EL BAúL DE MANUEL
› Por Manuel Fernández López
Los economistas suelen ser objeto de curiosas clasificaciones, dirigidas a desentrañar mediante determinados rasgos el porqué de sus teorías o inclinaciones. J.R. Hicks, por ejemplo, sostenía que, antes de 1945, la mayoría de los economistas prominentes eran ingleses (apreciación que le cabía a él mismo) mientras que después de ese año la mayoría de los economistas notables son norteamericanos (lo que se corrobora por el número de premios Nobel de cada país). Hay, sin embargo, contraejemplos interesantes de economistas de fuste oriundos de lugares poco comunes. Ragnar Nurkse (1907-1959) –cuya obra Problemas de formación de capital en países subdesarrollados (1953) leímos todos en los cursos de crecimiento económico, o su trabajo sobre Equilibrio monetario internacional (1945), y su menos conocido informe International Currency Experience (1944), donde elogiaba la acción anticíclica del Banco Central argentino, conducido por Raúl Prebisch– había nacido en Viru, Estonia. Otro que también elogió aquella política anticíclica argentina fue Robert Triffin (1911-1993), nacido en Flobecq, Bélgica. Heinrich von Stackelberg (1905-1946) –cuyos Principios de teoría económica enseñaron a pensar con rigor a varias generaciones– nació en Kudinowo, cerca de Moscú. Evsey D. Domar (1914–1997) –cofundador de la moderna teoría del crecimiento económico, con el inglés Roy Harrod– nació en Lodz (antes Rusia, ahora Polonia) y se crió en Harbin, Manchuria. Stanley Fischer (1943), coautor (con Rudiger Dornbusch) del conocido texto Macroeconomía (1978) –y en sus comienzos como docente del MIT, ayudante de nuestro Miguel Sidrauski–, nació en Rodhesia. El italiano Vilfredo Pareto, como se sabe, nació en París. El Premio Nobel Sir W. Arthur Lewis (1915-1990), autor de uno de los primeros tratados generales sobre Teoría del crecimiento económico (1955), profesor en la Escuela de Economía de Londres (EEL) y en la Universidad de Manchester, había nacido en la isla de Santa Lucía. Abba P. Lerner (1903–1982), estudiante destacado de la EEL (junto al citado Lewis, y Allen, Hicks, Kaldor, Shackle y Scitovsky) en los años ‘30, cofundador de la Review of Economic Studies, nació en Besarabia (perteneciente alternativamente a Rumania y a Rusia). Y por fin, Paul Einzig (1897-1973), economista de afilados dientes para el tipo de cambio a futuro, nació en Transilvania.
Un eterno motivo de queja de los ciudadanos argentinos es el desconocimiento en el exterior de dónde queda la Argentina, o Buenos Aires en particular. Les choca que algunos piensen que Buenos Aires está en Brasil, o la Argentina en Europa. Sin embargo, en lo que respecta a los premios Nobel en Economía (PNE) –de quienes podría decirse que son la crema de nuestra disciplina–, el panorama no es tan desalentador. Dos historias han circulado mucho tiempo de boca en boca acerca del conocimiento de la Argentina por grandes economistas. Una, podría decirse, como apreciación ex ante, y otra como análisis ex post. La primera corresponde a Samuelson (PNE 1970), quien hacia la posguerra tuvo la audacia de predecir que la Argentina sería el país con mayor crecimiento de los años que vendrían. “¡Cómo me equivoqué!”, expresó años después. El otro fue Kuznets (PNE 1971), pionero de la medición del ingreso nacional. Luego que esas mediciones estaban generalizadas en casi todo el mundo, Kuznets se lanzó a comparar el desempeño de distintos países en cuanto a crecimiento económico a largo plazo, y encontró que había cuatro categorías de países: desarrollados, subdesarrollados, Japón y ¡Argentina! Algo anómalo o distinto había en este país, que hacía que las cosas no salían como deberían salir. Precisamente el PNE 2004 Kydland (cuyo colaborador más cercano es el argentino Carlos Zarazaga) realizó contribuciones valiosas basadas en la impredictibilidad del caso argentino. Algunos grandes del pasado cercano no sólo vinieron sino que enseñaron a nuestros profesores de economía. Como Leontief (PNE 1973), que visitó la UBA a comienzos de los ‘60, dio conferencias y dirigió un seminario. Hicks (PNE 1972), quien también nos visitó y disertó sobre inflación y crecimiento, expresando públicamente su acuerdo con los enfoques del doctor Julio H.G. Olivera sobre dicho tema. Otros PNE visitaron el país, algunos con motivo de los congresos de noviembre de la Asociación Argentina de Economía Política: Tobin (PNE 1981), Modigliani (PNE 1985), Mirrlees (PNE 1996), Kydland (PNE 2004). Solow (PNE 1987), con motivo del congreso de la Asociación Internacional de Economía. Otros, invitados por la Bolsa de Comercio o universidades privadas: Hayek (PNE 1974), Becker (PNE 1992), North (PNE 1993), Harsanyi (PNE 1994), Stiglitz (PNE 2001), y en 2007 Phelps (PNE 2006) en la UBA.
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