AGRO › EL 2005 SERá EL AñO DE LA PRODUCCIóN PECUARIA
Las vacas quieren recuperar el trono
› Por Susana Díaz
Por Susana Díaz
Además de las buenas perspectivas del sector lácteo, la decisión de la Organización Internacional de Epizootias (OIE), conocida esta semana, de restituir al país el status de libre de aftosa con vacunación se traducirá en un aumento extra de la demanda de carne vacuna, que se sumará a la virtual desaparición de los países del Nafta como exportadores mundiales y a los setenta mercados ya abiertos por la Argentina en 2004. El año pasado, el resultado de la producción cárnica fue impresionante. Las cifras preliminares hablan de una producción de 3 millones de toneladas y exportaciones por más de 1000 millones de dólares.
Según preveían las fuentes sectoriales, el nuevo status sanitario conseguido por la Argentina coloca al país a las puertas de “los mercados de precio”, como Estados Unidos y Japón. Si bien el fenómeno del aumento de la demanda y los precios internacionales ya fue explicado por Cash, vale recordar que la clave fue la detección del mal de la vaca loca en Estados Unidos y Canadá, dato que prácticamente borró a estos países de la oferta mundial. Así, mientras la demanda internacional continúa creciendo, la oferta se redujo el 18 por ciento. Para dimensionar esta situación basta con decir que países como Japón planean reducir este año sus importaciones. No porque deseen hacerlo, sino porque Nueva Zelanda y Australia no alcanzan a satisfacer la demanda excedente del mercado mundial. Con su nuevo status sanitario, la Argentina podrá ahora acceder a estos mercados.
Fuentes de la industria dijeron a Cash que es muy probable que, a los fines comerciales, antes de fin de año la OIE equipare la situación de los países de libre de aftosa con vacunación con el máximo status, el de libre de la enfermedad sin vacunación. La previsión es que la Argentina disfrutará de un crecimiento espiralado de los precios que recibe. Las cámaras sectoriales estiman que los 1300 dólares promedio por tonelada podrían pasar a más de 1600.
Los economistas que analizan los precios considerando sólo lo que sucede cuando los bienes llegan al mercado, prevén que los consumidores padecerán mayores precios. La conclusión cuenta con un dato histórico que la refrenda. Mientras el consumo interno pasó en el último año de 59 a 63-64 kilos por habitante, es decir, creció en torno del 7 por ciento, los precios aumentaron el 11 por ciento.
Fuentes de la industria cárnica consultadas por Cash rechazaron que los aumentos de precios hayan respondido a restricciones en la oferta. Según Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, la cámara que agrupa a los pequeños y medianos frigoríficos, los aumentos deben atribuirse a la suba del 7 por ciento en la masa salarial. El dirigente descartó también que la Argentina enfrente problemas para expandir su oferta. Explicó que el aumento previsto de la cosecha de maíz facilitará utilizar al cereal como suplemento dietario. El negocio será convertir ese maíz en carne, lo que se vuelve rentable a partir de una relación de valor de 4,5 kilos de maíz por cada uno de carne. En 2004, esa relación se encontraba en 7 a 1 y en 2005 se cree que estará en más de 9 a 1. En este sentido Schiariti destacó que resultará fácil aumentar el peso medio de los animales faenados, que hoy ronda los 210 kilogramos, a 250/260 kilos. Así, podría aumentarse la producción en al menos el 25 por ciento. Otra medida puntual y de resultado inmediato, sostuvo, consistiría en elevar el índice de destete. Hoy se producen 6,5 terneros cada 10 vacas, un número que fácilmente podría llevarse a 9, concluyó. Además del aumento del consumo interno, el 85 por ciento de la producción, para 2005 la industria prevé que las exportaciones podrían aumentar un 20 por ciento en volumen, y una cifra aún no determinada en precios. En cualquier caso, las ventas al exterior llegarían a no menos de 1300 millones de dólares.