Elites

Al fin se están dando en nuestro país los debates y discursos importantes para el pueblo y expuestos por personas que pueden fundamentar el pensamiento popular. Aquellos que nos hemos educado en universidades argentinas, que hemos trabajado en la producción, nos quedamos boquiabiertos siempre ante la flagrante desconfianza que tiene un empresario sobre un desarrollo argentino y no sobre otro extranjero, obviamente no latinoamericano, tan sólo por el motivo de que está hecho “afuera”. Por eso creo que la oposición, aun la que se dice progresista, ve como “soberbia” la postura oficialista cuando dice “Argentina puede” y cuando defiende a capa y espada nuestras decisiones. Por eso me parece una incoherencia total el discurso de ciertos “pensadores blanquitos y cultos” que dicen defender “las instituciones”, pero se oponen al desendeudamiento, que no sólo trae beneficios a la Nación sino que se proyecta directamente a cada provincia. De esto colijo que mi postura pueda ser entendida como “oficialista”, pero cuanto más se develan las verdaderas discusiones, más convencida estoy de que “éste” es el modelo, y que la oposición no lo representa sino que representa las elites que tienen como único logro a largo plazo la victoria de haber sumido a este pueblo en las crisis sociales y humanas más nocivas que pueda recordar.

Alejandra González

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Chanchos

Según nuestra Presidenta, la carne de cerdo es afrodisíaca. No sé hasta qué punto es cierto, pero hay otros chanchos que están penando y, debo decirlo, me provoca un placer supremo. En los últimos tiempos me tuvieron harto con la exaltación de los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y Spain) más Islandia. Escuché entre otros a (Rodolfo) Terragno promoviendo el modelo irlandés, y a todos resaltar los Pactos de la Moncloa, como si el milagro español proviniera de ahí y no de las medidas extraordinarias que el resto de la Comunidad Europea otorgó para incluirla. Dicho sea de paso, si la Argentina hubiera recibido el 10 por ciento de esos beneficios, hoy sería una potencia. Los islandeses, primeros en desarrollo humano con cinco horas de jornada laboral y el 80 por ciento de jugadores de ajedrez, cayeron en diez minutos cuando la crisis hizo que el dinero negro de los países de la Comunidad fuera reclamado por sus dueños y se notara que representaban tres o cuatro veces su Producto Bruto. España festejó hace unos meses haber superado a Italia en el PBI, pero nadie dijo que la economía italiana está basada principalmente en las pymes y es infinitamente más sana que una basada en la especulación financiera y en inversiones dudosas. No será de buena gente burlarse del prójimo, pero no puedo evitarlo: parado en una economía chica, pero con un crédito que sólo representa el 15 por ciento del PBI, vivimos con lo nuestro como nos recomienda el profesor Aldo Ferrer.

José Luis Carreira

joselcarreira@yahoo

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