FINANZAS › DISMINUYó EL VOLUMEN DE NEGOCIOS CON EL DóLAR. SUBA DE LA TASA DE INTERéS
Los bancos elevaron el rendimiento que ofrecen por depósitos a plazos fijos para desalentar el proceso de dolarización de ahorros. Pero también subieron las tasas para créditos.
› Por Cristian Carrillo
El mercado se fue adaptando en los últimos días a los nuevos controles para la compra de dólares. El nerviosismo de los primeros días fue quedando atrás, lo que se percibe en la menor demanda de dólares y salida de depósitos en esa moneda. De todos modos, los efectos de esa minicorrida han sido importantes. Por caso, las tasas de interés se dispararon. La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y el ministro de Economía, Amado Boudou, iniciaron rondas de encuentros con los titulares de los bancos líderes de plaza para que reduzcan el diferencial entre las tasas pasivas (depósitos) y activas (préstamos).
En los últimos años, la tasa de interés se mantuvo baja, en torno del 10 u 11 por ciento, alentando más el consumo que el ahorro. Además, el crecimiento sostenido en los depósitos, a medida que la gente volvía a confiar en los bancos, colaboró con ese bajo rendimiento. La tendencia sólo fue interrumpida en dos oportunidades, en 2008, a causa del lockout de las corporaciones agropecuarias y de la crisis financiera internacional. Luego volvieron a estabilizarse a la baja. Esto redundó en condiciones favorables para la compra en cuotas y para la expansión de créditos prendarios. Hasta se otorgaron los créditos hipotecarios a tasa fija.
El último mes ese panorama cambió. La demanda de dólares se intensificó a causa de la incertidumbre habitual previa a las elecciones presidenciales y se intensificó semanas después por las nuevas normas dispuestas para operar en el mercado cambiario. Esta dolarización impulsó a los bancos a elevar la tasa de interés de los plazos fijos en pesos para competir con el dólar. Esas tasas subieron menos que la aplicada a créditos, ya que los banqueros aprovecharon la situación para elevar aún más las tasas de financiamiento de las tarjetas de crédito, las de préstamos personales e hipotecarios. Los préstamos personales pasaron de 30,1 a 39,0 por ciento desde mediados de año a los registros de noviembre; los prendarios, del 18 al 31; la tarjetas, del 32,1 al 46,0, y los hipotecarios del 14,7 al 24,0 por ciento.
Esto se reflejó en la Badlar, tasa promedio por los depósitos de montos abultados. Esa tasa subió del 11 al 20 por ciento en apenas un mes, hasta se registraron operaciones al 25 por ciento. Fue entonces cuando Economía y el Central intervinieron apuntando a bancos extranjeros, debido a que son los principales compradores de dólares y los que más subieron las tasas. Boudou y Marcó del Pont iniciaron una serie de encuentros semanales con la cúpula de la Asociación de Bancos de la Argentina, que agrupa a estas entidades, para hacer un seguimiento más cerca de las transacciones de sus asociados. “Si el proceso de dolarización aminoró, es momento de que bajen las tasas de interés para encarecer el crédito”, fue el mensaje de la presidenta del BCRA.
Un banco pequeño de capital nacional sedujo con pagar 18 por ciento anual por depósitos a partir de mil pesos. Esta suba aminoró la demanda privada por dólares. Los bancos y grandes empresas tienen la opción de adquirir dólares a futuro y utilizar los pesos hasta el vencimiento de los contratos para hacer un plazo fijo, dado que el Central ofrece la divisa a fin de año en valores cercanos a la cotización de contado.
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