OPINIóN › PANORAMA PRODUCTIVO Y FINANCIERO DE LAS MIPYMES
Las micropymes proponen que los créditos que los bancos deben prestar al sector productivo por disposición del Banco Central pueda destinarse también a capital de trabajo.
› Por Emilio Katz *
El comercio internacional sufre el impacto de la crisis europea y se resiente significativamente generando, en las economías nacionales, mecanismos defensivos de diferentes contenidos que tienen que ver con el grado de autodeterminación que dichas economías tienen para fijarlos y, también, con el objetivo económico-social que persiguen sus gobernantes. En el caso de nuestro país, en los últimos nueve años se viene consolidando un modelo de desarrollo económico con inclusión social que le permitió crecer, durante el período, a una tasa promedio del 8 por ciento anual, inédito por su extensión en nuestra historia económica. La interrupción del crecimiento en la que estamos insertos es enfrentada por el Gobierno con herramientas económicas orientadas –y ésa es su intención– a mantener el nivel de empleo y la capacidad de demanda de los sectores de menores ingresos que, a lo largo de estos nueve años, potenciaron el mercado interno y sustentaron el modelo de desarrollo con inclusión social. En ese sentido, la obra pública –como la renovación del ferrocarril Sarmiento y su soterramiento, que se suma a los cientos de obras que se vienen ejecutando en provincias y municipios– junto al plan de viviendas Pro.Cre.Ar permitirán contrarrestar, desde el punto de vista del nivel de ocupación, los problemas que afectan a sectores como el de las automotrices, afectado por la caída de nuestras exportaciones a países como Brasil.
Asimismo, y con igual intención, desde el Banco Central, a partir de la apoyatura que le brinda la reciente modificación de su Carta Orgánica, les ha fijado a los veinte bancos más importantes –que suman el 92 por ciento de los depósitos privados– la obligatoriedad de disponer del 5 por ciento de sus depósitos para nuevas líneas de créditos destinadas a ampliar la capacidad instalada para la producción de bienes y servicios. Así, antes de fin de año, tendrán esa asignación alrededor de 15.500 millones de pesos, de los cuales no menos de la mitad deberán prestarse a las mipymes. Los micro, pequeños y medianos empresarios venimos planteando la imperiosa necesidad de que se profundice el análisis de nuestra realidad, de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades, a partir de lo cual, las medidas que se implementen relacionadas con nuestro sector alcanzarán resultados superiores al servicio de la sociedad en su conjunto. Sugerimos hilar fino con las mipymes. Si nuestra estructura productiva permite que generemos el 70 por ciento del empleo de mano de obra y el 50 por ciento del PBI, resulta claro que nuestro modo de producción es mano de obra intensivo. Por el contrario, las grandes empresas se caracterizan por la preponderancia del capital fijo intensivo.
Toda empresa requiere, para producir, de la inversión de una masa de capital, del que se destina una parte al espacio físico donde se realiza la producción (las máquinas, las instalaciones) y que compone el capital fijo (CF), y otra parte destinada al pago de salarios, impuestos, materias primas que integra el capital variable (CV). La suma del CF más el CV se denomina composición orgánica del capital. Las proporciones en que se combinan el CF y el CV tienen que ver con el carácter del proceso productivo. En general, las empresas pequeñas requieren para su funcionamiento una proporción mayor de CV. Lo contrario sucede con las empresas grandes que precisan una porción más importante de CF.
Las recientes medidas crediticias instrumentadas por el Banco Central que obligan a los principales bancos a prestar el 5 por ciento de sus depósitos en partes iguales entre las mipymes y las grandes empresas –lo cual implica un sustancial avance en el tratamiento crediticio a las pequeñas empresas– se debilitan en su objetivo cuando fijan el uso de los créditos sólo para inversiones en capital fijo. Igualar a los sujetos de crédito genera una asimetría que debiera corregirse. Aún se está a tiempo. Si se modifica, abriendo las posibilidades a las pymes de disponer de ese crédito también para destinarlo a capital de trabajo, despertará el interés del sector
* Economista. Directivo de Caibn. Dirigente de Apyme.
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