Dom 20.07.2014
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“Fortalecer la...”

› Por Natalia Aruguete

El Centro del Sur es una organización intergubernamental creada en 1995 por iniciativa de la Comisión del Sur, que reconoce la necesidad de fortalecer la cooperación Sur-Sur en la esfera internacional. “Durante la Guerra Fría, las tensiones estaban divididas entre Occidente y Oriente. Tras la disolución del bloque soviético, se generó una situación nueva que demandaba una postura del Sur”, explicó a Cash Manuel Montes, su actual director. Este organismo, con sede en Ginebra, busca aunar competencias de los países en desarrollo y brindarles apoyo intelectual y estratégico, con el propósito de defender sus intereses en las instancias de negociación con otros países. Montes visitó Buenos Aires para participar en una serie de disertaciones organizadas de manera conjunta por Ciges, FILA, CefidAR y Clacso. En la charla, este intelectual filipino enumeró las preocupaciones del Sur que están en la agenda de la entidad que preside.

¿Cómo evalúa la coyuntura económica de la Argentina?

–El mundo está cambiando, algunos países han sido beneficiados por el crecimiento de China, como Argentina. Ahora China está entrando en un período de menor crecimiento. China venía comprando ciertos commodities porque estaba en un período de inversión. Pero ahora China está cambiando su mix, yendo de la inversión hacia el consumo, por lo que van a comprar otras cosas: carnes, leche. Si los empresarios fueran inteligentes comprarían activos de Argentina.

¿Por qué deberían hacerlo?

–Porque la estructura de exportación argentina es diferente de las de Chile o de Brasil. La propensión hacia el consumo por parte de China puede pensarse atractivo por el lado de la alimentación. Como China tiene límites de producción, va a demandar importación y los países que están dotados para hacerlo, como Argentina, van a estar en una condición favorable. Pero ustedes no quieren que Argentina sea sólo un país exportador de alimentos, entonces debe industrializarse también. Pero insisto, mientras que muchos se quieren ir de la Argentina yo haría lo contrario: vendría aquí porque veo una perspectiva que significará una ventaja en términos de inversión, aunque puede llevar mucho tiempo.

¿Cuál es el mayor impacto de tener una cuenta capital abierta?

–Se tiene la ilusión de que la apertura de la cuenta capital atraerá capitales para la inversión. Pero, de hecho, los países que tienen inversiones extranjeras las tuvieron antes de la apertura de capitales. La diferencia es que la apertura de la cuenta de capitales da la posibilidad y la garantía de que pueden volver cuando quieran. Los estudios realizados sobre este tema dicen que abrir la cuenta capital no es una garantía de atracción para las inversiones extranjeras. Lo que más atrae es el capital de corto plazo que busca especular, no con la idea que está pensada en los orígenes de la cuenta de capital, que es la atracción de los mismos por plazos largos. No importa tanto para las inversiones que emplean gente, se trata de una estabilidad legal para las empresas extranjeras. Abrir la cuenta de capitales es una cosa muy seria porque también les estás sacando la responsabilidad a los capitalistas de hacer inversiones en el propio país.

¿Por qué?

–La apertura de la cuenta capital también tiene efectos para los capitales locales ante situaciones tales como el aumento de la inestabilidad o la presunción de ciertas circunstancias que pueda atravesar la economía, que los puede llevar a invertir afuera cuando más se los necesita. Con el problema adicional de que, cuando salen al exterior, generan también una referencia para la tasa de interés, lo que redunda en una falta de apalancamiento para el desarrollo. Al no conseguir capitales de largo plazo, se inhibe el apalancamiento al desarrollo.

¿Qué políticas son necesarias para controlar la cuenta de capitales?

–En el caso de Asia, el primer control pasa por definir para qué se saca el capital al exterior. Por ejemplo, en Malasia en 1997, los que vendían acciones en la Bolsa no podían comprar dólares, debían esperar un año; eso se aplicaba a extranjeros como a locales. Eso ejemplifica cómo se vincula el origen del dinero con la capacidad de acceder a la compra de divisas. Si uno necesitaba divisas para viajar al exterior o pagar la educación de sus hijos en el exterior, para eso sí había dinero. Pero hay que avisarle al gobierno para qué quieren dinero extranjero, y el gobierno tiene reglas para establecer prioridades. Lo importante es lograr que los controles de capitales sean comprensibles para la gente. Hay que separar lo que es especulación de lo que se destina para la actividad, producción y bienes necesarios. Si uno quiere poner una empresa afuera, es una posibilidad, pero si solo quiere llevarse el dinero afuera y después volver sin control, no. Hay que separar la especulación de los precios de los activos de lo que es la economía real.

