FUNDACIóN LA BASE CUMPLIó 10 AñOS
En Argentina, buena parte de las cooperativas que reciben créditos de la Fundación La Base son empresas recuperadas. Al prestar a cooperativas favorece una mayor igualdad, preservando y generando trabajo.
› Por Esteban Magnani
“El capital financiero suele generar riquezas para quienes lo poseen. Lo que nosotros queremos es que ese capital sirva a quien lo toma prestado”, explicaba Brendan Martin con su fuerte acento estadounidense durante los recientes festejos por el décimo aniversario de Fundación La Base. El lugar del evento fue el Bauen Hotel, un símbolo de las empresas recuperadas en Argentina y una de las noventa cooperativas que recibió préstamos de la Fundación. La metodología que elaboró esta organización entra en la lógica del microcrédito pero evita algunas de sus trampas. Julián Massaldi, quien trabaja con La Base desde sus inicios en 2005, explica a Cash que con el microcrédito tradicional “en los casos exitosos, se generan emprendedores que podrían transformarse con el tiempo en empresarios que reproduzcan el modelo de concentración del poder y las ganancias. Al prestar a cooperativas favorecemos una mayor igualdad, preservando y generando trabajo de calidad, con poder de decisión”.
El neoyorquino Brendan Martin cuenta que siempre tuvo la idea de formar una organización de finanzas solidarias, inspirado en el ejemplo de Mondragón, en el País Vasco, caso que había investigado durante sus años de estudiante de economía. El corazón de ese movimiento cooperativo fundado en 1956 fue la Caja Laboral, donde las organizaciones depositaban el excedente, el cual se utilizaba para la formación de nuevas cooperativas. El recurso financiero propio fue fundamental para que llegue a ser un conglomerado internacional. Cuando en 2004 Martin vio la película La Toma sobre empresas recuperadas, dirigida por los canadienses Naomi Klein y Avi Lewis, pensó que había encontrado el lugar perfecto para poner en práctica sus ideas. Así fue que a fines de 2004 vino a la Argentina junto con Avi Lewis y contactó a varios miembros del equipo de filmación, quienes ya habían logrado un vínculo de confianza con los trabajadores, una herramienta clave para iniciar la relación.
La metodología que usa La Base es simple y original: la cooperativa llega con un plan de negocio, lo discute con el agente de préstamos de la organización y se busca que los riesgos sean proporcionales al impacto que puede tener el proyecto (sobre todo cantidad de nuevos trabajos que se pueden crear y mejora de su condiciones). Una vez establecidos los detalles, la asamblea de La Base decide si se justifica el préstamo. En caso afirmativo, paga la materia prima, el servicio o lo que fuera que se necesita para iniciar el proyecto y acompaña a la cooperativa durante el resto del proceso. Probablemente lo más original de esta forma de trabajo es que la única garantía es el proyecto mismo: si no genera el dinero esperado, la cooperativa no tiene obligación de devolverlo sacándolo de otro lado. Por eso es fundamental tener un buen plan de negocios: si falla, el dinero se pierde para siempre. Contar con efectivo en mano permite a la cooperativa mejorar significativamente su posición al negociar con clientes y proveedores.
Esta metodología le permitió a La Base otorgan más de setecientos préstamos por un total de más de 20 millones de pesos, con una tasa de devolución del 98 por ciento. Los fondos que se utilizan provenían en un comienzo de donantes privados de los Estados Unidos, pero en los últimos años se han sumado fondos de la Comisión Nacional de Microcrédito (Conami), además de otros aportados por la Red Gráfica de Cooperativas que delegó en La Base la gestión de su fondo propio. La tasa de interés en el caso de los préstamos con dinero de la Conami, cuyo grupo objetivo son las cooperativas más pequeñas, es del 6 por ciento anual, mientras que el resto paga un 30 por ciento. No se cargan otros costos más que el impuesto al crédito y al débito en caso de que corresponda. El dinero que se recibe por intereses suele volver al fondo para preservarlo de la inflación y los costos operativos se cubren con donantes privados o fondos provistos por Conami para este fin.
Durante los festejos estuvieron representantes de La Base Nicaragua y Nueva York, donde se la conoce como The Working World. Todas las organizaciones comparten la metodología aunque, claro, fuertemente cruzada por la realidad local. Por ejemplo, mientras que en Argentina buena parte de las cooperativas que reciben créditos son empresas recuperadas, en Nicaragua son sobre todo rurales y en Nueva York son mayoritariamente de servicios. The Working World incluso colaboró en la formación de la primera recuperada de los Estados Unidos, New Era Windows, una planta de Chicago actualmente gestionada por sus trabajadores luego de una quiebra.
Diez años después, siguen los proyectos a futuro, como incrementar el fondo, salir de capital y conurbano y afianzar la relación con el movimiento. En cualquier caso, lo que parecía imposible hace una década se consolidó con prácticas eficientes y con impacto, para alegría de los cooperativistas, los actuales miembros de La Base y quienes han colaborado en su gestación, como quien firma esta nota.
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