PRECIOS, CONSTRUCCION Y RECUPERACION DEL MERCADO INMOBILIARIO
“Compran con el ‘Colchón Bank’”
Las inmobiliarias han empezado a tener un poco más de movimiento, pero se está lejos de un incipiente boom. La ausencia de crédito restringe la expansión y las operaciones se concretan con dólares de fuera del circuito financiero.
por Cledis Candelaresi
Quien hasta mediados del año pasado apostó a los inmuebles en lugar del dólar hoy puede sentirse satisfecho y animado: los precios de las propiedades subieron mientras el de la divisa bajó, y todavía pueden seguir mejorando, arrimándose cada vez más al que tenían en moneda dura antes de la devaluación. Pero según precisa Armando Pepe, fundador de la Cámara Inmobiliaria Argentina y activo empresario del rubro, Buenos Aires aún está muy lejos de Hollywood, aunque algunos propietarios aspiren a vender sus bienes como si efectivamente estuvieran localizados allí.
A juzgar por el aumento de las propiedades, parece que Argentina vive un boom inmobiliario.
–En Argentina no hay ningún boom inmobiliario desde hace años. La situación es sólo mejor de la que se vivió cuando el país estaba en llamas: en enero del 2002 se escrituró una sola venta en toda la Capital Federal. El repunte empezó en marzo, cuando se permitió comprar propiedades con fondos del corralito. En mayo y junio estuvo planchado y en julio llegaron “los chacareros”, aquellos que gracias al buen valor de las exportaciones de grano y carnes comenzaron a comprar departamentos en la Capital para que los ocupen sus hijos estudiantes.
¿Esa demanda es la que ayudó a recuperar precios?
–Los precios cayeron en 2002 un 50 por ciento, pero en el segundo semestre se recuperaron un 30 por ciento.
¿Qué pasa con el stock de construcciones nuevas, que se hicieron antes de la devaluación?
–Las fueron liquidando de a poco. Las constructoras hoy no tienen stock en Buenos Aires, al menos de departamentos de 1, 2 o 3 ambientes. Y por la falta de financiación dejaron de edificar. Ni siquiera construyen las que tienen capital disponible. ¿Para qué lo van a hacer si los potenciales clientes, que dependen del crédito, no lo van a conseguir?
¿Esa situación impulsó el mercado del alquiler?
–Sí. Hay un mercado genuino de locatarios que cada vez es más importante.
¿El mercado no quedó excesivamente segmentado, con propiedades que valen en dólares casi lo mismo que antes de la devaluación y otras que están muy por debajo?
–En general, las propiedades no recuperaron los precios en dólares de la convertibilidad. Hay propietarios que aspiran a cobrar por su bien en Palermo Hollywood como si realmente estuviera en Hollywood. El problema es que no la venden.
Hay excepciones.
–Claro que hay excepciones, como el edificio de Constantini, sobre Figueroa Alcorta. Eran unidades que se pagaron 1,5 millón y medio de dólares, a razón de 2800 dólares el metro cuadrado. Pero son muy pocos los argentinos que disponen de ese dinero.
De todos modos, es extraño que en una Argentina económica y socialmente tan degradada se paguen esos valores.
–Una propiedad en una avenida elegante de París vale 4800 euros el metro; otra sobre La Gran Vía de Madrid cuesta entre 3500 y 4000 euros. Pero nosotros acabamos de vender una excelente propiedad sobre la avenida Alvear a un español que quiso invertir aquí a 1300 dólares el metro. Esos son los valores de la región. Una vivienda en el elegante barrio chileno de Las Condes cuesta alrededor de 1200 dólares el metro cuadrado, lo mismo que en una de ubicación equivalente en San Pablo y apenas un poco más que en Pocitos, de Montevideo.
¿Quiénes son los compradores?
–Los que tienen dólares en el “Colchón Bank”. O el que consigue cerrar alguna operación simultánea que entrañe poner poco dinero como diferencia entre la propiedad que vende y la que compra. Los indicadores de la construcción subieron porque hay más construcciones en los barrios cerrados, ya que construir hoy es en dólares mucho más barato, o porque mucha gente se animó a refaccionar. Pero siguen faltando el crédito y las construcciones nuevas.
¿Cree que el precio tocó el techo posdevaluación?
–No. Puede ser que siga subiendo en la medida que no se construya porque hay una demanda de viviendas insatisfecha.
¿Se vuelve a la situación de la década del ‘80?
–En esos años no había financiación bancaria salvo la de algunas entidades oficiales, pero muchos propietarios sí la otorgaban. La modalidad que entonces se puso de moda y para mí está volviendo es la del “consorcio al costo”: un grupo de personas se reúne y de a poco van aportando los recursos que necesitan hasta que la obra se termina. Cuando les entregan las llaves, ya tienen la propiedad pagada.
¿El interior reproduce la situación inmobiliaria de Capital?
–No. Salvo en algunas grandes ciudades como Rosario o Córdoba, en el resto el valor de las propiedades está pesificado 1 a 1.