Las acciones vinculadas con el sector bancario fueron las que más cayeron en 2011, pero en lo que va de este año se presentan como las alternativas más buscadas entre los papeles privados. Las pérdidas en los precios para este segmento durante el año pasado no estuvieron asociadas con los fundamentos económicos del país o con problemas con el sector localmente, sino que fue la consecuencia de un escenario de inestabilidad global, donde los principales perjudicados fueron los bancos. En tan sólo dos semanas que transcurrieron del 2012, estos papeles arrojan una suba acumulada de 24 por ciento. La mejora se debe, además de a un contexto externo más estable, a un rearmado de portafolios, en los que las acciones de este sector cumplen un rol protagónico.

El epicentro fueron –y siguen siendo– los bancos; primero en Estados Unidos y luego en Europa. La fragilidad de la banca entre las economías desarrolladas contrastó con la solidez del sistema en el país. Sin embargo, las entidades financieras locales fueron alcanzadas por la crisis global, no en su estructura de negocios, sino por una menor capitalización bursátil. Las pérdidas fueron de hasta el 50 por ciento en el caso del Hipotecario, el más castigado en el año, aunque el papel ofrece un retorno de un 6,8 por ciento. El pánico que se generó en torno de la salud de los bancos a nivel global, debido a su posibilidad de contagio, y la especulación que alentó una corrida bancaria explicaron la baja.

El retroceso bursátil de la actividad bancaria podría confundir con una situación en la que el sector adoleciera de malos fundamentos económicos. Por el contrario, este año los bancos volvieron a superar sus principales marcas, aunque cada uno con sus características propias. “En 2011, el crédito al sector privado se constituyó en la nota distintiva del año”, según el Informe Monetario del Banco Central. Los préstamos –en pesos y en moneda extranjera– crecieron en 2011 a una tasa interanual record de 49,2 por ciento. La mitad del incremento en la relación préstamos/PIB del año estuvo explicada por el aumento de las financiaciones comerciales. Los plazos fijos en pesos del sector privado finalizaron con un aumento de 31,8 por ciento y alcanzaron la tasa de crecimiento promedio mensual más elevada de los últimos años.

Como alternativa de inversión, los bancos también conservaron su atractivo, dado que el retorno sobre el capital (ROE) promedio de algunos de los bancos cotizantes en Bolsa –Galicia, Francés y Macro– alcanzó al 27 por ciento durante los primeros tres trimestres del año. Durante el año las ganancias de Banco Francés y Banco Hipotecario sufrieron caídas del 74 y 83 por ciento anual respectivamente, durante el tercer trimestre, por el retroceso en el precio de los títulos públicos y privados. Por el contrario, Banco Macro presentó un aumento de ganancias de 13 por ciento anual, gracias a un aumento de los intereses por préstamos de 17 por ciento respecto del segundo trimestre, y Grupo Financiero Galicia, un 127 anual en igual cotejo.

Sin embargo, a pesar de la excelente performance local de los bancos, el interés de los inversores no se hizo presente hasta que se conoció que el director de Franklin Templeton Fund, Mark Mobius –considerado un gurú de las finanzas globales– reconoció su interés por los papeles locales vinculados con el consumo, entre ellos los bancos, por su financiación comercial. Mobius maneja un fondo de 45.000 millones de dólares; tal vez por eso el interés que despertó entre los inversores locales. Bancos de inversión comenzaron a definir sus carteras incluyendo papeles del sector bancario, lo que queda en evidencia también en el peso que tienen en la nueva composición del MerVal, pasando a ser el de mayor incidencia en el panel, con el 37,69 por ciento, seguido por las siderúrgicas, con el 26 por ciento

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