INTERNACIONALES › CRECIMIENTO GLOBAL Y CREACION DE EMPLEO
La OIT publicó su informe sobre el empleo en el mundo. La mitad de los trabajadores, cerca de 1380 millones de personas, no gana lo suficiente para superar la pobreza.
El crecimiento económico global no ha conseguido trasladar esa riqueza a la creación de nuevos y mejores trabajos con los que combatir la pobreza en el mundo, subrayó en Ginebra la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “El mensaje principal es que lograr mejores trabajos y aumentar los ingresos de los trabajadores no ha sido una prioridad política” de los gobiernos, aseguró el director de Empleo de la OIT, José Manuel Salazar Xirinachs, en una conferencia de prensa.
La OIT publicó su cuarto informe bienal sobre el empleo en el mundo, en el que se subraya que la mitad de los trabajadores, cerca de 1380 millones de personas, no gana lo suficiente para que sus familias superen el umbral de la pobreza, fijado en dos dólares al día. El estudio indica que mientras algunas áreas en expansión económica en Asia registran un sólido crecimiento de empleo y logran mejorar sus condiciones de vida, “otras en Africa y América latina tienen cada vez más trabajadores con condiciones laborales menos favorables, especialmente en el sector agrícola”.
Por ejemplo, en Latinoamérica y el Caribe, “entre seis y siete de cada diez empleos creados en la última década pertenecen a la llamada economía informal y, por tanto, no están sometidos al marco normativo correspondiente ni al régimen de la seguridad social”, explicó el funcionario de la OIT.
La globalización “no implica, de momento, la creación de más y mejores empleos, por lo que ésa debe ser una prioridad política”, según Salazar, quien defendió que “el mercado laboral es la única conexión entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza”. Uno de los principales problemas identificados por los expertos en los países en desarrollo es que hay escasez de oportunidades para encontrar un trabajo decente y productivo, y los trabajadores tienen que “trabajar mucho por muy poco, pues la alternativa es quedarse sin ingresos”.
Uno de los indicadores analizados en este documento de expertos de la ONU se refiere a la llamada “elasticidad laboral”, que permite medir la relación entre crecimiento económico con los cambios positivos o negativos sobre el empleo y la productividad. Así los expertos señalaron que por cada punto adicional de aumento del Producto Interior Bruto registrado entre 1999 y 2003, el empleo sólo se incrementó el 0,3 por ciento, mientras que ese porcentaje fue del 0,38 entre 1995 y 1999. Con un ritmo de crecimiento del empleo entre 0,5 y 0,9 por ciento por cada punto de incremento del PIB, las regiones con mayor aumento de empleo fueron Medio Oriente y el Africa subsahariana, indicaron los expertos, que también precisaron que se trató fundamentalmente de “autoempleo”, que incluye sobre todo a trabajadores en la economía informal. Informaron también que entre 1999 y 2004 eran 28 millones los africanos subsaharianos con ingresos inferiores a un dólar diario.
En el caso de Latinoamérica, el estudio muestra una bajada en la intensidad del crecimiento entre 1999 y 2003, y que en ese período aumentaron en 4,4 millones las personas con ingresos inferiores a un dólar por día. El sector que más ha crecido en los últimos años ha sido el de servicios, “lo que supone una buena noticia en la medida en que es el que más empleo crea, por ser el más intensivo en mano de obra”, apuntó Salazar. Por cada punto de crecimiento del PIB en ese sector, el empleo aumentó el 0,62 por ciento entre los países europeos y el 0,57 entre los norteamericanos.
Respecto de la incorporación de la mujer al mercado laboral, el informe reconoce el avance global, pero Salazar insistió en que, “de forma generalizada, el empleo femenino sigue estando peor remunerado y es de peor calidad que el masculino”. “En los últimos años el crecimiento económico en Latinoamérica ha creado más empleos para las mujeres que para los hombres, lo que refleja que en la región se estrecha la brecha entre hombres y mujeres en el mercado laboral”, agregaron los expertos.
El informe asegura además que “la competitividad de las economías con elevados salarios no está inmediatamente amenazada por los bajos costos laborales de otros países, ya que esas naciones se caracterizan también por su baja productividad”.
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