PRIMERA PERSONA
PRIMERA PERSONA
Este verano leí un libro desgarrador, las Memorias íntimas de George Simenon. Simenon –al igual que su personaje Maigret– es un compañero de ruta al que uno no puede abandonar. En su diario transita dolores muy intensos, como el del suicidio de su hija; y hace críticas feroces a su entorno y su tiempo. Logra así un texto en el que –como dijo Roa Bastos acerca de su Yo, el supremo– hay que avanzar de a poco y trabajosamente. Lo siento como un libro infaltable, que bien podría ser una de las posibles traducciones literarias de las melodías tormentosas de Johnny Holliday.