Dom 28.05.2006
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AGRO › BAJOS NIVELES DE PRODUCCION DE FRUTAS Y HORTALIZAS

Presión del “empacador exportador”

› Por Susana Díaz

De acuerdo con los primeros datos del 2006, la producción de frutas y hortalizas se encuentra en sus niveles más bajos desde 1996, una realidad que se refleja también en la caída del comercio exterior en lo que va del año. En el 2005, la producción continuó la pendiente descendente iniciada en el 2001. El año pasado, el volumen producido fue de 9,3 millones de toneladas, el tercero más bajo desde 1996, cuando se produjeron 8,7 millones de toneladas.

Después de un 2005 signado por el crecimiento en las exportaciones, los 272 millones de dólares facturados en los primeros tres meses del 2006, de los cuales el 80 por ciento fue fruta, significaron una reducción interanual del 7,7 por ciento en frutas y del 20,4 por ciento en hortalizas. De acuerdo con un informe de IES Consultores, el subsector de las frutas frescas, integrado en más del 90 por ciento por peras, manzanas, uvas y ciruelas, exportó 389 mil toneladas, 15 por ciento menos que en el primer trimestre del año anterior. Las peras totalizaron ventas por 220 mil toneladas; las manzanas por 75 mil, las uvas por 45 mil y las ciruelas por 16 mil toneladas. En valor, los mayores despachos correspondieron a las peras, con envíos por 110 millones de dólares, en tanto que las uvas alcanzaron los 44 millones y las manzanas 36 millones. Los principales destinos fueron Rusia, Bélgica, Brasil, Italia y los Países Bajos.

En el caso de las frutas de pepita, estas cifras no reflejan cabalmente dos realidades. La primera es la subfacturación que, de acuerdo con fuentes de la AFIP consultadas por Cash, ya sería “una tradición del sector” y la causa de que, en marzo, la Aduana haya establecido nuevos precios mínimos de referencia. El incentivo para subfacturar es doble. A la “ganancia” tributaria se suma el hecho de que el precio de exportación “en blanco” es la referencia para el pago de la producción primaria. De hecho, la presión del sector “empacador exportador” sobre los productores directos se encontraría entre las causas de la caída de la producción y de la progresiva pérdida de competitividad internacional. La segunda es que menores ventas en este período pueden ser compensadas a lo largo del año pues, a diferencia de la cosecha, la comercialización no es necesariamente estacional.

Volviendo al conjunto del sector –y al informe de IES–, la menor producción también sería consecuencia de la reorientación del uso de la tierra hacia cultivos más rentables.

Para el corto plazo, algunas conclusiones del nuevo panorama son malas para los productores primarios y buenas para los consumidores. A pesar de la menor producción, en especial de frutas, y de un aumento de la demanda por la mejora del poder adquisitivo inherente al crecimiento de la economía, los precios no aumentarán por encima de la inflación. La razón debe buscarse en las condiciones externas, como la sobreoferta de frutas de pepita en el mercado internacional, e internas, como la pérdida de competitividad de la producción local que, sumada a las condiciones externas, se traducirá en una mayor oferta doméstica. La evolución de los precios en el Mercado Central de Buenos Aires durante el último año insinúa la tendencia. Las ventas se incrementaron levemente debido a la combinación de mayores cantidades y menores de precios. Así, el IPC de frutas (que incluye también a las frutas secas, deshidratadas y en conservas) sólo creció el 1,5 por ciento en el 2005, aunque el número global fue “pisado” especialmente por manzanas y cítricos.

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