“Lo interesante de esta época es que ya no existe el país ideal y el propio puede llegar a ser un buen lugar. Acá, hacer cualquier cosa es muy difícil, y esto puede llegar a ser una ventaja. La profesión y el arte son dos categorías distintas, y eso se da en todo el mundo. Para crear no se necesita dinero, sino ideas y voluntad de creación. Los mejores artistas del expresionismo alemán por ejemplo vivían hacinados en una pieza y se cagaban de hambre, todos.”

Rubén Szuchmacher, 30 de septiembre de 1992.