El Gobierno, ausente de proyectos energéticos de evaluación seria y a contramano del accionar de los demás países, no hace planes a futuro. Recordemos que en este tema “mañana” se corresponde a diez años de calendario. Por otra parte, su comportamiento autista le impide mirar más allá de su nariz y no toma en cuenta el cada día mayor liderazgo de Brasil en éste y muchos otros temas más. El eje Chávez-Lula o petróleo-etanol, o como se lo pretenda llamar, y más allá de la inconciencia de vender biocombustibles al primer mundo, regalando fertilidad y agua y haciendo desaparecer alegremente selvas y bosques nativos, debería triangularse en lugar de ser un simple eje, de modo de que el más grande de los lados de este triángulo se corresponda a la energía eólica, limpia, sustentable y descentralizada. Este recurso casi desaprovechado en nuestro país donde tenemos 27 megavatios instalados gracias al empeño social y solidario de algunas cooperativas eléctricas y el municipio de Pico Truncado, que participa con 2,4 megavatios logrados por, entre otros, el renunciado gobernador Sergio Acevedo y otras figuras locales no menos visionarias. Vale mencionar que el potencial en nuestra Patagonia es superior al equivalente de crudo extraído en Venezuela. Es entonces mucho más válido, en lugar de pensar en gasoductos desde Bolivia y soñar con similares desde Venezuela, estudiar el tendido de redes de alta tensión hacia estos países pero en sentido contrario al supuesto flujo del gas natural. Ni qué hablar si el Gobierno mandara señales claras en un claro marco jurídico que mereciera ser considerado seguro, confiable y sustentable en el tiempo, y además sin el sentido, caprichoso, populista y electoralista a que nos tiene acostumbrado, y blanqueara también los costos de generación en correspondencia con los precios spot actuales que resultan de usar en la centrales térmicas gasoil o fuel importado en reemplazo de nuestro gas natural faltante. Veríamos cómo surgirían múltiples emprendimientos en el área de la fabricación de aerogeneradores y sus componentes y las grajas eólicas comenzarían a hacerse realidad como así también la exportación de éstos gracias a nuestros seductores costos comparativos y a la gran demanda de una industria que viene creciendo a un ritmo del 30 por ciento anual en los últimos doce años. Será posible pensar y actuar en forma inteligente o con sentido común al menos en este tema tan importante que es la energía eólica en el país, que cuenta con el recurso más grande del mundo.

Ing. Reinaldo Medina Kempter
Consultor en Energía Eólica
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