Mié 18.01.2006
espectaculos

TEATRO › “CHE GUEVARA, CUADROS DE LA HISTORIA”, EN LIBERARTE

Musical con fondo histórico

Con dirección y música de Gabriel Gestal, la obra repasa la vida del legendario personaje, intentando generar, como dice su director, una “comedia musical nacional”.

Su rostro está impreso en millones de remeras juveniles. Numerosos autores han intentado reconstruir su biografía. Y ahora una obra musical está dedicada a su vida: Che Guevara, cuadros de la historia, con dirección y música de Gabriel Gestal, que se presenta los sábados a las 23 en Liberarte (Corrientes 1555), interpretada por el grupo Cofradía en Protesta. En un espacio inusual para el musical –una sala con mesas, estilo café concert–, Gestal y su equipo retratará, en diferentes cuadros y a modo de un viaje onírico, la vida de uno de los personajes más famosos de la historia argentina y de Latinoamérica.

“En una encuesta mundial realizada en 2003 por Galup –empresa de encuestas que no tiene una tendencia socialista porque tiene fundamentalmente capitales yanquis– en la que se preguntaba cuál era el personaje de la historia de la humanidad más trascendente, el resultado fue el Che Guevara, por sobre personajes como Martin Luther King, Mahatma Gandhi o Maradona”, cuenta el director. Y sigue: “Nuestra idea era lograr un musical argentino, que reivindique nuestro pensamiento, nuestra historia, nuestra ideología. Contar cosas que nos reflejen, que los personajes nos cuenten quiénes somos. Por eso no me interesan los demás musicales que se hacen hoy en Argentina”.

–¿Este busca ser diferente a los de Pepito Cibrián o las versiones nacionales de los de Broadway?

–Sí. Yo venía pensando en que las figuras que se reivindican en los musicales argentinos son de ficción y nada tienen que ver con nosotros. Las historias que se cuentan, a mí, como público no me interesan; no hay relación entre la vida cotidiana del que está mirando con lo que sucede en el escenario. Cibrián reivindica una parte de la historia del musical que para mí carece de interés.

Fue a partir de esta premisa –la de encontrar un musical nacional– que el director, tras dirigir otra obra acerca de la vida de Mariano Moreno y trabajar como director coral en la Biblioteca Nacional y otros musicales (como los de Enrique Pinti), puso su mirada en el Che. Junto con Mariela Gianico (autora del libro) y Pablo Ladía (quien interpreta al Che), comenzó una ardua investigación histórica para “llevar a escena la palabra del Che”. Así, a través de la poesía –casi desconocida– de Guevara y sus diarios de la Sierra Maestra y de Bolivia, la voz del hombre que se convirtió en mito es recuperada y llevada a escena. La obra comienza cuando el público recibe una gacetilla: allí están recopiladas las notas periodísticas que los diarios argentinos publicaron tras la muerte del Che, con información “diversa y contradictoria”. Luego un Che lee –y escribe–, en su escritorio de Cuba, un poema premonitorio. Y a partir de allí, a modo de flashback, se despliega una serie de “cuadros de la historia” (como dice el título de la obra, en un juego de palabras que vincula al cuadro político con el cuadro musical) en los que se ve al Che en las situaciones más emblemáticas de su vida: el adiós a su madre cuando decirse embarcarse en su aventura por Latinoamérica junto a su compañero Alberto Granados; la atención que brinda a una vieja mujer asmática como él y la relación que con ella entabla... El Che joven, el que conoció a Hilda Gadea, el Che médico y finalmente el guerrillero, el luchador, el idealista. Allí estará también, sobre el pequeño escenario de Liberarte, la toma de Santa Clara, el primer fusilamiento a un traidor a la causa en La Guajira, la entrevista que le realizó Pacho O’Donnell (¡con audio real!), y su muerte. “Se suele decir que el Che fue muerto en un enfrentamiento y no fue así –dice Gestal–, lo capturaron, lo tuvieron tres días dentro de un aula, lo fusilaron con un tiro en el corazón y luego le dieron una ráfaga de tiros para aparentar que estaba escapando.”

–¿Y en la obra se menciona al responsable?

–Sí. Hay un personaje importante dentro de la obra, el antihéroe: Félix Rodríguez. Un entrenado de la CIA, un ranger pero cubano. Es enviado a Bolivia a matar al Che. Posteriormente, Félix Rodríguez se convirtió en un contra CIA en Miami, trabajando para los grupos narcos colombianos.

–¿Cree que es una obra controvertida? Por ejemplo, ¿cómo trata a la figura de Fidel Castro?

–La figura de Fidel no está tratada. Sólo se lo escucha leer la carta de renunciamiento del Che. Creo que hoy las figuras de Fidel y la del Che son casi antagónicas. No creo que Fidel represente hoy lo que representaba en 1958 cuando el Che decidió sumarse a su lucha.

–¿Y cómo es contar la historia de este hombre revolucionario a través de la forma de expresión artística más característica de Estados Unidos, especialmente de Nueva York: el musical?

–El musical no es un invento yanqui. Y éste es un musical absolutamente austero, para salir pensando. Para mí el teatro, la música, el arte en general tiene que ser movilizador y modificador social, sino es masturbación estética.

Informe: Alina Mazzaferro.

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