Dom 17.04.2016
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Corporaciones...

› Por Mariano Arana *

El reciente descubrimiento de compañías de propiedad de argentinos en paraísos fiscales provocó la evidente acusación como mecanismo para esconder riquezas. El área de Economía y Tecnología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) hace años que realiza sucesivos estudios sobre el tema y señalan que la fuga de capitales, endeudamiento y grandes corporaciones, forman una tríada inseparable desde 1976 hasta la crisis del 2001.

En una reciente tesis doctoral denominada “Grandes corporaciones y formación de capital en Argentina 2002-2012”, el investigador de Flacso Pablo Manzanelli descubrió que la relación entre las ganancias percibidas por las corporaciones y su desembolso en forma de inversión, cambió significativamente durante dicha crisis. Como muestra el gráfico, ambas variables (margen de ganancias e inversión) bailaron al mismo compás durante la convertibilidad, sin embargo, se distanciaron posteriormente.

Al comparar los dos períodos mediados por la crisis, Manzanelli notó relaciones muy divergentes en los niveles. La tasa de inversión de estas corporaciones fue sostenidamente más alta que el margen de ganancias durante el primer período, aunque posteriormente, éstas invirtieron mucho menos en el sistema de lo que se beneficiaron de él. A este fenómeno lo llamó “baja propensión a invertir” y lo identificó fundamentalmente en las transnacionales industriales.

A la hora de evaluar el uso de dicho excedente, el investigador sugirió que los montos de fuga de divisas tuvieron una relación muy cercana a las ganancias acumuladas por las grandes corporaciones en el país. Señaló que “considerando el período 2002-2012, las ganancias no reinvertidas en el selecto grupo de grandes empresas totalizaron más de 161 mil millones de dólares, mientras que la salida de capitales al exterior del conjunto de la economía osciló entre 94 y 142 mil millones y 36 mil millones en concepto de remisión de utilidades del capital extranjero al exterior”.

Pese a los grandes cambios en las formas de acumular capital en Argentina durante la posconvertibilidad y la desconexión parcial del endeudamiento externo, la fuga de capitales y las grandes corporaciones mantuvieron su estrecho vínculo.

La tendencia a incrementar ganancias mientras baja la inversión no es un proceso argentino solamente, sino de gran parte de las economías del mundo. Diversos autores, se han ocupado de mostrar que en los últimos 40 años existió una tendencia a acelerar la distribución de ganancias mientras se achicaba la porción destinada a la inversión.

El economista francés Gérard Duménil mostró que la brecha entre ganancias retenidas por las corporaciones y su distribución en dividendos se amplió en Estados Unidos desde fines de la década del 70. En su libro The crisis of neoliberalism afirmó que este proceso se vio acompañado por una decreciente tasa de crecimiento del capital fijo. Con total razón alguien se preguntará: ¿Cómo es posible que suceda esto sin un derrumbe sistémico? La respuesta es simple: crisis mundial 2008 y perspectivas de estancamiento.

La relación entre inversión y ganancias no es la única similitud de Argentina con otras regiones. Según el economista de Berkeley Gabriel Zucman, autor de La riqueza escondida de las naciones y cercano al flamante Thomas Piketty, la fuga de capitales hacia paraísos fiscales es un fenómeno mundial. Sin contabilizar el efectivo en cajas de seguridad o la compra de inmuebles en paraísos fiscales, contabilizó una riqueza oculta del orden del 8 por ciento del patrimonio financiero mundial (América Latina ocupa el cuarto lugar entre las regiones afectadas). Sus estimaciones indicaron que los Estados pierden en promedio un 28 por ciento de recaudación impositiva sobre el capital fugado no declarado.

En nuestra coyuntura, el hecho que se hayan nombrado individuos aislados, como los casos de Lionel Messi y el presidente Mauricio Macri, matizan la relación existente entre fuga de capitales y grandes corporaciones. Este proceso de fuga es visto muchas veces como un desfile de ricos y famosos. Ciertamente, aunque quienes tengan la posibilidad de fugar sean ricos -aunque no necesariamente famosos-para Zucman existe una relación íntima entre corporaciones, fuga y acumulación. Al revisar el caso de fuga de capitales en Francia cree que, de haberse controlado dicho proceso, la deuda pública francesa hubiera evitado crecer un 24 por ciento del PIB luego de la crisis de 2008.

A esta altura debería quedar claro que el proceso de fuga de capitales tiene una relación íntima con el manejo corporativo, con sus formas de acumular y repartir riqueza, con las deudas públicas y, por ende, también con la formación de capital estatal. Además, resulta un hecho evidente que estos procesos no se encuentran en alguna especie de argentinidad capitalista (una hipótesis de comportamiento empresarial criticada por Manzanelli) o de una de moral subdesarrollada, sino que se encuentran en el centro de la forma mundializada de acumular capital y la inserción de Argentina en ella.

* Licenciado en Economía (UBA). Magíster en Economía Política (FLACSO). Especialista en Educación Universitaria para Ciencias Económicas (UBA). Docente de Historia del Pensamiento Económico (UBA)

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