LA SITUACIóN DE LOS JóVENES EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
La Encuesta Joven 2014 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires refleja la inmensa brecha que separa a los habitantes del Sur y del Norte. Faltan políticas integrales para los sectores más vulnerables en la Ciudad.
› Por Valeria Chorny * y Vilma Paura **
Recientemente se han dado a conocer los resultados de la Encuesta Joven 2014, que se realiza desde 2008, cada dos años en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El organismo responsable de esta iniciativa es el Observatorio de la Juventud, dependiente de la Dirección General de Políticas de Juventud (Vicejefatura de Gobierno de la Ciudad). A través de la implementación de esta Encuesta Joven se busca conocer más sobre las condiciones de vida, trabajo, educación y tiempo libre, entre otros indicadores, de los y las casi 700.000 jóvenes de entre 15 y 29 años que habitan en la CABA, con el fin de mejorar sus oportunidades de inclusión social, según se sostiene en el informe de la Encuesta.
También allí se señala la importancia de la producción de información sobre la situación en la que vive ese heterogéneo colectivo que identificamos como “juventudes” y la institucionalización de la Encuesta, mediante la sanción de una ley que establece su obligatoriedad. Ya nadie pone en duda la relevancia de la información estadística para buenos diagnósticos y buenos diseños de políticas públicas.
El análisis de los datos permite, eso sí, lecturas diversas, tal vez haciendo válida esa expresión cotidiana de que “depende del color con que se mire”. En este espacio recuperaremos algunos datos sobre la situación de los y las jóvenes en 2014 y se leerán en comparación con los relevados en la aplicación de la misma encuesta en el 2012.
Entre los principales resultados de la Encuesta 2014, se lee que un 22,2 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 29 años atraviesa problemas socio-residenciales (viviendas inadecuadas, pieza de inquilinato, en villas de emergencia o con problemas ambientales, etc), casi un 2 por ciento más que en 2012 (20,6 por ciento). Se establece relación con otro dato, también alarmante: que la población joven residente en villas en la CABA se incrementó de un 6,9 por ciento en 2012 a un 9,1 por ciento en 2013, según la Encuesta Anual de Hogares. Las brechas entre el norte y el sur de la ciudad son impactantes: mientras que el 12,4 por ciento de los jóvenes que habitan en la zona norte tienen problemas socio-residenciales, dicha proporción asciende al 39,1 por ciento para los que habitan en la zona sur.
En cuanto a los indicadores de educación, un 33,0 por ciento de los encuestados señaló haber repetido algún año, mientras que un 18,6 por ciento no finalizó el secundario ni asiste a un establecimiento educativo. Si se revisan otros indicadores, las señales muestran un deterioro de la situación educativa de los jóvenes de la ciudad con respecto a 2012, ya que tanto el nivel de repitencia como la deserción se incrementaron. Pero además de este deterioro general, aparece con fuerza la desigualdad al interior de estos datos, dado que, según consigna el mismo Informe, “el nivel de repitencia en el sur [de la Ciudad] casi duplica el de los jóvenes del norte (43,4 y 23,3 por ciento, respectivamente). A su vez, la tasa de abandono en el sur triplica la del conglomerado norte (30,5 y 10,2 por ciento, respectivamente)”. Esta desigualdad territorial se expresa también en un dato que marca las posibilidades de trayectorias educativas de los jóvenes: sólo un 2,9 por ciento de la zona sur accedió a un título universitario, frente a un 14,0 por ciento de la zona norte.
Otra de las dimensiones relevadas, el empleo, también presenta desigualdades significativas. De los jóvenes que están empleados (el 58 por ciento del total), un 32 por ciento señala que se trata de un empleo de mala calidad o de tipo precario. Si bien este indicador tampoco resulta llamativo en un contexto general en el cual los jóvenes enfrentan peores condiciones de empleo que el resto de la población, sí lo es al mirar las diferencias territoriales: la precarización del empleo juvenil se duplica en las comunas del sur (45,3 por ciento), con respecto a lo que pasa en la zona norte de la CABA (24,3 por ciento). Según el Informe, otros cruces muestran que la tasa de desocupación de los jóvenes con problemas socio-residenciales es del 16,2 por ciento, mientras que entre los que no tienen problemas habitacionales la tasa de desempleo es del 8,9 por ciento, lo que reafirma la situación de “acumulación de desventajas”, para usar la expresión con la que Gonzalo Saravi (2006) define las formas de exclusión en América latina.
Al considerar las dimensiones de empleo y educación en conjunto, el Informe construye el dato de los jóvenes que no estudian ni trabajan, que también se incrementó fuertemente en los últimos dos años, pasando de un 8,1 por ciento en 2012 al 12,8 por ciento en la actualidad.
En cuanto al resto de los indicadores que mide la Encuesta, hay otros datos clave que van en el mismo sentido. En materia de salud, en promedio, se indica que 3 de cada 10 jóvenes de la Ciudad no poseen cobertura de obra social ni medicina prepaga. Este promedio también esconde desigualdades, ya que el porcentaje del 28,5 por ciento de promedio total de la Ciudad trepa hasta un 43,1 por ciento en los jóvenes de las comunas del sur. Esto se repite en el caso de las consultas en el sistema público de salud, que representan un 38,6 por ciento del total, pero se elevan a más del 50 por ciento en la zona sur (51,9 por ciento).
Por último, tanto en el acceso a nuevas tecnologías, como en los consumos culturales, continúan apareciendo fuertes brechas entre el sur y el norte de la Ciudad. Los jóvenes que residen en las comunas del sur son los que menos acceden a bienes culturales como recitales, cine teatro, así como también a las posibilidades de realizar talleres artísticos.
A partir de los datos seleccionados y presentados previamente, se abren múltiples interrogantes y diversas líneas de trabajo para profundizar, sumamente relevantes tanto para las investigaciones sociales como para la implementación de políticas públicas.
Con la información compartida, es posible asumir las profundas diferencias de la situación de vida de los jóvenes entre el norte y el sur de la CABA. Más allá de los disensos, desde distintos sectores se señala la falta de políticas integrales para los sectores más vulnerables en la Ciudad, que permitirían reducir esa dualidad entre las comunas del norte y las del sur. Los datos presentados por la Encuesta refuerzan esas lecturas y abren interrogantes sobre la dirección de las políticas desarrolladas en los últimos años desde el gobierno de la Ciudad. Por un lado, el relevamiento muestra las formas de la desigualdad que asume la dualidad territorial entre las comunas del norte y las del sur. Por otro, la comparación de los datos entre 2012 y 2014 indica un deterioro de la situación educativa, socio-residencial y del empleo de los jóvenes.
En un año de fuertes promesas de campaña y evaluaciones de gestión, este Informe producido por un organismo público de la Ciudad resulta clave ya que interroga sobre qué (no) se ha hecho para revertir las desigualdades territoriales al interior de la Ciudad y, específicamente, para atender a uno de los sectores más desfavorecidos, pero a la vez estratégicos para pensar el desarrollo presente y futuro de nuestra sociedad.
* Socióloga, maestranda en Políticas Sociales Urbanas, Untref
** Mg. en Políticas Sociales, UBA, docente-investigadora, Untref
(Las autoras son parte de un equipo que estudia las políticas sociales en la Ciudad de Buenos Aires. Líneas de acción estatal 1983-2011”, CeipsuUntref.)
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