Para que las PyMES funcionen es necesario que produzcan y que haya consumidores con dinero para comprar sus productos, para lo cual el salario del trabajador es indispensable que esté actualizado a su nivel justo. De la misma manera, jubilados, pensionados y todos los argentinos tienen derechos y necesidades que pueden traducirse en actividad económica de consumo, por lo cual requieren de una actualización justa. Los líderes de la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN) y algunas otras centrales empresarias, como la mayoría de los gremialistas, comparten con diferencias la determinación de mantener el nivel adquisitivo del salario de los trabajadores.

La devaluación anunciada por Macri junto a la eliminación de las retenciones beneficiará principalmente a los grandes exportadores de granos, ya que tendrán por la misma cosecha mucho más dinero en sus empresas. Esta devaluación inmediatamente generará un ajuste interno de precios que impactará en el bolsillo de los trabajadores, que inmediatamente amparados por sus gremios solicitarán el inmediato recomposición del salarios. En este proceso el trabajador llevará la peor parte, ya que los aumentos irán por delante del aumento de sueldo horadando su poder adquisitivo, en un nuevo ajuste que tanto el peronismo, el radicalismo y el macrismo y otros partidos prometieron cuidar. También perderá la Asignación Universal por Hijo, la ayuda al estudio, tan importante para el futuro del país, sea primaria, secundaria o universitaria, ya que si hay devaluación habrá inflación y lo recibido no alcanzará para cubrir las más mínimas necesidades si no se actualiza.

Es por ello que propongo, con la absoluta convicción de que una gran proporción de empresarios PyMES, gremialistas y políticos acompañarán, actualizar los salarios con la variación de la inflación del Indec todos los meses. Cada mes recibirán su salario actualizado mes a mes en su valor justo. De esta manera los trabajadores y los que más necesitan (niños, jóvenes y jubilados) recibirán al mismo tiempo los beneficios de los que más tienen, como son los grupos concentrados, financistas, especuladores, terratenientes y pooles de siembra, y empresas multinacionales entre otros.

Sería adecuado generar una ley que establezca que se realiza la actualización automática por el cálculo del Indec del último mes el salario a recibir. Este sencillo principio favorece el consumo y el bienestar de los trabajadores y de la clase media, de jubilados y pensionados. Esta propuesta pueden abrazarla y ponerla en vigor los legisladores, diputados y senadores del todo el espectro político, de uno y otro partido que tienen un interés en que sus ciudadanos progresen y se desarrollen en nuestro país, y por sobre todo que la riqueza se reparta equitativamente, que no vaya más al que tiene más en detrimento de los que menos tienen.

Para la implementación de tan simple medida lo único que sería necesario tomar como fecha el 1º de diciembre a partir de la cual se ajustarán los salarios mes a mes por el Indec. De esta manera cuando se realice la devaluación los ciudadanos podrán comprar la misma cantidad de productos, o la asignación universal permitirá cubrir las mismas necesidades. De esta manera si sube el dólar, sube el salario sin perjudicar a los trabajadores. Las paritarias podrían realizarse más espaciadas ya que los salarios estarán permanentemente actualizados, es decir el poder de compra se tratará de mantener en el mismo nivel. Esto servirá para todas actividades ya que al estar actualizado el salario podrán comprar y disfrutar y al mismo tiempo activar la economía.

Es hora de coincidir entre peronistas, radicales, macristas, legisladores, gremialistas de distintas tendencias, empresarios, todos unidos en el Congreso inmediatamente para aprobar la continuación y ampliación del bienestar de los trabajadores y la clase media, los más desfavorecidos, los niños y ancianos. Hacerlo cuanto antes es indispensable para aventar cualquier duda sobre las consecuencias de la devaluación propuesta por el gobierno de Macri, para evitar las posibles consecuencias del dolor de los trabajadores y clase media que verán reducido su nivel adquisitivo si medidas como la propuesta no se aplican inmediatamente.

Estas medidas evitarían posibles paros e infinitas reuniones de paritarias para tratar de recuperar el salario que correrá detrás de la inflación y que sin duda con el correr del tiempo decaerá y sumarán ganancias a favor de las grandes empresas. Esta historia se ha repetido con distintos nombres y con el mismo sufrimiento, el rodrigazo, convertibilidad, megacanje, hiperinflación de Alfonsín, para citar algunas y sus distintas variantes, todas terminaron en ajuste y la transferencia de los que menos tienen a los que más tienen. Para el que cree que esta vez será distinto tendrá que desafiar la historia y la frase de Albert Einstein que dice que “si hacés lo mismo tendrás el mismo resultado”. Y para terminar vale recordar otra frase de Einstein: “Un ser humano es parte del todo que llamamos universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Está convencido de que el mismo, sus pensamientos y sus sentimientos, son algo independiente de los demás, una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esa ilusión es una cárcel para nosotros, nos limita a nuestros deseos personales y a sentir afecto por los pocos que tenemos más cerca. Nuestra tarea tiene que ser liberarnos de esa cárcel, ampliando nuestro círculo de compasión, para abarcar a todos los seres vivos y a toda la naturaleza”.

* Profesor de la Facultad de Ingeniería de la UBA. Miembro del CEEN.