FINANZAS › BRASIL, INDIA, RUSIA Y CHINA SON LAS PLAZAS EMERGENTES PREFERIDAS
Tasas bajas, crecimiento espectacular, excedentes fiscales y
comerciales y un horizonte financiero despejado. Escenario ideal para la especulación financiera global. Argentina se favorece de rebote.
› Por Claudio Zlotnik
En los principales centros financieros del mundo se los conoce por su sigla: BRIC. Son la moda en materia de inversiones. Son furor entre los gerentes de los principales hedge funds internacionales. BRIC refiere a las iniciales de Brasil; Rusia; India y China. Se trata de los países que están recibiendo oleadas de inversiones financieras, favorecidos por la gran liquidez a nivel global, flujos que se potencian ante la diluida rentabilidad que ofrecen los mercados más desarrollados. Los grandes jugadores no quieren quedar fuera del dulce que ofrecen los emergentes, y si bien la Argentina no forma parte del menú principal, algunas monedas arriban provocando el intenso rally alcista de los títulos públicos.
En su primer discurso como presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke advirtió que el proceso alcista de la tasa internacional no había llegado a su fin. Esa afirmación, no obstante, no modificó la actitud de los operadores. Los rendimientos de los bonos largos del Tesoro estadounidense continuaron planchados –una inversión en Estados Unidos ofrece lo mismo, en términos anuales, si es a 10 días o a 10 años–, y se mantuvo la euforia en los emergentes.
Esos mercados pasaron de ser los cucos a ser los refugios soñados por los financistas: América latina y Asia presentan crecimiento económico y solvencia fiscal. ¿Qué más pueden pedir? A los inversores se les presenta la posibilidad de concretar jugosas ganancias. Hoy, en los mercados, temen más que un atentado terrorista cambie en forma abrupta el escenario a que la sorpresa venga por el lado de la economía o de las finanzas.
Con las últimas medidas, Brasil cebó esa tendencia: la recompra de deuda dolarizada y la eliminación del impuesto a la renta financiera convirtió la lluvia de capitales en una verdadera catarata. Hay una clara decisión de permitir una revaluación del real a cambio de estirar los plazos de la deuda. Para los financistas es el mejor de los mundos: compran papeles en reales que rinden 17/18 por ciento anual mientras esa moneda se sigue robusteciendo frente al dólar.
La pregunta es si, en este contexto, la Argentina volverá a jugar una nueva pulseada con los grandes operadores. Durante gran parte de 2005, una vez finalizado el canje de la deuda, los fondos de inversión apostaron por una baja del dólar frente al peso. Decían que debía caer a 2,30/2,50 pesos. Esa vez perdieron porque el Gobierno se puso firme en sostener el tipo de cambio. ¿Qué puede pasar ahora, un año después del canje?
En la city están seguros de que la Argentina será bañada por la ola de dólares financieros (algo ya se nota: el BC lleva adquiridos más de 500 millones de dólares en el mes), y el efecto se potenciará cuando se intensifique la liquidación de la cosecha gruesa. Sin embargo, ni en los bancos ni en las consultoras esperan una baja del dólar. Al contrario, todo indica que el Gobierno aprovechará las circunstancias para acelerar la recomposición de las reservas. Y que hacia fines de este año, incluso con un tipo de cambio algo más alto, Néstor Kirchner podría anunciar que recuperó los 9530 millones de dólares girados al Fondo Monetario para la cancelación total de la deuda con ese organismo.
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