión fiscal con subfacturación y/o sobrefacturación de importaciones y de exportaciones. Los negocios de esas multinacionales incluyen intermediación de dinero, tomando crédito en pesos local y obteniendo ingresos en dólares. “Estas compañías actúan como mesas de dinero”, aseguran desde el Banco Central. El círculo se cierra con la especulación en la liquidación de divisas que presiona el tipo de cambio al alza.
El negocio financiero y cambiario de cerealeras es una de las contracaras de la caída de las reservas. Especulan con los tiempos de venta a la espera de un mejor precio internacional del producto. También especulan en la liquidación de la cosecha. Esto último define la oferta cambiaria. El Banco Central es su contraparte en la pulseada cambiaria ante empresas con una fuerte espalda financiera.
Las cerealeras tomaban crédito de bancos locales en pesos pese a que sus ingresos son en dólares. Esta situación no sólo les genera un ingreso extraordinario por tipo de cambio sino que reduce el stock de crédito que los bancos podrían prestar a pequeñas y medianas empresas. De esa forma, las cerealeras no suscriben líneas de crédito internacionales con tasa de interés más bajas. El Banco Central dispuso entonces un tope para al financiamiento que los bancos locales pueden destinar a las grandes empresas exportadoras. La decisión busca garantizar que las principales cerealeras vuelvan a prefinanciar sus ventas externas a través de créditos internacionales en dólares y recuperar una fuente de ingreso de reservas, equivalente a 2 mil millones de dólares. Según explicaron desde el BCRA, ese monto de divisas se recuperará en un plazo aproximado de unos seis meses.
La norma establece que los bancos deben mantener un tope de su capacidad prestable para destinar a grandes exportadoras equivalente al 0,3 por ciento, que actualmente representa los 2 mil millones que ingresarían al mercado en el semestre. La medida alcanza a las empresas que exportan desde el 75 por ciento su producción y a la vez tienen un saldo de deuda en pesos no menor a 200 millones. En este grupo se ubican Bunge, Cargill, Dreyfus, Nidera, AGD y Molinos, entre otras. El Central también les había cerrado el mes pasado la puerta a que tomen crédito en el exterior para suscribir bonos Baade y ganar con su venta en el mercado secundario. A través de ese mecanismo, las exportadoras habían comprometido el ingreso de unos 500 millones de dólares. El tope en los préstamos tuvo un efecto inmediato: en la primera operación posterior a la implementación de la norma, las cerealeras liquidaron 200 millones de dólares, lo que quintuplicó el promedio diario de meses previos
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