NUEVAS ZONCERAS ECONóMICAS › LA FáBULA DE LA PESADA HERENCIA
› Por Rubén Telechea *
Cuando asumieron las actuales autoridades en el área económica dijeron que las reservas del Banco Central eran muy escasas y en gran medida formadas por “papelitos” que no servían para nada. Un elemento muy importante de la llamada “pesada herencia recibida” y que sirve como argumento para varias de las medidas que se han venido tomando en estos tiempos.
Durante la campaña electoral el ahora ministro Alfonso Prat Gay había expresado que estábamos sentados sobre una bomba de tiempo a punto de estallar y que los dólares no alcanzarían para hacer frente a las obligaciones.
También otros voceros dijeron que gran parte de los 25 mil millones de dólares de reservas que dejaba el gobierno saliente estaban formados por monedas que no servían para nada como los yuanes y que se habían efectuado artilugios contables para inflar la cifra.
Otra cosa que se dijo era que liberando el “cepo” (es decir, llevando a cabo una maxi devaluación), arreglando con los fondos buitre e inyectando confianza a los mercados, una lluvia de dólares provenientes de inversiones o créditos a tasa baja llegaría para salvar las “alicaídas reservas”.
Han pasado varios meses. La forma de medir las reservas que toma el Banco Central es la misma de antes. Entonces hay dos posibilidades: o no había artilugios contables o los mismos se siguen realizando. Por otra parte, una de las medidas iniciales del nuevo gobierno fue utilizar parte de los yuanes y convertirlos en dólares (parece que servían) y anunciar que se buscaría ampliar el acuerdo con China para fortalecer las reservas.
A los fondos buitre se les pagó con una asombrosa celeridad, lo cual sabemos nunca es bueno en una negociación, tomando para ello un endeudamiento nuevo, récord por su enorme monto y con tasas altas.
¿En cuánto andan las reservas en la actualidad? Un poco más que los 25 mil millones que había cuando asumió el gobierno, a los que hay que adicionarle cinco mil de un pase con bancos extranjeros, que para obtenerlo se tuvo que pagar también una tasa alta y entregar en garantía bonos del país por el doble del monto (diez mil millones de dólares), además de haber aumentado la deuda externa en una cifra muy considerable para pagarle a los buitres.
En definitiva, el aluvión de dólares por inversiones que dijeron que entraría nunca llegó, las tasas para la toma de créditos no bajaron en la medida que se esperaba, las reservas eran escasísimas pero ahora la cifra es casi igual a la de antes, formadas por dibujos contables que hoy se siguen computando, integrada con papeles supuestamente inservibles como los yuanes que fueron canjeados por dólares sin ningún problema y sostenidas por un acuerdo con China que no servía al país pero que no sólo se mantuvo sino que buscan ampliarlo.
* Docente UNLZ y UNQ.
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