Una eventual devaluación y liberalización de los precios a los vaivenes del mercado comienza a descontarse en las cotizaciones de las acciones de empresas vinculadas con el sector externo. La fuerte suba que registrarán eventualmente los precios internos como consecuencia de esas dos políticas económicas explica en buena medida aumentos de hasta más de ciento por ciento en algunos papeles privados desde las elecciones generales que posicionaron con chances al candidato Mauricio Macri. Firmas molineras, alimenticias, siderúrgicas, concesionarias de servicios y energéticas apuntan a incrementar su rentabilidad emparejando los precios internos con los internacionales.

Tras conocerse el resultado del 25 de octubre pasado, que puso al espacio Cambiemos como una fuerza competitiva rumbo al ballottage presidencial, los activos privados iniciaron un raid alcista que llevó a duplicar sus precios respecto a la situación previa. Las primeros en dar el salto fueron las acciones bancarias, debido a la especulación de un gobierno más amigable con el mercado y los negocios que se abren para el sector ante una administración que buscará financiarse vía emisión de deuda. Con cierto rezago las empresas con perfil exportador se alistaron en la escalada y rápidamente se posicionaron entre las de mayor suba.

Las alimentarias encabezan el ranking. Sin un mecanismo de administración del comercio y con una megadevaluación, estas firmas anticipan grandes beneficios por sus ingresos exportables pero también por un ajuste en los precios internos. Sin importar cuánto se intente negar el eventual impacto, un ajuste en el tipo de cambio llevará a incrementos en los precios internos porque deberán competir con los valores en dólares que pueden obtenerse por la exportación. La suba de precios derivada de la devaluación y el quite de retenciones propuesta por Macri comenzó a verse en la economía doméstica. Esta semana se conocieron varias denuncias de la cadena panificadora por aumentos del orden del 50 por ciento en el precio de la harina.

Este rubro lo encabeza el molino Juan Semino, que produce almidón y gluten de trigo, con un incremento en su acción de 107,4 por ciento al pasar de 1,88 a 3,90 pesos. De cerca la sigue la aceitera Molinos Río de la Plata, cuyo papel subió 87,5 por ciento de 38,50 a 72,2 pesos. Otra firma alimenticia con fuerte alza en sus acciones es Quickfood, que ganó 57,2 por ciento al subir su acción de 18,70 a 29,40 pesos en el transcurso de las últimas tres semanas. En este caso ya se exhiben ajustes similares al de la harina para la carne vacuna y se anticipa que la escalada podría llegar a superar el ciento por ciento. En otro segmento, la apuesta a un ajuste en las tarifas para los servicios públicos impulsó la cotización de la distribuidora Edenor, que subió 53,4 por ciento de 9,06 a 13,90 pesos en el mismo período.

El sector siderúrgico también se prepara para aumentar sus precios. Según señalaron a este suplemento, los incrementos en las listas de precios se fueron sucediendo semana tras semana y se registra acopio de mercadería hasta después del 10 de diciembre. Los principales insumos para la herrería acumulan incremento de entre 60 y 70 por ciento en menos de un mes. La chapa lisa de un metro por dos pasó de costar la semana anterior 420 a 680 pesos. La lámina plegada, que se pagaba hace quince días 25 pesos el kilo se conseguía esta semana a 35 y las nuevas listas de precios la ubicaban en 42 para el transcurso de esta, pero no se entrega hasta después diciembre.

En el pelotón de firmas siderúrgicas se destacaron las subas de la firma Siderar, cuya acción subió 45,1 por ciento de 6,25 pesos a 90,70, mientras que los de la productora de aluminio Aluar mejoraron 45,3 por ciento de 8,15 a 11,85 pesos

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