Dom 13.11.2005
espectaculos

TEATRO › EL SEXTO FESTIVAL DE LA CARCAJADA

“Es una salsa criolla, una ensalada de distintos sabores”

Así define el padrino Jorge Luz al encuentro que se lleva a cabo esta tarde en Platense.

› Por Oscar Ranzani

El humor funciona muchas veces como un bálsamo frente a problemáticas de distintos sectores sociales. Esta idea atraviesa los límites geográficos y las culturas. ¿Se puede, entonces, hablar de un humor universal? No, porque si bien la manera de reírse no cambia de pueblo a pueblo, el humor (al igual que otros elementos de la cultura de un país) es parte de la identidad de cada territorio. Sin embargo, resulta auspicioso compartirlo: en eso pensaron los organizadores de la sexta edición del Festival Internacional de Humor Carcajada 2005 que se desarrollará hoy en Platense (Zufriategui al 2100 y Liniers, Vicente López) y que permitirá conocer las distintas expresiones (clown, varieté, stand up, impro) de países como Argentina, Ecuador, Cuba, EE.UU. y España. A su vez, se podrá vislumbrar cómo se hace humor mientras se realizan malabares, magia y circo.
“Empezamos hace seis años con la intención de crear un espacio nuevo para artistas del humor que no existía en la Argentina”, rememora Nanny Cogorno, payaso de alma y de profesión. “Había festivales de danza, de teatro, pero no había uno que reuniera a los humoristas que hay en la Argentina, que tiene una cantera increíble”, agrega quien desde hace doce años eligió divertir a grandes y chicos y, a la vez, vincular el arte con lo social. Cogorno –director del festival– es integrante de la ONG Payasos sin Fronteras. El padrino del festival es el histórico cómico Jorge Luz, quien lo vive como “un honor, sobre todo porque vienen cómicos de distintos países. Entonces, es una antorcha que me dieron para encender estos ‘juegos olímpicos’”. “Además, lo lindo –dice Luz– es que vienen de sus países con su humor. Es una salsa criolla, como diría Pinti, una ensalada variada de distintos sabores.”
Kike Quiñones es un artista cubano que se dedica al humor desde hace once años y que comenzó su carrera “como muchos humoristas en Cuba”: se graduó en la universidad como licenciado en lengua y literatura inglesa. Además, es integrante del Centro Promotor de Humor de Cuba y su espectáculo Una vez al año –donde combina humor negro con sátira social– fue galardonado como “Espectáculo del año” en el Festival Nacional del Humor Aquelarre 2005 de La Habana. Aquí presentará el fragmento Cura de Espanto, “la historia de un médico que el Día de los Inocentes intenta hacer una broma (en Cuba se dice correr una máquina) a un paciente suyo y las cosas no salen como él esperaba”. Sobre el humor en la isla, Quiñones dice que hay varias vertientes. “Pero el cubano –explica–, por regla general, es muy inteligente y, además, es muy sagaz con las cuestiones humorísticas. Se ríe de sus propios problemas. Todo lo que tenga que ver con el hombre, tiene que ver con el humor en Cuba.” Quiñones define al humor cubano como “muy alegre” sin que suene redundante. “Se basa sobre todo en la inmediatez”, agrega. “En cierta ocasión, un político me dijo que a él le gustaba mucho ver los espectáculos humorísticos porque, de alguna manera, reflejan los fenómenos sociales de última hora. El humor en Cuba se nutre mucho de eso: de la inmediatez, de las cosas que están pasando, del costumbrismo, de lo que pasa a diario en la vida.”
En la otra vereda del mundo está Hilary Chaplain, actriz y clown neoyorquina que participó en la película Forrest Gump. Chaplain define su espectáculo “como de clown sin maquillaje”. “Este tipo de humor –argumenta– no es usual en EE.UU. porque la gente no va a los teatros a ver estos espectáculos. Los clowns generalmente están en los circos. El público en EE.UU. cree que los payasos son para los niños y no pueden ser también para los adultos. Trato de revertir eso.” Chaplain dice que su humor “tiene que ver con cómo llevar los problemas de la vida normal. Yo caracterizo situaciones de la vida”. La artista comenta que, en estos momentos, hay varias personas que se vuelcan a esta técnica del vodevil moderno. “Ahora se estudia mucho en escuelas y, de a poco, se está cambiando la idea de que el clown es sólo el que está pintado con una nariz. El problema en mi país es que el humor es de risa fácil. No busca que la gente, además de reírse, pueda pensar”, subraya.
Fernando Villarroel es un actor, director y guionista ecuatoriano que llega al festival con mucha experiencia en su país. Sus programas de TV Ni en vivo ni en directo y Mi recinto son dos de los más vistos en la televisión de su país. Aquí hará una representación de ambos junto a parte de su equipo. “En Ecuador estamos creciendo, porque no tenemos un campo como en Argentina que es enorme y hay una variedad de miles de humoristas. En Ecuador todo es muy pequeñito. Tampoco tenemos tantas salas. Somos pocos exponentes del humor, y en la búsqueda de contactarnos con hermanos de otros países para que se pueda conocer”. Villarroel dice que el humor ecuatoriano “tiene bastante crítica social y política porque allí también sufrimos la mala administración, la corrupción política, que está hundiendo a las sociedades. El humor es un medio para protestar, criticar y alzar la voz contra la gente que le hace daño a la sociedad”.

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