Como es costumbre, a fines de 2006 los gurúes hicieron públicas sus proyecciones para el 2007. La curiosidad en este año fue la coincidencia en los pronósticos que derivó en un cuadro poco atractivo por la escasa diversidad: “La liberal FIEL tiene casi el mismo escenario 2007 que el Banco Credicoop, algo que nunca había pasado”, comentó en su momento Luciano Laspina, de Macrovisión. Si bien un poco inferiores a las cifras oficiales de 8,4 por ciento de crecimiento, la diferencia en las estimaciones de las consultoras fue menor a 2 puntos porcentuales, y rondaron entre 7 y 8 por ciento. Desde FIEL, su director, Fernando Navajas, había comentado que “hacía mucho que el debate no estaba tan aburrido” y agregaba que debido al relevamiento de expectativas de mercado (REM) que realiza el Banco Central “los analistas se copian unos a otros para ver quién la pifia menos con el número del mes siguiente”.

Otros, como Ricardo Delgado, de Ecolatina, argumentaban que la estabilidad macroeconómica hace que ese tipo de debate pierda interés, y veían la posibilidad de instalar discusiones de fondo como el desempleo estructural. Sin entrar en ese terreno, los economistas de la city se entretuvieron con un menú variado: elecciones, Club de París, crisis energética, Strauss-Khan y el FMI, el crecimiento del gasto público y el supuesto deterioro del superávit fiscal.

Pero sin duda la vedette fue la inflación y los conflictos en el Indec. Luego de las modificaciones realizadas en el índice, la inflación oficial se ubicó en 7,5 por ciento, inclusive por debajo de lo proyectado en el Presupuesto. Por su parte las consultoras estiman que el verdadero valor se encuentra entre el 15 y 20 por ciento, varios puntos por encima de lo proyectado a principios de año. Con las estimaciones para los salarios, los economistas se quedaron cortos. Cuando la inflación superó los incrementos obtenidos en las paritarias muchos sindicatos y trabajadores reclamaron y obtuvieron nuevos aumentos compensatorios. De todos modos, en general (ver cuadro), las proyecciones estuvieron bastante cerca, salvo en el capítulo de las reservas del Banco Central, donde las estimaciones registraron mayor amplitud, más de 15 mil millones de dólares separaron a la más optimista del cálculo más pobre. Y ningún pronóstico estuvo cerca de los poco más de 46 mil millones de dólares que descansan a fin de 2007 en las arcas del Central.