AGRO › CAMPAñA AGRíCOLA 2010-2011
La devaluación del dólar y la liquidez internacional empujan al alza los commodities agrícolas. El panorama se completa con la recuperación de volúmenes producidos. La combinación será un crecimiento de los ingresos de más de 5000 millones dólares.
› Por Claudio Scaletta
Ya se sabe que la queja permanente es parte de la idiosincrasia de las corporaciones agrarias. El lamento crece cuando las condiciones internacionales son desfavorables y decrece cuando mejoran. Las anomalías se presentan cuando desde el Estado se recuerda la teoría económica endógena y se establecen tipos de cambio diferenciales que interfieren en la apropiación plena de ganancias. También cuando algunas de las facciones internas de las corporaciones están en campaña. Estas son las señales de la economía, después está la cuestión política, más ardua de despachar en pocas líneas y determinada por los modos de interacción del Estado con el poder económico. Pero tratándose del “campo”, la síntesis sonora es el lamento de fondo, el cual crece o decrece. El presente es un ciclo de decrecimiento. Las razones para la sordina no son otras que la alegría en el mercado y, por las dudas, la voluntad de no levantar la perdiz a los ojos siempre ávidos de los recaudadores.
Los números de la paz armada fueron reseñados esta semana por un trabajo de la consultora Abeceb que vale la pena repasar: tras la caída de las cotizaciones de los commodities luego de pinchada la burbuja especulativa que desató la crisis financiera en 2008, en los últimos meses de 2010 se registra sin pausa una suba tendencial de las materias primas agrícolas. El nuevo ciclo alcista se explica especialmente por las políticas contracíclicas aplicadas por algunas economías centrales, desde Estados Unidos a China, que implicaron una inyección de liquidez para contrarrestar las turbulencias en las finanzas. En este contexto, los principales granos exportados por Argentina (trigo, maíz y soja) funcionaron como termómetro y, desde mayo, las cotizaciones se dispararon.
- El mayor crecimiento se registró en el trigo: el precio promedio en septiembre fue, en Chicago, de 266 dólares la tonelada, lo que significa un aumento interanual del 56 por ciento. La suba se pronunció a partir de junio, cuando el precio por tonelada estaba en 168 dólares, valor del que surge un alza del 58 por ciento en tres meses.
- El precio del maíz, siempre en Chicago, fue de 168 dólares la tonelada en septiembre, 44 dólares o 35,5 por ciento más que en igual mes de 2009. Al igual que el trigo, el mayor crecimiento se registra desde junio, cuando el precio era de 138 dólares, con lo que en el último trimestre el alza fue del 22 por ciento.
- En el caso de la soja, en los últimos tres meses el alza fue del 11,3 por ciento. Además, el precio actual, 387 dólares la tonelada en Chicago, está 11 por ciento más alto que hace un año, una suba menor que en trigo y maíz, pero de todas formas significativa.
Esta evolución conjunta de los precios se yuxtapone al crecimiento de la producción local. De acuerdo a estimaciones públicas, el volumen físico de soja crecerá de 52,7 a 56,0 millones de toneladas, un 6,3 por ciento, y el trigo, de 7,5 a 11,5 millones, un 53 por ciento. Las proyecciones para el maíz marcan un crecimiento del 15 por ciento hasta las 25,8 millones de toneladas.
Si se ajustan los precios de Chicago a los internos descontando “impuestos y retenciones” (FAS teórico) y se multiplica por los volúmenes proyectados, en la presente campaña ingresará una masa de dólares 28 por ciento mayor en soja, 107 por ciento por arriba en trigo y 37 por ciento más en maíz. En conjunto, concluye Abeceb, se completará un ingreso de 20.842 millones de dólares contra los 15.608 millones de la campaña pasada: 5234 millones más
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