DESECONOMíAS
Despistando a Roggio
› Por Julio Nudler
Como todo periodista algo delirado, con abusiva noción de su propia importancia, tipo corresponsal de guerra en Irak, me detuve en la acera del Castelar. Venía de conversar con una fuente reservada en la cafetería del viejo hotel y marchaba hacia otro encuentro, convenientemente discreto también, en la Petit París, junto al Círculo Militar, club de conocida vocación por el estado de derecho. Pensé que la línea C era el medio de transporte más eficaz, pero decidí que no ingresaría a ella por la estación Avenida de Mayo. Con astucia resolví bajar las intemporales escaleras de la estación Lima de la línea A y desplazarme por los pasillos subterráneos. Despistaría de ese modo a cualquier eventual espía.
En principio, mi estratagema dio resultado. En la página web de Subtecard figuro abordando la línea A en la estación Lima el 14 de agosto de 2003 a las 15.45. ¡Falso! Mi presunto acechador estará ahora tratando de acertar si volví a la superficie en Loria o en Acoyte, según las hipótesis que irá tejiendo. Pero lo cierto es que emergí en la estación San Martín, tras haber desorientado a mis perseguidores. Y con dos ventajas: el viaje me costó 69 centavos, y no los 70 de rigor, y además pagué 20 pesos, y no 21, por una tarjeta cargada con 30 pasajes. El señor Aldo Roggio me otorgó estas prebendas a cambio de información: debí darle datos diversos sobre mi persona, y él podrá rastrear mis andanzas por la ciudad y extraer sus inferencias. No sé qué propósitos persigue, pero trataré de enredarlo.
Quizás otras personas, empleados infieles o hackers, ya estén también sobre mi pista, y sé que no siempre lograré extraviarlos. Sólo me saldré con la mía en las estaciones de trasbordo. En las demás no tendré alternativa. Como en todo, las ocasiones de escapar son escasas. Las probabilidades no están de nuestra parte. Esto vale para la renegociación de la deuda, la eliminación del desempleo o el combate a la corrupción. Siempre el éxito está condicionado a la posibilidad de fingir y despistar.