AGRO › EXPORTACIONES POSTERGADAS POR RETENCION DE GRANOS
Un sedante para el dólar
A medida que se afirman los precios internacionales de granos y oleaginosas, se consolida la tendencia a la estabilidad en el mercado cambiario local. La estrecha relación está dada por la actitud asumida por los productores locales, que han retenido una importante porción de la última cosecha y sólo la van despachando al mercado en la medida de sus necesidades de efectivo. El importante remanente que aún queda almacenado en el campo y los datos favorables al mantenimiento de los valores internacionales dibujan un sendero de sostenida oferta de dólares en los próximos meses que debería aportar calma a la plaza cambiaria local.
Los precios FOB de exportación en puertos argentinos para los aceites de soja y de girasol, y para los granos de soja y de maíz, se ubicaron en julio en sus niveles más altos conocidos desde 1998 a la fecha. En trigo, incluso, hay que remontarse hasta 1997 para encontrar valores superiores a los actuales. Las expectativas son que estos precios tiendan a sostenerse en el mediano plazo, conforme a la baja en las existencias mundiales de cereales y oleaginosas.
Según señala M&S Consultores en su último informe semanal, “a diferencia de otras campañas y a pesar de lo avanzado del año, los productores aún mantienen una parte relevante de la cosecha en los silos (unas 20 millones de toneladas) y están en condiciones de usufructuar la suba de precios”. La inestabilidad del sistema financiero, la desconfianza en los bancos y la ausencia de definiciones acerca de la redefinición de todo el sector volcó las preferencias de los agricultores en favor del almacenamiento de granos como “moneda de reserva de valor”. Este comportamiento varió el comportamiento habitual del ciclo de exportaciones, concentradas en la mitad del año. Este año, la curva se suavizará producto de la expansión del período de ventas.
El segundo trimestre del año fue inusualmente pobre en volumen de exportaciones. Históricamente, en ese período se coloca el 35 por ciento del total anual de ventas externas de cereales y oleaginosas. Este año, la proporción no llegó al 30 por ciento y ya se venía de un primer trimestre con operaciones inferiores al promedio de años anteriores. Previsiblemente, la “vieja” cosecha seguirá rindiendo ingresos en divisas por lo menos hasta octubre, con buenos resultados económicos para los bolsillos de los productores pero, también, para el Gobierno.