Dom 12.02.2012
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OPINIóN › CRECIMIENTO, INDUSTRIA Y CAPITALES EXTRANJEROS

Desarrollismo o desarrollo

Luego de varios años de crecimiento y desendeudamiento, emergen varias bondades del actual proyecto económico. Se abre el debate acerca de cuál será la profundización del modelo más conveniente.

› Por Juan Latrichano * y Gustavo Eidlin **

Ya hace varios años, luego del gobierno de Perón, período 1946/1955, que se hace hincapié sobre la falta de promoción de una industria pesada. Particularmente se planteaba que dicho gobierno había favorecido a la industria de bienes de consumo, pero que se había hecho muy poco o nada por la industria de bienes necesarios para el proceso productivo (maquinarias, energía). El paso del tiempo permitió que en el país se aplicara una estrategia alternativa. En efecto, el gobierno de Arturo Frondizi puso en marcha una política económica que se conoció con el nombre de desarrollismo. En esencia consistió en favorecer la instalación de empresas de capital extranjero dedicadas particularmente a producir en aquellos rubros faltantes o en los que la producción nacional era insuficiente, como petroquímica, petróleo, acero, entre otros. Las leyes de inversiones extranjeras y de promoción industrial, respectivamente, les daban a las empresas extranjeras el mismo tratamiento que a las nacionales y eliminaban los límites fijados en lo atinente a giro de utilidades y repatriación de capitales.

Esta política se implementó en medio de un sistema liberal, condición impuesta por las empresas extranjeras, donde no existía control de precios ni cambiario. El tipo de cambio se establecía de acuerdo con la oferta y demanda del mercado, y se mantuvo artificialmente estable tras una fuerte devaluación inicial. Luego se fue atrasando, favoreciendo a los capitales externos. La creencia central era que el desarrollo productivo iba a erradicar los problemas estructurales del país, sosteniendo que la inversión extranjera alivia los problemas de corto plazo. Sin embargo, esta política intensificó algunos problemas de mediano y largo plazo cuando en períodos posteriores a su radicación, las empresas extranjeras comenzaron a demandar divisas para remesar utilidades al exterior, siendo dicha demanda superior a las divisas que la radicación generó por sustitución de importaciones y/o por mayores exportaciones.

Si se analizan los números de la etapa en la que se aplicó la política económica desarrollista se ve que fue claramente deficitaria en los resultados obtenidos en la balanza comercial, y desde luego el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos fue aún mayor. En la actualidad el debate entre el desarrollismo y el desarrollo nacional se mantiene y las críticas que recibe el Gobierno se centran en los siguientes puntos:

1. Se descansa demasiado en la soja y se pierde de vista la posibilidad de diversificar la producción, particularmente la de mayor valor agregado.

2. Se aplican excesivos controles por parte del Estado, especialmente los relativos al mercado cambiario.

3. La producción energética tiende a disminuir y no se exploran nuevas alternativas, importando por ende productos energéticos.

4. No se acude al mercado financiero externo.

5. Existe un control muy rígido en materia de comercio exterior, especialmente en lo concerniente a licencias no automáticas para importar.

6. La producción industrial es de bajo valor agregado.

7. No se fomenta el ingreso de nuevas inversiones extranjeras.

Todas estas consideraciones omiten un tema central que es el vinculado con las necesidades financieras de corto plazo, requiriendo necesariamente de ingresos permanentes de divisas para hacer frente a los compromisos de deuda. Otra discusión que existe entre los analistas económicos es si el modelo debería aprovechar las excelentes condiciones de los términos de intercambio para desarrollar en profundidad todo lo relativo a la producción agropecuaria; o diversificar la producción mediante estímulos fiscales y/o crediticios financiando sectores económicos que generen bienes y servicios de alto valor agregado con el fin de reducir la cantidad de productos que hoy se importan y alcanzar una economía menos dependiente. Luego de varios años de crecimiento y desendeudamiento, emergen varias bondades del actual programa económico:

1. Se crece con superávit de la balanza comercial.

2. Hubo superávit de la cuenta corriente del balance de pagos.

3. La deuda como porcentaje del PBI se viene reduciendo, atendiendo los vencimientos sin acudir a financiamiento externo.

Las evidencias históricas han dado la razón de manera contundente a los programas relacionados con el desarrollo nacional. Aunque existen varias maneras de profundizar el modelo, haciendo hincapié siempre en la integración regional, con el paso del tiempo y en la medida que las condiciones estructurales mejoren se podrá ir pensando acerca de cuál será la profundización del modelo más conveniente. El debate resulta apasionante

* Presidente Grupo Periferia. Asesor económico CGE Metropolitana. Director Facultad Ciencias Económicas UNLZ.

** Economista Grupo Periferia.

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