FINANZAS › CICLO DE LIQUIDACION DE DIVISAS DE LOS EXPORTADORES
Los dueños de los dólares
En el Gobierno están obsesionados por el drenaje de depósitos vía amparos. Pero la city promete jornadas movidas. Está terminando el período de más ventas de dólares por parte de los exportadores.
› Por Claudio Zlotnik
El Gobierno y el Banco Central están obsesionados con los amparos. Aseguran que esas medidas judiciales son la verdadera amenaza de que se desencadene una hiperinflación. Y hacen esa dramática advertencia a pesar de desconocer el volumen de amparos que quedan por definirse. El único dato que estimaron fue que del corralón ya se fueron los depósitos más importantes, una información que va a contramano de sus exhortaciones alarmantes para frenar las medidas judiciales. Sin embargo, desde las esferas oficiales no se le presta atención a una realidad que se viene: por una cuestión estacional, las liquidaciones de dólares por parte de los exportadores caerían a la mitad en la última etapa del año.
La brusca caída en la oferta de divisas ocurriría a partir de la segunda quincena de agosto. Las estimaciones señalan que los 1000 millones de dólares mensuales que los exportadores cerealeros liquidan en el Banco Central descenderán a unos 500 millones. En promedio, no más de 25 a 30 millones cada día.
La baja en el nivel de liquidaciones se aguardaba para este mes. Pero los productores prefirieron retener los granos en los silos antes que liquidar sus dólares y quedarse con los pesos, y por ese motivo se retrasaron las colocaciones. Pero el proceso, se espera, finalizará cuanto mucho a mediados del próximo mes. Y se notará la escasez en la oferta de divisas.
En el último cuatrimestre del año, las exportaciones cerealeras quedarán restringidas a los subproductos industriales de la soja. Lo más importante de las ventas al exterior habrán finalizado: soja, trigo y maíz. Y habrá que esperar al inicio de 2003 para engrosar las exportaciones de este tipo de productos.
En este contexto, queda claro que en la última parte del año la oferta de dólares quedará muy limitada. Entre 80 y 90 por ciento depende de las ventas de granos. Pese a la devaluación, la Argentina todavía no pudo impulsar las exportaciones de otros productos. Y esta deficiencia se notará por lo menos hasta que termine el año.
La pregunta es si el Banco Central tendrá la audacia que hasta ahora le faltó para imponerse en el mercado cambiario. Desde la devaluación, la autoridad monetaria se limitó a seguir de atrás al mercado, corrigiendo algunos desajustes (como la venta de dólares por su cuenta y orden), pero impotente de marcar una política determinada. Esa impericia lo perjudicó, resignando unos 5000 millones de dólares de sus reservas, pese a lo cual el dólar saltó hasta los 3,70 pesos. En el tramo final del invierno, el Central tendrá un nuevo desafío: impedir un nuevo respingo del billete verde.