Norte-Sur

¿Qué idea subyace en el documento “El desafío del Sur”, que dio origen al Centro del Sur?

–La relación Norte-Sur comenzó a ser central, las diferencias existentes adquirieron mayor notoriedad. En ese contexto, el Centro del Sur se creó como un secretariado, una apoyatura para los países del Sur en ese debate. Somos la contraparte para el Sur de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), que sirve a los países del Norte. Nuestro llamado es a estar juntos para tomar posiciones comunes frente a las negociaciones.

¿Qué temas tiene en agenda el Centro del Sur?

–Uno es la propiedad intelectual y la producción de conocimiento, que están monopolizados por el Norte. El segundo es el cambio climático, un problema ambiental que tiene una vertiente económica. La cuestión del cambio climático ha sido utilizada como un motivo para inhibir el de-sarrollo de los países del Sur.

¿Mediante qué estrategias?

–La prevención del cambio climático alentó un proteccionismo climático que funciona como traba para los países del Sur. La mayor polución proviene de los países del Norte, que son los que mayor incidencia tienen y los que están promoviendo esas discusiones. En las emisiones de carbono, la polución dura entre 200 y 500 años, por lo que la acumulación de producción industrial está puesta allí.

¿Con qué consecuencias?

–Se está llegando a una situación donde los límites empiezan a ser más estrechos. Y éste es también un tema para los países en desarrollo, que necesitan crecer y para ello deben aumentar su consumo de energía. Mientras los países del Norte siguen teniendo cuatro autos por familia, lo que implica un consumo desmesurado, los países del Sur aún necesitan crecer y para eso tienen menos espacio. Por ende, está en el Norte la responsabilidad de reducir las emisiones y plantear una solución distinta para el cambio climático. El comercio es otro de los temas más restrictivos para los países del Sur. Respecto de estos temas, desde el Sur se tiene una visión distinta.

¿En qué consiste esa visión?

–Los países del Sur tenemos derecho a tener nuestras propias políticas, porque estamos en desventaja respecto de los del Norte, que quieren inhibir nuestras políticas industriales mediante los tratados de libre comercio. Permítannos equivocarnos, no nos digan lo que debemos hacer en el Sur.

¿Qué otro tema quieren poner en la mesa de discusión?

–La cuestión financiera. En la época del capitalismo actual, las finanzas son muy importantes, por eso tenemos una clara posición sobre temas vinculados con los tratados bilaterales de inversión (TBI), a través de los cuales los países del Norte imponen restricciones respecto de las condiciones de inversión. Un aspecto relacionado con esta cuestión es el del endeudamiento, que para Argentina es muy importante, y el otro, la nueva arquitectura financiera y las posibilidades de los países del Sur de financiarse a sí mismos. En el marco de la globalización, el Sur demanda tener su propia capacidad financiera.

¿En qué tipo de herramientas están pensando para que el Sur se autofinancie?

–La primera manera es a través de la movilización de los recursos que los países del Sur ya tienen y los exportan. Una primera posibilidad sería utilizar esas exportaciones en el mismo Sur. Eso les daría la posibilidad de controlar los precios justos y los commodities, esos condicionamientos que existen en el trato justo del Norte con el Sur. Las transnacionales se suelen quedar con una buena parte de esa renta. Es decir que no sólo se trata de atraerlos sino de crear un frente común y, de esa forma, establecer reglas claras para saber con qué se quedan los países del Sur. Un tema es la defensa de los propios recursos. En el caso de la minería en Africa, se trata de coordinar una visión común para poder tratar con las transnacionales.

Si pudiera enumerar las consecuencias de los tratados de libre comercio para los países en desarrollo, ¿cuáles mencionaría?

–Los tres países latinoamericanos que están más comprometidos son Chile, Perú y México, que ya tienen acatado el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, por lo que no habrá muchos cambios. Se cree que los tratados de libre comercio están vinculados con el comercio pero no tiene nada que ver con eso. Los tres ya tienen acuerdos comerciales con Estados Unidos.

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