INTERNACIONALES › CORRUPCIóN PETROLERA EN PAíSES POBRES
Negocios sucios
La ONG británica Global Witness denunció la corrupción que desatan las empresas del oro negro.
Por Alois Hug *
El petróleo, considerado generalmente un maná para los estados productores, se ha convertido en una verdadera plaga para muchos países en desarrollo. La connivencia y el secretismo que imperan en las relaciones entre multinacionales y gobiernos lleva a la desaparición de inmensas sumas del erario público, afirma la ONG británica Global Witness en su informe “Tiempo para la transparencia”, publicado el 24 de marzo. El resultado de esta corrupción institucionalizada es el aumento de la pobreza, la consolidación de gobiernos autoritarios y la inestabilidad crónica, que lleva en algunos casos a la guerra. El panorama desolador que dibuja el documento se centra en cuatro países: Angola, República del Congo, Guinea Ecuatorial y Kazajistán. “Estos países, que potencialmente son ricos, están en realidad entre los más pobres”, subraya Simon Taylor, el director de la organización.
En Angola, según datos del FMI citados por la ONG, entre 1997 y 2001, más de 1000 millones de dólares anuales de beneficios del petróleo –una cuarta parte de la renta pública– no fueron contabilizados y dada la falta de transparencia de las cuentas públicas durante la guerra civil, todo apunta a que el desvío de fondos empezó mucho antes. Mientras, uno de cada cuatro niños muere antes de los cinco años y un millón de desplazados por la guerra siguen dependiendo de la ayuda humanitaria.
Según el informe, los beneficios recayeron en algunos bolsillos: los del presidente José Eduardo dos Santos y su Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) y, entre otros, los de la petrolera francesa Elf (hoy Total). El juicio en París contra los ex directivos de la compañía por apropiación de bienes públicos sacó a la luz la llamada “estrategia africana” de Elf: un sistema basado en el soborno de los gobiernos y la concesión de créditos reembolsables sobre los ingresos del crudo. Los préstamos servían al MPLA para financiar su guerra contra los rebeldes de Unita. En el juicio se demostró que Elf también financiaba a Unita, una práctica que, según Global Witness, “probablemente ayudó a prolongar una guerra que duró cuatro décadas y en la que murieron 1,5 millón de personas”. Pero lo más dramático es que, bajo la ley francesa, los pagos no eran ilegales. Los directivos cayeron por haberse apropiado de los beneficios, no por haber sobornado y fomentado una guerra.
La historia se repitió en la República del Congo, país con la deuda por habitante más elevada del mundo. Elf practicó allí la misma política de corrupción, fomento del endeudamiento y financiación de los dos bandos en la guerra civil. “Los tiempos han cambiado; las leyes han cambiado; los responsables han sido juzgados”, afirma Catherine Enck, la portavoz de Total. “No somos responsables de la gestión de las finanzas de un país”, matiza.
En Guinea Ecuatorial, los actores cambian, pero el guión es similar. La antigua colonia española, tras el descubrimiento de crudo en la década de los noventa, experimentó el mayor crecimiento del mundo; llegó a superar el 60 por ciento en 2001. Pero, según el Banco Mundial, este espectacular desarrollo “no tuvo impacto en los sombríos indicadores sociales del país”. ¿Adónde fue a parar esta asombrosa riqueza? En enero de 2003, el diario Los Angeles Times revela que la petrolera estadounidense ExxonMobil efectuó importantes pagos a una cuenta bancaria en Washington oficialmente del gobierno guineano, pero controlada por el presidente Teodoro Obiang. Preguntadas por Global Witness, las autoridades guineanas explicaron que esta práctica se justifica porque los pagos se efectúan en dólares y así evitan las comisiones sobre el cambio de moneda. El argumento, aparentemente, no ha convencido a todos: el FBI está investigando el caso.
El informe revela la misma letanía de corrupción en Kazajistán. Tras la caída de la Unión Soviética, sus enormes reservas de crudo despertaron el apetito de las petroleras. A través de una compleja red de empresas pantalla, un directivo de Mobil (hoy ExxonMobil) pagó importantes sumas a cuentas controladas por el presidente Nursultan Nazarbáyev. Mientras, elnúmero de personas que vive bajo el umbral de la pobreza se ha duplicado desde la independencia.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.