DESECONOMíAS
Expandirse o decaer
› Por Julio Nudler
Cierta palpable gravitación de la imagen de una potencia sobre los negocios de sus multinacionales obliga a mirar la política con ojos económicos. En este sentido, George W. Bush no es visto con demasiada simpatía por las empresas globales que ganan dinero vendiendo por el mundo algunos productos muy asociados con el estilo de vida estadounidense. Lo que notan últimamente es que se ha vuelto más difícil vender esa mercancía, sea por culpa de la invasión a Irak, o simplemente porque McDonald’s se asocia con obesidad. Para su desgracia, esas compañías necesitan mantenerse en expansión porque es la única manera en que pueden sostener la alta cotización de sus acciones, cuestión de máxima importancia para los accionistas y también para los gerentes. Como por lo común han saturado ya el mercado norteamericano, tienen la obligación de extenderse en otros, corriendo crecientes riesgos. Allí están advirtiendo que la antipatía y la desconfianza que despierta Bush pueden trasladarse a algunos productos que portan la impronta norteamericana.
Starbucks, que está empezando a abrir cafeterías en París, donde lo que menos falta son cafés, tiene ese imperativo de agrandar su giro si quiere que su acción siga cotizando a un valor equivalente a 49 años de ganancias, duplicando con ello el promedio de los 500 papeles que componen el índice Standard & Poor’s. El crecimiento vegetativo no alcanza para retener a los inversores. Y es sólo un ejemplo entre muchos. Pero hay casos en que las marcas ingresan detrás de las tropas, como sucede con la reintroducción de Pepsi y 7up en Irak, plaza que habían evacuado por las sanciones a Saddam Hussein tras su invasión a Kuwait.
Este paralelo sugiere tal vez que la ley de expandirse o decaer no rige sólo para las multinacionales sino también para la propia superpotencia, aunque esa dinámica plantee algunos conflictos internos. Por de pronto, las corporaciones han bajado el perfil y suprimido toda arrogancia en su publicidad, como para distanciarse de la prepotencia unilateral de Washington.