OPINIóN › PERSPECTIVAS ECONóMICAS Y RESULTADO ELECTORAL
Los autores sostienen que el actual modelo económico es capaz de mantener en los cuatro años siguientes los éxitos alcanzados durante el período 2003-2011, además de mejorar aún más algunos indicadores sociales.
› Por Juan Carlos Latrichano * y Gustavo Eidlin **
La mayoría de los analistas económicos alineados en el arco opositor es apocalíptica con respecto a la continuidad de los éxitos del modelo. Suelen tener en cuenta el deterioro de la situación internacional y el agotamiento de los superávit gemelos. Se suele señalar desde la vereda opositora que el modelo funciona hasta aquí sin inconvenientes debido a las ventajas provenientes del contexto internacional. El precio de nuestras materias primas explica, según esta visión, en gran medida del éxito, y a partir de esta situación surgen los superávit externo y fiscal. El primero de ellos permitió acumular reservas en divisas en forma significativa. El segundo hizo posible atender los vencimientos de la deuda pública, especialmente los correspondientes a intereses, sin sobresaltos. Cabe destacar que la acumulación de reservas permitió utilizar parte de las mismas para afrontar vencimientos externos o para cancelar deudas con organismos internacionales, por ejemplo los pagos del Boden 2012 y la cancelación de deuda con el FMI.
Con relación a las perspectivas, la visión opositora tiene en cuenta que el escenario internacional se complicará. Ello se fundamenta a partir de un mundo que se desacelerará en los próximos años y en consecuencia reduce sus importaciones. Esto implicaría directamente una caída en los precios de las exportaciones y, en consecuencia, el deterioro de los términos de intercambio. Esta visión “pesimista” se completa con la idea de que el nivel de reservas caería y debido a ello el resultado fiscal se deteriora. Frente a este panorama, vale preguntarse si la visión “pesimista” tiene asidero.
Se puede considerar que los precios de nuestras materias primas puedan caer, aunque difícilmente bajen desmesuradamente. Cabe esperar, por ende, una disminución de las exportaciones por la menor demanda mundial, y es por ese motivo que sería más que aconsejable intensificar las medidas que apunten a sustituir importaciones: subsidios, créditos blandos, balanzas compensadas dentro del mismo rubro económico, licencias no automáticas.
En cuanto al deterioro en el nivel de reservas en divisas, éste puede acotarse por las siguientes razones:
1. El mantenimiento del saldo positivo de la balanza comercial en valores similares a los actuales. Las medidas que apuntan a sustituir importaciones son esenciales para el cumplimiento de este objetivo.
2. El mantenimiento del saldo positivo de la cuenta corriente del balance de pagos en valores similares al obtenido el año pasado. Para ello será necesario reducir el giro de utilidades al exterior que efectúan las empresas extranjeras. Por ello, medidas que apunten a reducir la extranjerización de la economía ayudarían a la concreción de este objetivo.
Un elemento a tener en cuenta para los próximos años si se busca profundizar el modelo es no perder competitividad. Para ello sería importante combatir con medidas más eficaces el aumento en el nivel de precios, que influyen negativamente en las expectativas en la toma de decisiones. Las depreciaciones graduales del tipo de cambio evitan en parte el deterioro de dicha competitividad, pero es la expansión monetaria la que debería crecer en menor proporción para concretar realmente una reducción en el crecimiento de los precios.
Ante la imposibilidad de lograr un crecimiento de precios más moderado, no se debería descartar tampoco, en un caso extremo, una salida mediante micro devaluaciones del peso, teniendo en cuenta que el tipo de cambio nominal en los últimos doce meses subió solamente el 7 por ciento.
Analizando el relevamiento de expectativas del mercado que publica el BCRA en base a la presentación de 50 consultoras de economía surge, entre las principales, las siguientes proyecciones (promedio) para 2012:
1. Los agregados monetarios (M2) crecerían un 22 por ciento, lo que implica una reducción brusca con relación al crecimiento pautado para el 2011 (35 por ciento).
2. El tipo de cambio aumentaría un 14 por ciento.
3. La balanza comercial cerraría con un superávit de 6900 millones de dólares, manteniéndose la tendencia de reducción.
4. El balance de pagos cerraría con un saldo positivo de la cuenta corriente del orden de 500 millones de dólares.
5. Las reservas en divisas sumarían un valor de 52.400 millones de dólares.
6. El Producto Bruto Interno crecería un 5 por ciento.
7. La inversión crecería un 9 por ciento.
8. La tasa de desocupación tendría, aunque leve, un nuevo descenso, llegando al 7,1 por ciento.
9. El resultado fiscal primario presentaría un superávit de 14.300 millones de pesos.
Se observa entonces que no se produce ningún deterioro visible a lo largo del año próximo y por otro lado es muy posible que se detenga la fuga de divisas tras la consolidación del poder político por parte del oficialismo.
Concluyendo, se puede asegurar que si el gobierno nacional establece una política monetaria con un crecimiento menor, la inversión continúa creciendo y el stock de reservas no muestra grandes variaciones, el modelo sería capaz de mantener los éxitos hasta aquí alcanzados durante el período 2003-2011 y, profundización mediante, mejorar aún más algunos indicadores sociales
* Presidente Grupo Periferia. Asesor económico CGE Metropolitana. Director Facultad Ciencias Económicas UNLZ
** Economista Grupo Periferia.
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