FINANZAS › COMO SERA EL NUEVO SISTEMA FINANCIERO
El último que apague la luz
En la city aseguran que el plan Lavagna de bonos optativos va camino al fracaso. La banca presiona por el canje compulsivo.El Banco Central quiere seguir asistiendo a las entidades.
› Por Claudio Zlotnik
Con el telón de fondo de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, la segunda parte del año tendrá a la reforma del sistema financiero como protagonista. El actual modelo bancario, surgido tras el Tequila, agoniza sin chances de sobrevida. Y sólo falta la decisión política de dar inicio a la cirugía transformadora.
En la city creen que el canje voluntario de depósitos por bonos va camino al fracaso. Desde el Banco Central, en línea con el reclamo del FMI, auspician un acuerdo político del Ejecutivo con la Corte Suprema para frenar los amparos. Los financistas dicen que, aun cuando la Argentina logre refinanciar vencimientos de la deuda con el Fondo, las próximas semanas serán determinantes para saber dos cosas: el modelo bancario que se viene y si el Gobierno acierta o fracasa en la estrategia para eludir la hiperinflación.
En el Central ya se preparan para atender los reclamos de los bancos que seguirán pidiendo auxilio para devolver los depósitos. En las cuentas a la vista quedan 12.000 millones de pesos que indefectiblemente se irán de las entidades financieras. También se sigue con lupa la fuga de dinero de los reprogramados. Si, como apuestan en el microcentro, el Plan Bonos fracasa, Economía y el Central se enfrentarán a la siguiente disyuntiva:
n Seguir asistiendo a los bancos. Algunos sostienen que harían falta 14.000 millones de pesos hasta fin de año, y no los 6700 millones calculados en el programa monetario oficial. El riesgo radica en que la mayor parte de esos fondos se destinarán a la compra de dólares, secando las reservas del BC.
n Forzar el cierre de entidades. Por ahora, esa alternativa es resistida por el Central. Los funcionarios entienden que aceleraría la corrida y convulsionaría aún más la marcha económica. Cerca del ministro Lavagna, no obstante, creen que sería una alternativa al canje compulsivo de bonos. Con la diferencia de que el costo político de esta opción lo tendría el banco quebrado, y sus ahorristas se llevarían bonos del Estado obligatoriamente, tal como lo subraya el decreto 905 sobre el canje.
n Bonos compulsivos. Los banqueros y el FMI insisten con ese menú, al que Economía se opone. Lleva implícito un alto costo fiscal por los 30.000 millones de pesos de los depósitos reprogramados. Y pondría a resguardo a los bancos tanto de los reclamos judiciales como de la devolución de depósitos a partir del próximo año. Para el BC, esta opción ahuyenta el peligro de una híper que licuaría los ahorros.
No bien Lavagna retorne de los Estados Unidos, él o quien lo suceda en caso de un fracaso total con el Fondo, se pondrá en marcha alguno de estos mecanismos que desembocarán en otro modelo bancario. Porque el que existe ahora murió.