TEATRO › MUñEQUITA O JUREMOS CON GLORIA MORIR Y BORGES, EN EL TEATRO DEL ABASTO
Estrenadas en Francia en el 2003, estas piezas breves de Alejandro Tantanian y Rodrigo García vuelven ahora a la escena porteña. “Las dos parten de mitos muy arraigados en nuestra historia y nuestra cultura”, dice su director, Juan Carlos Fontana.
› Por Hilda Cabrera
La eterna lucha entre los opuestos, que a veces es fuerza para el cambio y otras destrucción, es eje del díptico compuesto por Muñequita o juremos con gloria morir y Borges, obras que, según cuenta Juan Carlos Fontana, director de estos dos trabajos que se ofrecen uno a continuación de otro en Teatro del Abasto, fueron pedidas a sus autores, Alejandro Tantanian y Rodrigo García, por el actor argentino francés Marcial Di Fonzo Bó para mostrar en Francia. El estreno fue en 2003, en el Théâtre National de Toulouse, con dirección de Matthias Langhoff y actuación de Di Fonzo Bó. “La idea era reunir a dos dramaturgos argentinos, uno instalado en el país y otro exiliado, como es el caso de García”, aclara Fontana, crítico de teatro y cine, dramaturgista y director de Slaughter, Lamento equino (thriller político del que es autor) y Salomé. Nuevamente en cartel, el díptico que se ofrece los sábados a las 21, en Humahuaca 3549, difiere de la versión europea en la forma de abordar los textos. “Cuando pedí los derechos, Tantanian revisó su trabajo, elaborado para el público europeo, que no tiene presente el tema de los de-saparecidos ni la figura de Eva Perón, y García me pidió que argentinizara su monólogo. Lo hice, pero sin modificar demasiado, porque tanto el lenguaje como los giros son más que interesantes”, sostiene Fontana, en diálogo con Página/12.
–¿Qué relación halló en estos monólogos?
–Los dos parten de mitos muy arraigados en nuestra historia y nuestra cultura. El peronismo es muy amplio, pero en esta metáfora se partió de la iconografía del artista plástico Daniel Santoro que, por su nivel simbólico, nos interroga y propicia el debate político y social.
–¿A qué opuestos interroga Muñequita?
–A concepciones relacionadas con la lucha de clases o asociadas al lugar que cada uno ocupa en la sociedad, donde los más fuertes conquistan territorio. Ante ese panorama, nos preguntamos qué le queda a la clase baja. Una respuesta posible es la veneración de los mitos. En la escenografía que realizó Santoro para este espectáculo se incorpora la figura de Eva, aun cuando no esté mencionada en el texto de Tantanian, pero sí presente en la puesta a través de un tótem en forma de vestido.
–¿La puesta se inspiró, básicamente, en el libro El manual del niño peronista?
–Admito que fui muy audaz en el pedido que hice a Santoro. Me acompañó uno de los actores. Santoro nos invitó a su taller, y ahí pudimos ver más cuadros. Su trabajo es admirable. Hablamos sobre la figura del descamisado, sobre Eva Perón, el país..., y nos contó anécdotas. Fue un encuentro importante. Después de esa experiencia, decidí abrir el monólogo de Tantanian, y la confrontación, tan especial en nuestro país, se hizo más evidente. En este montaje, que interpretan Cruz Zaikoski, Alfredo Urquiza y Carmen Boadas, el Descamisado y Muñequita simbolizan el choque de clases.
–Cuando Di Fonzo Bó trajo a Buenos Aires Eva Perón, de Copi (en el ciclo Tintas Frescas, de 2004), también dio importancia al vestido.
–Sí, pero ésa era otra obra. En Francia, ambientó Muñequita en una morgue, siguiendo el texto de Tantanian. La “veneración” que se hace del vestido es semejante a la que se prodiga a los mitos y los santos, a los que la gente recurre cuando se siente desamparada. ¿Qué alternativa tienen los que no encuentran trabajo? Rezar a San Cayetano. Nadie puede arrebatarle el derecho a ser creyente. Santoro construyó un vestido gigantesco que alude a Eva sin que se la nombre ni tenga rostro. Ese vestido sin cabeza es el venerado.
–¿También lo que se pretende destruir?
–El que usurpa ese material es el personaje Muñequita, arquetipo del autoritario y del que pertenece a una clase social acostumbrada a someter.
–¿Por qué recurrió a diversos géneros teatrales?
–Porque es interesante y divertido ir a las fuentes. Muñequita tiene un parecido a Isidoro Cañones, el tramposo creado por Dante Quinterno en 1935. Alguna gente asocia a Muñequita con el maestro de ceremonias de Cabaret, personaje que en la película interpretó Joel Grey, por su caricatura y el movimiento quebrado del cuerpo.
–¿Con esto se aparta del tema peronismo?
–Nuestro trabajo no tiene que ver directamente con el peronismo, sino con la puja de los opuestos y el deseo de reflexionar sobre los mitos populares y algunos conceptos, como campo y patria.
–¿Propone un tipo de teatro político?
–Me interesa el teatro político y social, no partidario, sino dedicado a exponer problemas centrales de la sociedad y expresarlos desde la más profunda teatralidad y la búsqueda de géneros genuinos. Hemos investigado a fondo el grotesco y el varieté, la parodia y el teatro callejero. Esta obra podría representarse en la calle, y el público la entendería. La ha visto gente que no acostumbra ir al teatro, enterada de nuestra propuesta por un familiar o un amigo. El grotesco aparece también en el monólogo Borges, de García.
–Un autor cuyas obras cuesta digerir. Lo digo por Conocer gente, comer mierda, que trajo a Buenos Aires en 1999.
–Recuerdo que algunos se fueron indignados de la sala. En el monólogo Borges, que interpreta Darío Szraka, el personaje es un joven estudiante, hijo de carniceros que atiende el negocio familiar porque sus padres han muerto. Durante cuatro años ha leído todos los libros de Borges, lo endiosa, quisiera escribir como él y hablarle, pero cuando lo intenta en una conferencia, recibe del escritor una respuesta que lo deja mudo. En su monólogo expresa frustración, rebeldía e indignación.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux