Dom 20.07.2014
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EL AGITADO SEMESTRE DE TERMINALES, AUTOPARTISTAS Y TRABAJADORES DE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ

Calentando motores

La caída de la producción en la primera mitad del año, el acuerdo automotor con Brasil y las iniciativas oficiales para dinamizar la demanda dominaron el sector. Perspectivas y desarrollo tecnológico local.

› Por Hernán Aruj y Bárbara Mora *

Al observar la evolución del sector automotor en el primer semestre del año, y al comparar los diferentes análisis realizados, pueden observarse distintos argumentos para explicar la caída en la producción. Pero al evaluar los niveles de ventas, producción y exportación de automóviles y autopartes en Argentina y Brasil, se encuentran realidades que no son tan lineales como se enuncian.

En un contexto de reducción de reservas internacionales, el panorama sectorial en este año se presenta como complejo, luego de haber registrado un record de ventas en 2013, con 931.917 unidades. De esas ventas, 573.036 automóviles fueron importados por las terminales y 32.299 por particulares. En tanto, la producción local de 791.007 unidades generó una exportación de 433.295 vehículos. Como resultado, el Banco Central registró un déficit de divisas de 8177 millones de dólares por el sector automotor en su conjunto, sin distinguir los rubros de automóviles terminados y autopartes. Este dato no coincide con los del Indec debido a que ciertos pagos son anteriores o posteriores respecto de la fecha de la operación.

La importancia del déficit motivó la sanción de la ley Nº 26.929 en diciembre del año pasado, que estableció un aumento de impuestos internos del 35 por ciento para los vehículos que tuvieran un valor de entre 170.000 y 210.000 pesos, y del 50 por ciento para aquellos que superaran ese último monto. El nuevo valor de la moneda nacional respecto del dólar, cercano a los 8 pesos a partir de enero, también impactó en las compras de automóviles.

Estas dos medidas son presentadas en ciertos medios como las causantes de la caída del 33 por ciento en las ventas de enero a junio de este año, pero ese análisis no evalúa el impacto diferencial en la producción nacional y la importada. Mientras que las cifras de las unidades producidas en el país cayeron un 24 por ciento, las importadas por terminales lo hicieron en un 38 por ciento, y aquellas importadas por distribuidores y particulares, un 59 por ciento.

Otra de las afirmaciones habituales respecto de la reducción de las ventas omite el análisis de los impactos por firmas. La caída global de ventas medidas de manera interanual es del 32 por ciento para las once terminales y la mayoría acompaña la tendencia. Sin embargo, Toyota Argentina experimentó un aumento de ventas del 33 por ciento, debido al precio especial de un modelo nuevo que intenta ganar mercado y a una fuerte campaña publicitaria. En Brasil, que registra una caída del 10 por ciento en la venta de automóviles durante el semestre, algunas marcas también registraron aumentos: Hyundai y Mercedes Benz, un 15 por ciento cada una, y Renault, un 7 por ciento.

Medidas

La caída de ventas hizo temer por la posibilidad de despidos de trabajadores en las automotrices, ante lo cual las autoridades de Economía e Industria pidieron en mayo que se mantuvieran los puestos de trabajo, aunque se tuvieran que realizar suspensiones temporales. El objetivo fue ganar tiempo mientras se negociaba con Brasil y se diseñaba un plan de estímulo específico.

En junio, los representantes de Argentina y Brasil acordaron reimplantar el sistema “flex” de comercio administrado del sector automotor, luego de que venciera el anterior. Por este acuerdo, cada país puede exportar hasta 1,5 dólar como máximo ante cada dólar que importe del otro. Asimismo, se aseguró para los automóviles argentinos un 11 por ciento del mercado brasileño y para Brasil un 44 por ciento del mercado argentino.

Con el objeto de estimular la demanda, el gobierno nacional lanzó el Programa de Crédito para compra de Autos 0km (ProCreAuto), que permite financiar hasta el 90 por ciento del valor del vehículo a una tasa del 17 por ciento anual. El tope de 120.000 pesos implica que se pueden elegir 26 modelos y pagarlos hasta en 60 meses. Pocos días después, el Banco de la Provincia de Buenos Aires lanzó el Plan Activa Leasing, destinado a financiar la compra de autos, camionetas y utilitarios cero kilómetro producidos por las compañías Citroën, Ford, Honda, Peugeot, Toyota y Volkswagen. La tasa de interés es del 22 por ciento los primeros seis meses, y luego la tasa es variable.

Dentro de los acuerdos con Brasil, se comenzará a negociar un sistema para incrementar la producción de autopartes a fines de aliviar el déficit en el rubro, que es recurrente en ambos países. Los conflictos laborales en Gestamp y Lear ejemplifican los problemas del sector. Brasil tuvo en 2012 un déficit del rubro de 6105 millones de dólares y, el año pasado, de 9892 millones; para nuestro país fue de 7697 millones el primer año y 8135 millones para 2013, según el Indec. Quien está ganando mercado a nivel mundial es China, que en 2011 tuvo un superávit de 28.320 millones de dólares y en 2012, de 30.070 millones de dólares. Considerando que el 30 por ciento de las autopartes tiene como destino las reparaciones y modificaciones, y dada la existencia de normativa específica referida a la recuperación de autopartes usadas, sería importante una mirada integral que rescatara los aportes de las cámaras de productores y vendedores de autopartes, u organismos como la Coordinación de Autopartes del Ministerio de Industria, la Dirección de Fiscalización de Desarmaderos y Autopartes del Ministerio de Seguridad, la Superintendencia de Seguros de la Nación o el INTI.

Transformación

El contexto internacional muestra que la demanda automotriz europea se recupera, luego de haber alcanzado en 2012 el mínimo en dos décadas. Lo mismo sucede con las ventas de automóviles en los Estados Unidos y Japón. Respecto de los emergentes, mientras que Brasil y Rusia han reducido su demanda, el mayor mercado automotor del mundo, China, mantiene su crecimiento.

Diferentes desafíos se presentan a la industria, como las mayores exigencias medioambientales y de eficiencia en el consumo, la introducción de las tecnologías de la información y la interacción con otros dispositivos, y la creciente preocupación por la seguridad del peatón.

Las tendencias futuras llevan a la necesidad de repensar el sector: el automóvil es parte del sector de transporte, que se está redefiniendo también; cada unidad exige optimizar el consumo, aumentar la seguridad, y comienza a interactuar vía software con otros dispositivos. Las terminales tratan cada vez más de incrementar el grado de piezas que producen y de centralizar la adaptación a las nuevas tendencias.

Teniendo en cuenta el espectacular crecimiento del sector en la última década, con aumento de producción, empleos y valor agregado, hay que plantearse una agenda de adaptación del país a los cambios por venir.

Además de mantener los distintos planes ya aplicados para el sector autopartista, cabe preguntarse si Argentina no puede liderar los desarrollos en determinados productos. Aquí es clave lo que se decida realizar con un insumo de gran potencial para la industria automotriz como es el litio, utilizado en la producción de baterías.

Argentina, Bolivia y Chile poseen el 85 por ciento de las reservas de litio a nivel mundial y, en Jujuy, la automotriz japonesa Toyota comenzará a producir carbonato de litio. El desafío de producir baterías puede ser planteado como requisito a las automotrices o ser asumido directamente por Fabricaciones Militares.

Elegir un nicho productivo con perspectivas de crecimiento para que nuestro país se especialice puede ser un camino para potenciar un sector que tiene una rica historia de innovaciones locales.

* Integrantes del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP).

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