Michael Jackson quiso encontrar la solución a sus problemas económicos tomando medidas extremas. El cantante estadounidense, que se impuso un autoexilio en Bahrein y luego en Londres tras el sonado proceso en su país por abuso de menores, exigió cobrar cerca de 200 millones de dólares por una serie de shows de regreso en Las Vegas. El autoproclamado “Rey del Pop” dobló así el monto de la canadiense Celine Dion, la artista mejor paga del paraíso de los casinos. Según la agencia de noticias ANSA, un ejecutivo de la productora que había iniciado los contactos con la estrella declaró que “las demandas de Jackson son demasiado caras, por lo que las gestiones están paralizadas”.